ALICANTE. Se habla de mucha gente a lo largo del día y no siempre para bien. Sin embargo, hay personas, como Teresa Helbig, de las que es imposible decir una mala palabra. Ella tiene la capacidad de hacer volver a creer en algo en un mundo de agnósticos. En la pasada edición de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid (MBFWMADRID), cuando a las nueve de la noche se apagaron los focos y por la pasarela desfilaba la exaltación de la belleza, solo había una posibilidad: Teresa Helbig estaba en casa. Tejidos delicadísimos como el tul y la gasa de seda (que en sus manos y las de su equipo se convierten en obras de arte) bordadas con cuero y terciopelo, cobran vida a través de técnicas que reivindican la artesanía más laboriosa como el corte a láser, los bordados tradicionales o el cuero guateado. Dedicada a Ana Bolena, la diseñadora catalana se ha inspirado en la nacida a principios del año 1500 en el Reino Unido y que se casó con el segundo monarca de la casa Tudor, Enrique VIII, que rompió con la Iglesia para poder divorciarse y casarse con ella.
— ¿Quién es Teresa Helbig?
— Teresa Helbig es una mujer trabajadora, rigurosa, apasionadísima y entusiasta que tiene el objetivo de empoderar a las mujeres utilizando prendas joya atemporales hechas por su equipo de artesanos en el centro de Barcelona.
— Siempre has hablado mucho de tu equipo. A muchos de ellos se les pone cara y eso no es muy habitual. Y no solo a los que trabajan en tu taller, sino también al que ya se ha conocido como helbigang o equipo Helbig. ¿Cómo te sientes tan bien acompañada y rodeada?
— Siempre digo que Teresa Helbig no es nada sin nuestro equipo. Con los años ha ido creciendo y es uno de los motivos por los que estoy tan orgullosa de lo que estamos construyendo; la gente que forma parte de ella, desde el equipo de taller (el cual muchos de ellos nos acompañan desde hace 30 años), hasta personas a las que no vemos cada día, pero las sentimos igual de familia. Construir un equipo con quien tengas una sintonía y complicidad infinita es único y eso ha hecho que Helbig sea lo que es a día de hoy.
— Dices que te inspiran las mujeres fuertes. Tu madre, por ejemplo, o Ana Bolena, quien protagoniza el hilo conductor de tu actual colección que, como tú misma dijiste, fue Helbig antes que tú. ¿Qué te inspiró de ella?
— Ana Bolena fue una mujer muy maltratada y muy mal vista por la sociedad. Sin embargo, fue una mujer que, pese a vivir en un mundo de hombres, lo hizo a su manera y bajo sus normas y empezó a sembrar las bases de una sororidad que late fortísimo a día de hoy, y eso es tremendamente Helbig.
— Trabajas tus piezas de forma artesanal en un mundo en el que parece que solo importa la cantidad en masa. Eliges calidad antes que cantidad. ¿Crees que eso es lo que hace de Helbig una empresa clave en cuanto al diseño nacional?
— Transmitir la herencia cultural artesana tan brillante que tenemos en este país es un hecho importantísimo y muy relevante. En Teresa Helbig vivimos en la costura. Defendemos la confección artesanal, pieza a pieza, atentos a las tendencias contemporáneas, pero con la suficiente seguridad para sentirnos libres en nuestro proceso creativo. Creemos en una slow fashion que no deje huella en el planeta, sólo en el corazón de la clienta. Esa filosofía es un modo de vida, una visión y propuesta muy personal. Creo que aportar por una mirada única es lo que te hace que las marcas creen propuestas honestas y a largo plazo.
— Es increíble lo que sucede en MBFWMADRID cuando toca el turno de Teresa Helbig. Todo se llena, no cabe ni un alfiler, la gente pidiendo entradas en todos los sitios… ¿Cómo has hecho ese fenómeno?
— El desfile es un momento muy especial para nosotros (te prometo que sigo sintiendo mariposas en el estómago como cuando desfilé por primera vez). Reunir a amigos, a clientas y familia en un mismo espacio para contarles tu historia tiene un valor incalculable. El trabajo que hay detrás de una colección es enorme, requiere; concentración, precisión, paciencia, esfuerzo y muchísima dedicación. La emoción y la adrenalina que sentimos todo el equipo es maravillosa y desprende una magia altamente contagiosa.
— Y, ¿hacia dónde va Teresa Helbig?
— Nuestro objetivo es seguir cuidando muchísimo a nuestras clientas, seguir creando colecciones maravillosas, seguir vistiendo a todas aquellas mujeres que no quieran pasar desapercibidas, seguir creando y formando equipo en base a la artesanía y el savoire faire, adentrarnos poco a poco en la digitalización, volver a Los Ángeles y aterrizar en Londres (nos encantaría) siempre manteniendo nuestro ADN slow y a largo plazo.
— Si te tuvieras que quedar con una parte de tu trabajo, ¿cuál sería?
— Si te soy sincera disfruto muchísimo de todos los procesos, desde la investigación de técnicas artesanas y búsqueda de tejidos hasta momento final cuando enseñamos la prenda a nuestras clientas. Pero podría señalar que un sentimiento que nunca olvidare y que me gusta mucho recordar es el cierre de una colección, cuando está todo sobre la mesa y tras mucha dedicación, paciencia, tiempo, pasión y retos; para nosotros el resultado acaba siendo magnifico. Eso es algo que disfrutamos muchísimo presenciar y, sobre todo, compartir con toda la familia Helbig.
— Un consejo para los diseñadores del futuro...
— Les diría que nada que merezca la pena se consigue en dos días y dedicándole poco tiempo. La vida (como el trabajo, la familia, las relaciones de amistad, de amor…) es una carrera de fondo a la que hay que dedicarle muchísima alma, tiempo y esfuerzo. Cuanto más tiempo le dedicas a algo más te diferencias del resto de jugadores y eso hace que la partida sea tuya.
Carta a Ana Bolena
Querida Ana:
Cómo me hubiese gustado conocerte. Te escribo esta carta para contarte solo algunas de las muchas razones por las que te admiro tantísimo desde el primer día que supe de tu historia...
Tuviste la picardía, el ingenio y la astucia para hacer las cosas a tu manera y bajo tus normas en un mundo de hombres. Tú no lo sabes, pero empezaste a construir las bases de una sororidad que a día de hoy late fortísimo en el corazón de todas, siéntete muy orgullosa.
Atentamente,
Teresa Helbig