Fotos de ANTONIO PRADASCASTELLÓ. José Manuel Salvador Querol (Castelló, 1961) asumió el pasado mes de diciembre la presidencia del Colegio de Economistas de Castellón. En la entidad lleva 20 años y ha gestionado diferentes áreas como tesorería o formación. Dirige una junta más reducida, de 11 personas, y resalta el papel del colegio para defender y asesorar a los profesionales del sector. Uno de sus retos pasa por incrementar la relación con la UJI para reforzar el asesoramiento formativo y laboral en los estudiantes. El colegio agrupa a 500 personal y el año pasado cerró una fusión con la organización de Titulares Mercantiles de Castellón. Afronta un contexto convulso por la situación del azulejo, el principal sector de la provincia.
-¿Cómo valora la salud de la economía en Castellón?
La economía viene marcada sobre todo por la situación de la cerámica, que representa un importante número de empresas y de trabajadores, que ha sufrido incrementos en los costes energéticos por los conflictos bélicos y su dependencia del gas. También ha caído su demanda en mercados como el Reino Unido y Alemania, países en los que el sector de la construcción atraviesa problemas. Así, ha caído un 20 % las exportaciones y la producción, lo que ha aumentado la cifra de ERTE.
Desde el colegio fuimos firmantes del manifiesto sobre la cerámica que se presentó en Madrid para reivindicar que mejoren las ayudas para el sector. Entiendo también que el sector ha de evolucionar hacia otras fuentes de energía para no ser dependiente del gas, como el hidrógeno verde.
-¿Cómo cree que evolucionará el azulejo?
En la medida que mejore la economía. 2024 puede ser un año de transición tras los malos resultados de este último ejercicio por los conflictos bélicos, y 2025 parece que será el de la recuperación. Pero la recuperación tiene que venir acompañada de mejoras en la productividad, con inversión en tecnología para avanzar en nuevas fuentes de energía, porque depender del gas supone unos costes de producción. Aquí se ha de ver si el Gobierno implementa unas ayudas a las empresas para que no tengan que producirse nuevos cierres o nuevos ERTE.
Por otro lado, también hay problemas en el sector citrícola. Las condiciones climáticas han reducido la producción, al tiempo que coincide con la entrada de cítricos de terceros países.
El único sector que se mueve con alegría es la hostelería, que tiene unos resultados parecidos a los de antes de la pandemia, una circunstancia que ayuda a la economía provincial.
-Los indicadores económicos muestran un incremento del paro pero también un aumento de las empresas. ¿Cómo se explica que crezcan con la crisis de la cerámica?
Las empresas castellonenses son muy emprendedoras. Y por lo que vemos en las asesorías, hay apertura de nuevos negocios, sobre todo a través de personas que se han quedado sin trabajo en el azulejo y que han optado por capitalizar el desempleo y abrir nuevas empresas, relacionadas sobre todo con la hostelería y el transporte. Dos actividades que mantienen un importante dinamismo,.
-¿Hay un incremento de concursos en las empresas?
No, en realidad hemos notado un aumento de los concursos de personas físicas. Con la nueva ley de la segunda oportunidad se abrió un mecanismo para la gente con dificultades, que está sobre endeudada, con préstamos personales. Y este perfil ha optado por presentar concursos de personas físicas. En los juzgados de València nos comentaban que podían acaparar el 98 % de los concursos presentados.
-¿Cómo puede reaccionar Castellón en el actual contexto de crisis?
Los empresarios de la provincia, como decía, son muy emprendedores, y ante las dificultades se crecen, buscando nuevas alternativas, nuevos negocios. Confío en que el motor de Castellón, que es el sector cerámico, pueda ayudar a superar la crisis, aumentando su demanda en el exterior. Argelia parece que va a desbloquear (en esmaltes y maquinaria) y puede ayudar. Reitero en la importancia de reforzar la productividad de las fábricas ante la competencia de países como la India. Hay que decir que Italia ha recibido más subvenciones que nosotros para afrontar el alza de sus costes energéticos, y así mantienen productividad y ventas.
Entiendo que la situación irá mejorando una vez se vayan recuperando sectores como el azulejo y la citricultura.
Castelló, además, puede ofrecer mucho a nivel turístico.
-Aparte de los sectores mencionados, qué actividades tienen potencial de crecimiento en la provincia?
Hay bastante crecimiento de empresas dedicadas a energías renovables, con concesión de subvenciones por parte del IVACE, un sector que además puede reducir los costes energéticos.
-El Consell apuesta ahora por impulsar un hub tecnológico en el puerto en vez de en la UJI ¿Dónde cree que deben proyectarse estas plataformas?
Quizás la universidad es el lugar más adecuado, al estar allí los investigadores y las empresas tecnológicas de Espaitec. Además, la innovación tecnológica es una de las cuestiones en la que ha de apostar la Universitat.
-¿Qué debería hacer Castellón para que le hagan más caso en Madrid?
Toda la Comunitat Valenciana está infrafinanciada y Castellón es la hermana pobre de las tres provincias. Aunque tiene un importante empuje empresarial, se encuentra en la cola de las tres. Las inversiones se centran más en València y Alicante que en Castellón.
Además, a Madrid se debería ir no solo a quejarse sino también ofreciendo, diciendo que necesitamos ayudas para que las empresas inviertan en nuevas tecnologías, en fuentes de energía.
-¿El prestigio del economista no quedó en cuestión al fallar sus predicciones en la crisis financiera de 2008?
La economía no es una ciencia exacta. Se manejan grandes magnitudes macroeconómicas en las que a veces no aciertas. Las grandes magnitudes no se prevén. El Euribor, que es el que marca un poco el nivel de inversiones, ¿cómo se va a comportar?. Los bancos no saben aún que decisión tomar. No es una ciencia exacta como pueden ser las matemáticas o puede ser otro tipo de actividades.
-Y las medidas aprobadas por el Gobierno como la reforma laboral o el aumento del salario mínimo, ¿mejoran las condiciones de vida y el consumo o perjudica a las empresas?
Las economías familiares necesitan debido a los incrementos de los costes una mayor renta disponible. El aumento del salario mínimo mejora sus rentas, y si baja el Euribor más lo notarán. Por su parte, las empresas han de soportar mayores costes salariales y de la Seguridad Social, y para ello tienen que mejorar su productividad y eficiencia.
