al otro lado de la colina / OPINIÓN

Tierra Santa, tierra ensangrentada

Ya lo decía Marx, la violencia es la partera de la Historia, y la del Oriente Medio tristemente, es un parto que está durando demasiado tiempo.

25/12/2021 - 

En estas fiestas una de las noticias internacionales más relevantes pasa precisamente por Tierra Santa, ahora que vuelve a nacer el Niño Dios en Belén de Judá, con su Nueva Buena y su mensaje de amor y esperanza, pues el gobierno israelí de la “Nueva Derecha” de Naftali Bennet acaba de decidir aplicar la cuarta dosis de la vacuna contra la Covid-19, iniciándose la vacunación entre los mayores de 60 años.

Esta reiteración de la vacunación es para hacer frente a la variante Ómicron, que tiene una mayor tasa de contagio que la Delta, y que recordando el equilibrio letalidad-contagio que mantienen los virus, pudiera ser (seamos optimistas) el inicio del principio del fin de la pandemia para el año que viene; aunque claro está dando al traste a las reuniones y celebraciones de estas Navidades de 2021 (que no a su Espíritu que debe perdurar lo máximo posible) y al proceso de normalización que parecía comenzar hace unas semanas atrás por la baja tasa de incidencia que existía del virus chino de Wuhan

Hay que recordar, por otra parte, que en Israel solo alrededor del 50% de la población se ha puesto las tres dosis, y algo más de un 60% la segunda, en una dispensación de las vacunas de Pfizer y Moderna que parecen utilizarse más bien como tratamientos que como vacunas tradicionales, y en un pais que está teniendo, en términos porcentuales, entre 2 y 3 veces menos de muertos que España. Y esto, además de que se deba a que nuestra piel de toro sea de los países que peores datos pandémicos tiene entre los países desarrollados, también es debido, a que Israel es un Estado que desde su creación ha estado siempre en guerra rodeado de enemigos, por eso ante una situación de crisis no se andan con tonterías ni politiqueos de anuncios vacuos y descentralización de la gestión o incluso en eso de tomar medidas absurdas para eludir responsabilidades, pues el recurso humano allí lo consideran un factor crítico, y existe tolerancia cero a que existan bajas propias a toda costa (cosa que sus vecinos-enemigos lo entienden muy bien y sufren en sus carnes), y en este caso el pequeño enemigo, el coronavirus, lo tienen dentro de casa.

Pero al hablar de Tierra Santa y crisis, es inevitable citar el conflicto árabe-israelí, en aquellas tierras tan lejanas en lo geográfico pero tan cercanas para nuestros sentimientos, y que continua en una situación mas que difícil en lo local, aunque a nivel internacional ha conseguido avances a favor de Israel.

Todo (en los tiempos modernos) comenzó en el antiguo territorio de Mandato Británico establecido por la Sociedad de Naciones en torno al rio Jordán, a partir de aquel nefasto Tratado de Versalles y sus secuelas, como fue en concreto el Tratado de Sèvres en agosto de 1920 por el que se dividió el imperio Otomano, pues de una parte del territorio más allá del río Jordán, surgiría el reino de Jordania, y de la zona comprendida entre ese río y el mar Mediterraneo, según el reparto de 1947, debían surgir dos Estados, el palestino y el israelí.

A partir de aquel momento, no me alargaré más pues esa parte de antecedentes geopolíticos no es objeto del artículo, los conflictos se han sucedido. Hoy en día en el plano interior, de fronteras adentro, continúan los ataques palestinos contra Israel, por ejemplo el pasado jueves 16 murió un israelí y otros dos resultaron gravemente heridos por el ataque de la Yihad Islámica, o este miércoles 22 tras disparar desde un vehículo en marcha a tropas judías resultó muerto un palestino en el tiroteo subsiguiente, después de que otro falleciera el martes 21 por la noche tras intentar embestir a otros soldados; y ojo que no han sido los únicos pues al principio de mes la policía israelí tuvo que abatir a un atacante palestino que acababa de acuchillar a un judío, o esa otra joven madre de 26 años que fue apuñalada por una adolescente palestina cuando llevaba a sus hijos al colegio el día de la Inmaculada, en unos sucesos que alguna prensa a titulado como una ola de apuñalamientos de israelís por parte de palestinos, y ya saben (porque aquí se lo hemos contado) que inmediatamente viene la dura respuesta israelí, pues no es ya sólo el ojo por ojo sino el ciento por uno, para así mantener la proporcional disuasión; en un año 2021 donde el terrorismo palestino ha usado tristemente a sus jóvenes como carne de cañón pues en los enfrentamientos contra Israel han fallecido casi 90 menores, la cifra más alta desde 2014.

