VALÈNCIA. Loreen se ha alzado con el micrófono de cristal en Eurovisión 2023. Suecia partía como favorita y ha quedado en primera posición con 583 puntos con su tema Tatoo, y España ha quedado en el puesto 17 con 100 puntos. Loreen era una de las grandes apuestas para ganar el festival de Eurovisión, ya se alzó con el micrófono de cristal en 2012 con su tema Euphoria, y por su ansia eurovisiva volvió a presentarse de nuevo en 2017 pero sin quedar seleccionada para la final. Por los votos de jurado Suecia obtuvo 340 puntos, y tuvo a casi todos los países coreando Tattoo para otrogarle los 12 puntos, incluida Ruth Lorenzo votando desde Benidorm, por jurado España se quedó con 95 puntos. Tras el televoto España se quedó con 100 votos en total, tan solo con 5 puntos por parte del televoto, generando un gran abucheo entre el público.
Tras terminar el festival la ilicitana Blanca Paloma declaraba a Televisión Española que se queda con esta experiencia para toda la vida, y que estaban muy contentos de su actuación: "El flamenco se tiene que ir exportando, hemos plantado una semilla para que crezca con el amor de la gente... esto no ha hecho más que empezar", declaraba la artista. Iba acompañada del verdadero mantoncillo de la abuela Carmen, pero no ha podido ser, de todos modos atendía a los medios con una sonrisa y con muchas ganas de seguir trabajando y puliendo su estilo. "Estoy deseando abrazar a todos mis pichones", bromeaba la valenciana, "estoy muy feliz con todo lo que hemos hecho aquí, esto era más bien una competición de resistencia y siento que lo hemos dado todo hasta el último momento, y con valentía de traer algo arriesgado. No hay que dejar de ser valiente con propuestas valientes, hay que dar a conocer nuestro folclore".
El festival de este año ha tenido lugar en el en el M&S Bank Arena de Liverpool, una gala conducida por la actriz Hannah Waddingham y las cantantes Alesha Dixon y Julia Sanina. Esta 67 edición del certamen ha estado también marcada por un nuevo sistema de votos que da más protagonismo al público y por contar con dos países como anfitriones, Reino Unido y Ucrania, después de que este último ganase en la pasada edición pero no haya podido acoger el certamen por la invasión rusa.
Las conexiones con Ucrania han sido constantes durante la gala y, de hecho, el desfile de banderas previo a las actuaciones de los concursantes ha estado amenizado por antiguos participantes ucranianos como Go_A, Jamala, Tina Karol y Verka Serduchka, mientras el británico Sam Ryder, que se hizo con el segundo puesto en Eurovisión 2022, ha animado el primer 'interval act’. Este espectáculo ha contando también con la participación de antiguos participantes como Mahmood (representante de Italia en 2019 y 2022), Netta (ganadora israelí en 2018), Dadi Freyr (representante de Islandia en 2020), Cornelia Jakobs (representante de Suecia en 2022), Duncan Laurence (ganador neerlandés en 2019) y Sonia (representante de Reino Unido en 2023).
La gala comenzaba con la actuación de Kalush, los ucranianos que ganaron el año pasado el micrófono de cristal. Abrían la noche cantando su tema Stephania con el que se llevaron el oro. Sin embargo, este año la gala tiene lugar en Liverpool ya que el conflicto bélico no ha permitido que se celebre el festival en Ucrania. En el desfile de banderas Blanca Paloma paseaba ante un gran vitoreo, le seguía la también favorita Loreen, quien ya ganó Eurovisión en el año 2012 con su tema Euphoria y tras ellas el italiano Marco Mengoni, que se paseaba con la bandera de su país y con la LGBTI, un gesto muy aplaudido debido a la represión que sufre ahora mismo el colectivo en su país desde el gobierno de Meloni.
