VALÈNCIA. En el PPCV sube la temperatura. La absorción absoluta de Ciudadanos que está propiciando la dirección regional del partido a todos los niveles debería provocar la alegría generalizada por la recuperación del votante que perdieron hace cuatro y ocho años y por las mejores condiciones en las que la formación se presenta a las elecciones del 28 de mayo. Pero no. Pese a que las encuestas le dan incluso la opción de gobernar, existe un respaldo público indiscutible de Génova y la unidad interna ha mejorado en comparación con hace unos años, el modo en el que el líder de los populares valencianos, Carlos Mazón, está pilotando las maniobras genera un temor: cómo se traducirá en la confección de las listas electorales. En definitiva, si el desembarco de cargos naranjas va a quitar muchos puestos a los del PP. Los nervios se incrementan con el paso de los días.
En el seno del partido existe un razonamiento más o menos unánime. Si Mazón lograra que Ciudadanos no presentara candidatura propia en la Comunitat Valenciana y en el ámbito local a cambio de lugares en la del PP –algo que actuales cargos naranjas llevan defendiendo meses–, el aplauso sería prácticamente al unísono. El movimiento supondría la desaparición anticipada de una formación que está en total descomposición y a la que las encuestas no sólo no le dan entrada en Les Corts, sino que vaticinan una profunda debacle.
Pero la dirección autonómica que encabeza Mamen Peris y la nacional que lidera Patricia Guasp no están en esa onda. Al menos por el momento. De hecho, si por algo pasa la estrategia ahora mismo es por un acercamiento al PSPV y al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en lo que muchos consideran una entrega absoluta.
Con la previsión de Ciudadanos de presentar lista igualmente, el plan que está ejecutando Mazón es el de acrecentar y acelerar su desintegración con fichajes. Y es lo que dentro del partido no entusiasma excesivamente a semanas de cerrar las listas. Si de normal el proceso de confección de candidaturas ya suele ser foco de enfrentamiento en cualquier formación por la disputa de los puestos, en el PP –sin primarias- se suma el factor Ciudadanos. Poca gracia.
Además, en el caso del líder de los populares valencianos se da una particularidad, y es que cuenta con un entorno potente de Ciudadanos. Básicamente amigos o gente cercana a los que ahora está atrayendo al PP.
Dentro de la formación popular, hay quien se lo toma con humor. "Si tenemos que cumplir con todos los sitios que vamos prometiendo necesitaríamos tres o cuatro parlamentos autonómicos", comentan.
En este punto hay que distinguir dos situaciones. De un lado, la municipal y, de otro, la de Les Corts. En la primera los descontentos internos ya se han palpado. Son diversas las localidades en las que el PP ha colocado como candidatos a ex de Ciudadanos. El mejor ejemplo es Alicante. En Elda, el presidente de los populares, Fran Muñoz, ha dimitido por su disconformidad con la elección de Paco Sánchez, ex de Ciudadanos, como candidato a la alcaldía.
En San Vicente del Raspeig, el exportavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento Pachi Pascual será el cabeza de lista de los populares. Mientras, en Sant Joan d'Alacant, el actual alcalde, Santi Román (de la formación naranja) apunta a ser la siguiente incorporación al PP y candidato. En Granja de Rocamora, han fichado al alcalde de Ciudadanos, Javier Mora, como alcaldable, lo que provocó la renuncia del grupo.
En Dénia y Monòver, aunque no se trata de cargos naranjas, el PP ha situado como candidatos a independientes de otros partidos, lo que tampoco ha sentado bien. En el caso de Dénia y en Novelda, los populares sí llegaron a tantear a cargos de Ciudadanos.
Con todo, si en Alicante hay un incendio actual es en la Diputación que gobierna Mazón. La vicepresidenta de la corporación, Julia Parra, anunció ayer jueves que, al igual que hizo su compañero Javier Gutiérrez, se daba de baja de Ciudadanos, del que dijo que se avergüenza profundamente al ver "hasta dónde ha degenerado". Poco después, su jefe de gabinete, Manuel Molina, también se marchaba.