La respuesta israelí no sólo presente sino futura, se evidencia al revisarse los protocolos y reglas de enfrentamiento del Tzahal o Fuerzas de Defensa de Israel -IDF- (nombre que les dan en aquel país a las Fuerzas Armadas) con los terroristas palestinos, en las que se permite de una forma más amplia abrir fuego contra estos atacantes, sea cual sea el arma que usen, ya sea de fuego, blanca o lítica, siempre que sea contra la población civil (parece que la muerte de un uniformado por aquellos lares también es menos sufrida por la población o al menos por sus lideres), y que desde la propaganda del otro lado de la trinchera del conflicto -la Palestina- han afirmado que en el fondo es una autorización para efectuar ejecuciones extrajudiciales.

A nivel Internacional el incremento de la tensión es tal, que el anciano presidente Joe Biden ha decidido enviar a su asesor de seguridad nacional Jake Sullivan a Israel y los Territorios Palestinos para "reafirmar el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel” según informaba la Casa Blanca, visitando al primer ministro israelí, y al presidente palestino Mahmud Abbas, con el que buscara avanzar hacia la paz de palestinos e israelíes. Pero también desde Naciones Unidas están moviendo ficha pues su coordinador especial para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, ha declarado que el aumento de tensión entre israelíes y palestinos puede iniciar otra guerra en Gaza.

En este ámbito global desde la perspectiva diplomática el conflicto se desescala en parte y se va estabilizando (y por tanto está más cerca de alcanzar una situación de mayor paz) gracias a que Israel sigue ganando puntos frente a los divididos y manipulados palestinos, por obra y gracia de la administración del presidente Donald Trump (dicen que principalmente gracias a su yerno Jared Kusher) que rompió el cerco de algunos países árabes con el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas con Israel, y que dia a día son mejores; fíjense que en la segunda semana de noviembre se realizaron maniobras conjuntas (varios ejércitos, Tierra, Mar o Aire) y Combinadas (de varios países) entre Israel, los USA y países árabes del Golfo como Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin,  esto es lo que viene denominándose la Diplomacia de la Defensa, síntoma de unas muy buenas relaciones internacionales, o lo manifestado por Marruecos, pais mas que hábil en el plano diplomático, a través de su ministro de exteriores, Naser Burita, al conmemorarse el año de la normalización de sus relaciones con Israel pues esta "puede ayudar a hacer avanzar la paz", ya ven todo un logro en el entorno internacional.

Mientras aqui algunos están más que despistados (les daremos el beneplácito de la duda), pues según el último informe del ICEX el comercio con Israel se ha incrementado, y que en concreto la Comunitat Valenciana aumentó su comercio con el Oriente medio en un 18,1 %, por lo tanto hay que tener mucho cuidado en mezclar política y negocios, ya saben que el dinero es muy miedoso más aún a los conflictos, y se deberían evitar boicots antisemitas, como los del movimiento BDS, que en nuestra autonomía y sus ayuntamientos han sido tan bien acogidos por parte de los gobiernos de izquierdas. No olviden como los últimos descubrimientos de yacimientos de gas en el Mediterráneo Oriental han alterado la geopolítica global de recursos (y lo seguirán haciendo), por ejemplo evitaron la caída de Trípoli a manos del Mariscal Jalifa Hafter apoyado por el siempre proactivo Vladimir Putin, gracias a la intervención del neootomano Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, y recuerden estos comentarios dada nuestra dependencia del gas como recurso energético,… sobre todo cuando paguen la factura de la electricidad.

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