los ingresos del mercado físico cayeron en 2020 un 24,5%

"Sentimos que ya no pintamos nada": la pandemia da un nuevo golpe a las tiendas y discográficas

27/10/2021 - 

CASTELLÓ. "2020 fue un año muy malo". No hay otra lectura posible sobre lo que ha ocurrido en los últimos meses para Vicente Boix, dueño de la tienda Discos Ritmo de Castelló. Y es que, en realidad, no le falta razón. 2020 no ha sido un año fácil ni mucho menos bueno para la cultura, pero especialmente para la música que ha acumulado pérdidas millonarias y ha visto como infinidad de empresas cerraban. Solo en Castelló, bajaron la persiana hasta tres salas, Anvil, Opal y La Burbuja. Pero además, la falta de conciertos hizo que muchos artistas renunciaran al escenario tan precarizado que se estaba desarrollando y volvieran a sus antiguos trabajos. Mientras tanto, muchos de los que sí decidieron continuar, optaron por retrasar el lanzamiento de sus discos. Y esto, que les afectó en primer lugar a ellos, terminó salpicando en cadena a discográficas, fábricas y tiendas.  

Así, si ya venía la música en físico de pasar unos años muy malos, la pandemia ha terminado por acentuar su declive. Durante 2020, la venta de discos cayó un 24,5% respecto a 2019. Esto, según el último anuario de la SGAE, se traduce en una pérdida de 17,89 millones de euros. Pero no es, evidentemente, el retraso de los lanzamientos la única razón de este escenario. Al qué sí le sirvió de empuje la cuarentena fue al mercado digital, que continúo con la tendencia alcista de los últimos años. Durante los meses que duró la pandemia no dejaron de aparecer nuevos temas. Sin embargo, su hogar no eran los pequeños y grandes comercios: fue Internet y en especial las plataformas de streaming. En 2020, el mercado digital aglutinó el 68% de las ventas mundiales de música grabada y en España alcanzó los 258,95 millones de euros, una subida de un 16%. 

No obstante, no son las discográficas ni tampoco los artistas los gran beneficiados de estas cifras. De la recaudación total obtenida por el mercado de música grabada, la mayor parte, un 46%, llegó por las suscripciones a plataformas como Spotify, Amazon Music Prime, Apple Music o SoundCloud. Es decir, de los 258,95 millones de euros recaudados con el mercado digital, el 60,8% correspondió a los ingresos por suscripciones. Y otro dato: por primera vez en España hubo un porcentaje mayor de personas que escucharon música en streaming que las que no lo hicieron. Las primeras supusieron un 51% del total. Un cambio tendencia que posiblemente cuenta con nuevos adeptos en lo que llevamos de año. La sociedad ha cambiado su forma de consumir música y no hay vuelta de hoja. 

"Sentimos que ya no pintamos nada. El disco ha caído en picado, todo se mueve vía descargas, plataformas o YouTube. Y la gente no viene a comprarnos una canción en digital, se la descargan o la consumen directamente desde las plataformas. Internet ha venido para quedarse y está haciendo grandes estragos en las ventas. Dentro de diez años no habrá tiendas. En Castelló ya no quedan. Grandes comercios como El Corte Inglés tienen su pequeña sección de cds, pero poco más. Es lo que ha traído Internet. Tampoco volverán los videoclubs", manifiesta rotundo Boix. Es su negocio de los pocos que quedan en Castelló con venta física de música, aunque desde hace varios años combina la venta de CDs con la de mochilas, paraguas y otro tipos de accesorios, para poder sobrevivir. 

Según explica el dueño de Discos Ritmo, no es solo un problema del público. La expansión del digital también ha terminado por llevarse a la gran mayoría de bares, pubs o discotecas que antes se acercaban hasta las tiendas para comprar la música que después ponían en sus salas. "Ahora pagan cuotas mensuales por Spotify", indica. El streaming ha abaratado los costes y por eso es más sencillo consumir. Aunque, tal y como arroja el último anuario de la SGAE, solo en 2020 se consumieron más de 60 mil canciones de forma gratuita. Por las que se pagaron fueron 18 mil. 