Y un pequeño recordatorio histórico antes de arrancar la gala, tras los presentadores se muestra una pantalla con el listado de los que más victorias han obtenido en el concurso de la canción: encabeza la lista Irlanda con 7 victorias, le sigue Suecia con 6 y en tercer lugar está Francia con 5 victorias. Recordemos que España quedó el año pasado en tercera posición logrando la mejor posición para España en 27 años.
Abría la gala Austria, que llevan sin ganar desde 2018. Se presentan con un tema dedicado a Edgar Allan Poe, de alguna manera… una canción sobre la crítica de derechos de autoría en el mundo del streaming con una puesta en escena poco apta para epilépticos y tal vez amantes del escritor. Le sigue el país vecino al nuestro, Portugal, con un tema de toque musical y estilo Chicago, que la verdad se agradece para dar dinamismo a la noche que se viene. Suiza se presenta con un tema antibelicista, cantando sobre que “la guerra no es un juego” y le cantan con esto a Watergun, comenzando con una puesta en escena que podría ser una performance contemporánea perfectamente y que se acompaña del tema dramático con una balada.
Blanca de Polonia se presentaba con un tema estilo popero pero que a la vez imitaba la estética de los 80, un tanto confuso. No faltaba el dance break, como siempre Chanel sirviendo de referencia para este año. Le seguía Serbia en el quinto puesto con la voz de Luke, un candidato de lo más interesante pero cuya actuación quedaba bastante fuera de onda por querer tocar todos los palos y no alcanzar ninguno: ni pop, ni tecno. Francia presentó a La Zarra con Evidentment, elevando a la cantante sobre un vestido de… ¿más de cinco metros? Un 10 en puesta en escena y además una manera muy original de librarse de bailar, parece la muñequita de una tarta de bodas… o en este caso la sevillana encima de la televisión de casa de tus abuelos.
Tras esta actuación tan peculiar llegaba Chipre en el puesto siete, justo antes de la actuación de Blanca Paloma. Los aullidos de Andrew Lambrou no sonaron de ganador, cse rodeaba de fuego, agua, humo y tierra no porque ya sería pasarse. ¡Por fin! entraba al escenario, la ilicitana que le canta una nana a la vida con su Eae. En el vídeo de introducción sale vistiendo su traje de hilos en Sagunto, un aplauso por carta de presentación. Se oyen los vitoreos de fondo antes de que suene el primer “Eaeaea” y algunas palmas perdidas de los del público. Con muchísimo porte la valenciana canta con gran potencia sobre fondos rojos y luces estroboscópicas, que le acompañan. La afinación de Blanca Paloma es perfecta y en el tema se cuela un “vamos allá Blanca Paloma”, lo que toda España estaba pensando en ese preciso momento. Entre el público se veía a más de un pichón alzando las manos estilo andaluz, que arte.
Tras Blanca Paloma llegaba el momento de la pausa publicitaria, para reposar lo que acabábamos de vivir. Y tras la pausa… Llegó el turno de Loreen, quien ganara en 2012 con Euphoria y que por su ansia eurovisiva volvió a presentarse de nuevo en 2017 pero sin quedar seleccionada para la final. Ahora canta Tattoo, un tema que interpreta tumbada en la arena y con una gran placa de metal sobre su cabeza, un poco claustrofóbico. Y ahora un tema de lo más familiar, Albania presentaba a su cantante junto a sus padres sobre un escenario que en menos de 10 minutos ha visto fuego, arena, giros imposibles y ahora una familia al completo… ¿Qué será lo próximo? Vale, que los padres también han cantado, a esto se le llama apoyar a tu hija artista hasta el final.
