Protesta de activistas saharauis en la sede del PSPV en 2010 Foto: EFE/MANUEL BRUQUELos dos partidos minoritarios del Botànic preparan iniciativas parlamentarias tanto en Les Corts como en Madrid que obligarán a retratarse a los descolocados socialistas
VALÈNCIA. El PSPV podría celebrar esta semana que justo ahora hace un año, el 29 de marzo de 2021, sacó adelante en Les Corts una Proposición No de Ley que condenaba la ruptura deliberada por parte de Marruecos del alto el fuego en el Sáhara Occidental y reafirmaba el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Pero, claro, el tema no está para fiestas. La decisión del Gobierno de aceptar la vía marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como la más más "seria, realista y creíble" ha hecho un roto a la postura tradicional de los socialistas y ha enervado a los socios minoritarios del Botànic.
No obstante, Compromís, Unides Podem y Esquerra Unida apuntan en sus críticas a Pedro Sánchez y no a Ximo Puig. Eso sí, preparan iniciativas en Parlamento, en Les Corts y en los municipios que pondrán a prueba la disciplina de voto de un partido en el que ya han aparecido las primeras grietas y que en 2010 ya se vio entre dos aguas cuando unos activistas saharauis ocuparon su sede en València en protesta por lo que consideraban complicidad del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con Rabat.
Entre las voces actuales de oposición, un manifiesto crítico con la decisión de Izquierda Socialista que ha firmado el catedrático y senador por Valencia Javier de Lucas, fichaje de Puig y secretario de derechos humanos de la nueva ejecutiva del PSPV. El filósofo dice entender las razones de Sánchez pero duda de la fiabilidad de Mohammed VI. "Su predilección por el chantaje y la ausencia de cualquier control democrático de sus decisiones, pues se trata de un autócrata que carece de contrapesos (...), unido a su acreditado desprecio por los derechos humanos, no son la mejor garantía", señala en su blog. Ademas afirma que sería "contrario a derecho" porque establecería la soberanía marroquí sobre los fosfatos y los bancos de pesca y porque no respetaría "el núcleo de las resoluciones de la ONU" que incluyen el referéndum de autodeterminación.
Los socialistas valencianos están, sobre todo, descolocados. En una conversación con este periódico, su vicesecretario general, Manolo Mata defendió, sin poder evitar los vaivenes, un movimiento del que dice falta mucha información. “No es una traición al pueblo saharaui es una evolución”, aseguró. ¿Las razones? Los "47 años de bloqueo absoluto" del tema; la "insostenible relación" con Marruecos que había que recomponer por cuestiones como la inmigración; o la postura de países como Francia o Alemania. Pero el también síndic de Les Corts también afirmó que el pueblo saharaui no puede siempre "pagar el pato" del cambio geopolítico actual (pese a que se avanza en esa dirección); que España no renuncia a su derecho de autodeterminación (aunque el acuerdo lo obvia); o que el PSOE "no se alejará nunca de las posturas de la ONU" (que es lo que ha hecho).
Mata, que dijo que esto es un paso más en un "camino largo", reconoció las divergencias internas y subrayó la "interesante" postura de la presidenta balear Francina Armengol. "El pueblo saharaui se merece vivir en paz y libertad", señaló la dirigente en un mensaje. Puig, en cambio, se mostró mucho más comprensivo con el movimiento de Sánchez y apuntó que se trata de una "solución pragmática" ante la falta de "futuro" de los campos de refugiados y pidió un "nuevo espacio de negociación".
En los socios del Consell hay unanimidad en la crítica. Durante el fin de semana, Compromís tildó de "inconcebible" la decisión y por medio de la diputada Cristina Rodríguez afirmó que "remata casi medio siglo de abandono". Este lunes la coalición fue un paso más allá y en Madrid apoyó una petición de comparecencia de Sánchez, que horas más tarde el presidente hizo suya. "Esta decisión no lo puede tomar el presidente de manera unilateral. Puede tener consecuencias para el pueblo saharaui pero también para el español. Hay que recordarle al PSOE que no tiene mayoría absoluta, esto se tiene que votar en el Congreso", apuntó el diputado Joan Baldoví.
La petición no estaba firmada por Unidas Podemos pero la oposición de los socios de Ejecutivo de Sánchez es frontal como han dejado claro durante el fin de semana. Este lunes lo reiteraron tanto el vicepresidente valenciano Héctor Illueca, que afeó una decisión que incumple el programa del PSOE para las elecciones de 2019 y que ha generado el rechazo de la ONU. En la misma línea se expresó la síndica Pilar Lima que advirtió que "perder la palabra, en política, puede tener consecuencias" y que acusó a Sánchez de "abandonar el consenso de Naciones Unidas" y de "dar la espalda al derecho internacional".
De los diputados que dan apoyo al Consell hay (al menos) una a la que le toca muy de cerca la situación. La familia de Estefanía Blanes (Esquerra Unida) acogió por primera vez a niños refugiados saharauis hace 25 años. La alcoyana calificó de "vergüenza" en las redes sociales la decisión del Gobierno y transmitió a este periódico su "decepción" con el PSOE. "Una cosa es el olvido, algo a lo que están acostumbrados, y otra esto", señaló. "Hay que condenar totalmente lo que está haciendo Rusia en Ucrania pero aunque los saharauis no son rubios ni tienen ojos azules muchos tienen DNI español", recordó.
Blanes se mostró sorprendida por el giro pero señaló que le ayuda a comprender lo que vivió hace unas semanas. "En febrero, traté de sacar adelante una declaración en Les Corts coincidiendo con el aniversario de la proclamación de a República Democrática y el PSPV no quiso. Me dijeron que no era cosa suya sino de Madrid. Propusieron un texto muy ambiguo sin referencia al derecho de autodeterminación y a que se estudiarían las sentencias que hay. Hay que decirle a Sánchez que esto no es opinable, las sentencias interncionales se acatan", reclamó.
La oposición de Compromís y Unides Podem tendrá efectos pero limitados. Ambos partidos preparan proposiciones en Les Corts y también municipales que obligarán al PSPV a posicionarse en un tema sensible con el que buena parte de su militancia puede estar en desacuerdo. Pero hasta ahí. Todos los mensajes, en las redes y fuera de ellas, han apuntado a Sánchez.
"No va a afectar al Botànic", sentenció Blanes. "Somos tres grupos parlamentarios y dentro somos aún más partidos. Hay pluralidad y diferencias es normal, evidente y favorable. Puede haber discrepancias aunque creo que en realidad no hay tantas. No va a afectar el Gobierno de Madrid así que a este menos aún porque no tenemos competencias", asumió.
