Un mínimo detalle puede llevarnos al éxito o al fracaso más estrepitoso y en política más que en ninguna otra circunstancia. A veces las intenciones, los pensamientos e incluso las decisiones pueden marcar esa diferencia en un momento que se pretende importante. Viene a cuenta esta reflexión porque en muchas ocasiones lo que se elige no es acertado y otras inopinadamente se convierte en un triunfo cuando nadie daba un duro por el líder correspondiente