Italia entra con un tema de amor de la mano de Marco Mengoni, en una balada calmada que de fondo comprende un espectáculo de colchonetas y bailarines, como si fuera esto el Festival 10 Sentidos. Y siguiendo con lo sentimental… otra balada, está Estonia con un piano que parece ser tocado por el fantasma de las canciones animadas. Llegaría después Finlandia, en el ecuador del festival y con uno de los personajes principales de esta edición, con colores neones se presentaba Käärijä con su Cha Cha Cha y muchos vitoreos le recibían, con un tema digno de sonar en Spook… Aunque ellos tenían pinta de ser más de afters. Tras tanto subidón Chequia cantaba sobre La corona de mi hermana, en un tema que se solidariza con el pueblo ucraniano y que ha sido censurado en Rusia. Turno para Australia, que subía un coche al escenario al más puro estilo Delorean y montaba un espectáculo digno de un universo de videojuegos y con un ritmo rockero que se mezclaba hacia el final con melodías heavys. En el puesto 16 del festival Gustaph traía desde Bélgica un tema de lo más queer y atrevido, con pamelas rosas, mucho vogue y manos serpenteantes por todos los lados… Sin duda una de las canciones más animadas de la noche, hasta el momento.
Brunette de Armenia optaba también por echarse al suelo, como lo hacía Loreen, aunque esta vez sin arena. Su tema le hablaba a un amante futuro, al que le escribía una canción sin conocerlo. Le seguía Moldavia con unos cánticos que parecían de los mismos vikingos, y unos peinados de lo más originales. A estas alturas del festival se agradece un poco menos de balada y más marcha para animarse. Ucrania seguía el juego con un espectáculo en el que TVORCHI se escondía entre pantallas dejando ver su clon robótico que cantaba junto a él una canción que recordaba bastante a Kanye West, uno de los artistas en los que se inspiraron para crear el tema. Luego un viaje a los países nórdicos con Alessandra, que representa a Noruega con King of queens, cantándole a su tierra con la fuerza de una contralto de ópera. Alemania rompía con todo con Love and glitter, un tema heavy y oscuro interpretado por Lord of the Lost, vestido con un traje de látex color rojo fuego y adornado con alas.
Una curiosidad para amenizar, la lituana Monika Linkyté subió al escenario a tres cantantes estadounidenses de un coro de gospel y a una desconocida que conoció en un karaoke. Ella la reconoció y le pidió una entrada a la cantante, y esta se tomó demasiado en serio… Todas juntas interpretaron una balada de amor en la que el público se mostró sorprendentemente animado. Le seguía Israel que vuelve al festival este año con Unicorn, la interpretaba Noa Kirel y rompía con un sorprendente dance break en el que se dejaba la piel y que despidía el tema con un espectáculo de fuego, ¿de qué nos sonará?. Al final tuvimos nuestra dosis de boy band con Joker Out, un grupo de cinco chicos eslovenos que con camisas florales presentaban un tema indie que podría sonar perfectamente en los festivales de la Comunitat, no es por nada.
Turno de Croacia, una de las actuaciones más divertidas de la noche entera. La banda Let 3 presentaba Mama ŠČ, una canción que engañaba con una melodía infantil pero que criticaba brutalmente a Rusia, y que se acompañaba con un fondo psicodélico compuesto por las cabezas flotantes de los componentes del grupo. A pesar de que desde la televisión croata prometieron que la banda se iba a portar bien todos los cantantes se quedaron en ropa interior en el escenario, el gran temor era que se quitaran más ropa como suele ser tradición en sus conciertos. Y ahora sí, turno de los anfitriones en el último lugar, en el puesto 26 suena I wrote a song de Mae Muller, que con un acento british total y con un ritmo un poco flamenquito hablaba sobre una ruptura y la monetizaba, como Shakira.
Tras las actuaciones y un mash up para hacer tiempo llegó el momento de las votaciones. El jurado popular otorgaba sus 12 puntos casi siempre a Loreen con su tema Tattoo, y el televoto movió las tablas muchísimo, dejando a Suecia en segundo lugar, aunque la gran ganadora ha sido Suecia otrogando a Loreen su segundo micrófono de cristal, convirtiéndola en la primera mujer en ganar dos veces este premio. En cuanto a la ilicitana Blanca Paloma se ha mostrado feliz con los medios, y con ganas de mejorar de cara a un futuro para seguir volando alto con sus "pichones".