Con estos últimos movimientos, la formación naranja se queda sin representación en la corporación, donde ha gobernado los últimos cuatro años en bipartito con el PP. Ahora, son muchas las voces que dan por hecho que Parra irá en la lista a Les Corts por la circunscripción de Alicante con el gesto torcido con el que en el seno de los populares se recibe esta posibilidad.
En el caso de Valencia se han producido incorporaciones similares a las de Alicante. Ha ocurrido en Loriguilla, donde el exalcalde de Ciudadanos Sergio Alfaro será candidato por el PP. También en Gàtova, donde el diputado autonómico no adscrito y ex de Ciudadanos Jesús Salmerón liderará la lista local. En Oliva, los populares han optado por el escritor Germán Salazar, quien estuvo afiliado a Ciudadanos. Es hijo de Pepe Salazar, edil actual de esa formación.
Esta misma semana llegaba otra baja de la formación naranja con bastante simbolismo: la de Juan Córdoba, diputado provincial, que al igual que sus compañeros de Alicante mantiene el acta. Córdoba fue un importante referente orgánico de Ciudadanos en Valencia y mano derecha del actual senador Emilio Argüeso, quien llevó el peso de Organización.
En Castellón, las circunstancias son diferentes y parece que los cargos de Ciudadanos han tirado más hacia el PSPV, como ha sucedido en Almassora. A la espera quedará si el PP hace algún movimiento las próximas semanas.
El siguiente escenario será el de la lista autonómica, donde las especulaciones no dejan de circular a estas alturas. Los planes de Mazón pasan por apurar hasta el final, al igual que María José Catalá en el Ayuntamiento de València, para darla a conocer. Tal vez en busca de un golpe de efecto cuando todos los partidos a excepción de Vox ya han desvelado sus candidaturas. Entre hipótesis de una renovación considerable y hechos como que los puestos de hombres están mas disputados que los de mujeres –parece que escasean un poco los perfiles–, se dan por seguros los tres cabezas de lista (Mazón por Alicante, Catalá por Valencia y Alberto Fabra por Castellón) y poco más.
Todo aquel al que se pregunta entiende –y comprende– que el líder del PPCV quiera hacer su equipo de confianza en el Parlamento autonómico –donde su diputado más cercano es José Antonio Rovira–, combinándolo con la continuidad de parlamentarios que aporten experiencia y conozcan ya el funcionamiento de Les Corts. Hay quien apunta a que habrá una importante presencia de alcaldes y alcaldesas, empezando por el vicesecretario de Organización y primer edil de Finestrat, Juanfran Pérez Llorca. Otros que es posible que meta a algún independiente. A partir de ahí, las quinielas van que vuelan. Y lo que más las revoluciona es qué ocurrirá con los cargos de Ciudadanos.
Al igual que se habla de Julia Parra en Alicante, surgen nombres como Emilio Argüeso, aunque esta jugada se vería en exceso arriesgada. En Castellón, se incluye a Ruth Merino, exportavoz de Ciudadanos en el Parlamento autonómico y cuyo fichaje Mazón anunció a bombo y platillo. En Valencia es todavía una incógnita, pero la imagen de Argüeso brindando al PP la desactivación de la reforma de la ley electoral es recordada. Igualmente, se mencionan perfiles dentro del actual grupo como Luis Arquillos. A Tony Woodward se le tanteó para Dénia.
Pero si hay una certeza es que todos no caben. Ni dentro del PPCV quieren que quepan. Hay quien entiende –aunque tampoco es que se comparta– que se prometan algunos puestos en la Administración en caso de que el partido gobierne, dado que existe más margen para designar. Sin embargo, en las listas no. "La gente del PP aguantamos de todo desde las elecciones de 2015. Muchos de Ciudadanos lo único que hicieron fue daño. Han estado haciendo oposición contra nosotros en muchos municipios. A los que han estado levantando la bandera del partido esto no les sienta bien", reflexionan.
Fuentes populares opinan que el votante de Ciudadanos va a ir al PP igual aunque no haya fichajes. Otros, calculan, se quedarán en casa y algunos apostarán por el PSPV debido a que el perfil de Ximo Puig no resulta antipático. De hecho, dudan de que las incorporaciones de ex de la formación naranja aporten algo. Por contra, temen que esta estrategia sí les haga perder votos, sobre todo a nivel local y yendo de la mano ambas elecciones.