Con todo, para esta pequeña tienda de Castelló el nuevo 'boom' de los vinilos llega también tarde. "En su momento nos tocó cambiar toda la tienda por la irrupción de CD. No podemos volver a hacerlo. Ya los tuvimos en su día, de hecho tengo una cuarentena de los que quedaron, pero no puedo permitirme montar de nuevo una tienda de vinilos", señala Boix. Es sin embargo, la venta en vinilos la que mayor esperanzas está creando en el mercado físico, puesto que ni siquiera durante la pandemia frenó su ascenso. En 2020, la venta de vinilos aportó el 33,4% de los 55,24 millones de euros ingresados por el mercado físico. Ocho puntos más que el año anterior.

De este aumento daba fe, meses atrás, Cesc Domènech, de la discográfica valenciana Primavera d'Hivern. Según apuntó a este diario el también batería de Tardor, "es cierto que la edición física está de capa caída, pero entre el cd y el vinilo, este último funciona mejor. Hay un público que compra a veces sin conocer al artista, solo por el vinilo y su diseño". Otra forma de captar público que no funciona del mismo modo con el cd. También Antoni Roig, experto en cultura audiovisual, defendía en una entrevista con Castellón Plaza, que el "vinilo se ha convertido en parte de un objeto de coleccionismo, pero también en la opción preferida para quienes buscan con ansia una experiencia distinta con la música". 

Por otra parte, desde la discográfica valenciana Futuras Licenciadas opinan que, aunque la venta de discos físicos no es la que querrían, hay mucha diferencia entre tipos de música, estilos y escenas. "Fuera de mainstream sí que se venden discos, porque sus seguidores y oyentes son prácticamente personas que están más o menos al día de lo difícil que es hacer música. Muchos tienen una banda y por eso están más concienciados", cuenta Carlota Díaz, integrante del sello y también cantante. Así, según expone la artista, en el caso de Futuras Licenciadas no han notado tanto los costes de la covid, porque su discográfica es principalmente seguida por gente de la escena. "Se ha notado el impacto, todos consumimos Spotify, pero hay mucha gente pendiente de los artistas. Nuestros consumidores no son personas que escuchan la radio aleatoriamente. Es normal que artistas más mainstream lo noten, porque su público no está tan habituado a comprar música." La última referencia que ha editado Futuras Licenciadas, el primer vinilo de Morreo, Fiesta nacional, ha empezado a venderse incluso antes de salir publicado. 

Sea como sea, más allá de las casos individuales, los datos hablan por s´ solos y no parecen darle mucha tregua al mercado físico. Sucedía que antes de la pandemia cerró en Castelló Discos Medicinales, una legendaria tienda que permaneció abierta de 1983 a 2019. Ese mismo año también en València bajaba la persiana Flexi Discos tras siete años de resistencia underground. Se preguntaba poco antes de hacerlo su dueño, Óscar Mezquita, si había que aguantar o no. Si valdría la pena resistir y seguir intentándolo. A su gerente le dejó de apetecer aguantar y optó por funcionar únicamente como sello. 

En paralelo, también en los últimos años han nacido dos discográficas que solo distribuyen de manera digital. En Castelló, Desficio Records. Y en València, Cero en Conducta. "La manera en la que escuchamos música es a través de las plataformas digitales, al igual que muchos de los artistas del sello", explicaba meses atrás Nacho Lloretco-fundador de esta discográfica valenciana.  Aun así, el streaming no puede suplir la falta de ingresos de los músicos. Una precariedad que ha acentuado la crisis sanitaria y que no encuentra su salida con el mercado de internet. "Hay que tener muchos seguidores para que sea rentable. Una escucha en Spotify te genera 0,001 céntimos y hasta que nos consolidemos costará menear más las canciones. Nos queda mucha carrera para ganarnos el público", admitía José 'Dimoni', de Desficio Records. 

 

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