CASTELLÓ. Sin pujas. Así ha acabado la subasta judicial abierta en el municipio castellonense de Almassora que tenía por objeto la venta de una parcela de más de 1.500 metros cuadrados pero que no ha generado suficiente interés: nadie ha acudido a la llamada y el terreno, sobre el que hay un edificio a medio construir fruto del pinchazo del boom inmobiliario, seguirá en la misma situación.
El pasado 14 de abril, el juzgado de primera instancia número 5 de Castellón abrió el proceso de subasta judicial del edificio a medio construir en la calle San Fernando, en la zona noreste de la localidad y justo en las proximidades del complejo municipal deportivo La Garrofera. Se trataba de una finca residencial cuyas obras se empezaron al calor de la burbuja inmobiliaria a finales de la primera década de siglo y que, como otros proyectos de este tipo, quedó paralizada.
Se trata de una promoción de viviendas impulsada en su momento por la constructora local Verdice Promociones, que ofrecía a los futuros compradores pisos con piscina en la cubierta, "amplias terrazas privadas", plaza de garaje y trastero. La firma, sin embargo, entró en concurso de acreedores en el año 2013, un procedimiento concursal que supuso la disolución definitiva de la promotora tres años después y que dejó a su paso acreedores como el de este caso.
Uno de los acreedores de la promotora era un fondo de gestión de activos británico, Voyager Investing UK Limited Partnership, dirigido por el Fondo de Pensiones de Canadá, que le reclama más de 6,4 millones de euros -intereses y costas incluidos-. De ahí que el juzgado hubiera iniciado el proceso de venta en pública subasta judicial por vía de apremio, para permitir al fondo cobrar la deuda en un proceso que ha durado menos de un mes.
Se abrió el pasado 14 de abril y se han podido presentar ofertas hasta el 5 de mayo, como publicó Castellón Plaza. Sin embargo, según recoge certificado de cierre del proceso en el portal del Boletín Oficial del Estado (BOE), "la subasta concluyó sin pujas". Así que no ha conseguido atraer el interés suficiente para enajenarse de un inmueble que salía a la venta por un máximo de 15,1 millones de euros.
Aunque calificado como solar en la subasta, está construida hasta la primera planta. El sótano tiene dos plantas, que estaban destinadas a albergar hasta 90 plazas de garaje y 80 trasteros. Además, hasta la planta cuarta se iban a construir viviendas, y en la planta bajo cubierta, trasteros y zona de piscina de uso común. Y el edificio se había diseñado con la construcción de cuatro portales diferenciados con sus respectivos ascensores y escaleras.
Los interesados debían poner un depósito por importe de casi 760.000 euros para participar y, según el anuncio publicado en el BOE, las ofertas se podían presentar en tramos de 300.000 euros. Al no haberse recibido pujas, el fondo de gestión de activos puede pedir la adjudicación del edificio por valor de la mitad de lo tasado o por la cantidad adeudada, según establecían las condiciones generales de la subasta.