MADRID. El sector de las telecomunicaciones en Europa se enfrenta a una serie de desafíos que están transformando el panorama competitivo. Estos desafíos incluyen:
- La competencia disruptiva de nuevos actores, como las empresas tecnológicas y los operadores de redes virtuales móviles (MVNO). Estos nuevos actores están ofreciendo servicios innovadores y competitivos, lo que está presionando a las empresas tradicionales de telecomunicaciones para que se adapten.
- La necesidad de invertir en nuevas redes y tecnologías, como el 5G y la fibra óptica. Estas nuevas redes y tecnologías son fundamentales para apoyar la transformación digital de la economía europea, pero requieren importantes inversiones que pueden ser difíciles de recuperar.
- La creciente demanda de servicios personalizados y de alta calidad por parte de los consumidores europeos son cada vez más exigentes. Esto está obligando a las empresas de telecomunicaciones a ofrecer una gama más amplia de servicios y a mejorar la calidad de su atención al cliente.
Estos desafíos están teniendo un impacto significativo en el sector de las telecomunicaciones en Europa. Las empresas tradicionales están luchando por mantener su cuota de mercado y están experimentando una disminución de los ingresos. Y en medio de este proceso nos encontramos a Telefónica que, la semana pasada en medio de una gran expectación y haciéndolo coincidir con la presentación de resultados correspondiente al tercer trimestre del año, ha hecho público un nuevo plan estratégico para el perpodo 2023-2026.
En síntesis, se trata de alcanzar las siguientes metas:
- La tasa anual media de incremento (TAMI) se situará aproximadamente en el 1% para los ingresos; en el 2% para el resultado operativo antes de amortizaciones (EBITDA); en el 5% para la caja operativa (EBITDAaL-CapEx), y por encima del 10% para la generación de flujo de caja (FCF).
- Alcanzar un ratio de deuda financiera neta sobre EBITDAaL que se reduzca hasta las 2,2-2,5 veces en 2026.
- Confirmando que Telefónica ha superado sus mayores exigencias de inversión, los nuevos objetivos también anticipan una progresiva reducción de las inversiones sobre ventas (CapEX/ventas) para situarse por debajo del 12% en 2026, que representa una caída de más de 2 puntos porcentuales con respecto a los objetivos de 2023.
- Garantiza el abono de un dividendo mínimo de 0,30 euros por acción durante el periodo de duración del plan.
- En el segmento minorista (B2C), la tasa anual media de incremento de los ingresos entre 2023-2026 se situará en el 1,5%. En el caso del segmento empresarial (B2B) llegará al 5%.
- El concepto flujo de caja se afianza como una prioridad y referencia primordial en el plan para seguir reduciendo la deuda, atender los compromisos financieros y garantizar el dividendo. Se tratará de crecer con un incremento anual superior al 10%.
- La unidad estratégica de servicios digitales, Telefónica Tech, mantiene un papel relevante en los objetivos anunciados. En el intervalo del plan registrará una tasa anual media de crecimiento del 18%, para terminar 2026 con unos ingresos de 3.000 millones de euros. No se han hecho referencias a una posible salida a bolsa de esta sociedad o a la entrada de algún socio que alcanzase el 49% del capital.
A nivel mercado, la compañía ha vuelto a realizar un llamamiento a los reguladores para que se actualicen, ya que defienden que la regulación actual atiende a “un mercado que no existe”. No se han hecho referencias a la irrupción de Saudi Telecom en el accionariado de Telefónica, ni a la posibilidad de que la SEPI entre también en su capital.
¿Y qué dicen los analistas que siguen a Telefónica sobre ello? Pues la verdad es que han reaccionado con bastante indiferencia y en la mayoría de los casos señalan que se trata de unos objetivos poco ambiciosos y que, salvo lo referido a la reducción de inversiones y que supondrá una mayor generación de flujo de caja, no presenta grandes novedades.
Desinversiones
Se esperaban algunas decisiones que supusieran desinversiones, ya fuera en Latinoamérica o Reino Unido que ayudaran a reducir el apalancamiento a un mayor ritmo. Tampoco en el plan se ha hecho referencia a las consecuencias que podría tener la resolución de la fusión entre Orange y MásMóvil en España, y podría suponer la imposición de medidas que beneficiasen a la competencia o a la propia compañía.
Por el momento, la cotización de las acciones de Telefónica no ha experimentado una variación relevante. Quizás haya que esperar algunas semanas más, para ver si los analistas introducen nuevas variables en sus modelos de valoración, que genere más interés por parte de los inversores en el valor.
Antonio Castelo es analista de iBroker