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la nave de los locos / OPINIÓN

Treinta años con Esteban

Foto: A. PÉREZ MECA/EP

Ha vuelto aunque en realidad nunca se fue. Esteban González Pons deja su escaño en Estrasburgo para recuperar el cariño de los valencianos. Nos tenía un poco abandonados. Sobrevivirá a Feijóo, seguro.

19/06/2023 - 

La vida te da una de cal y otra de arena. Te devuelve lo que te ha quitado; te quita lo que te ha dado. El día en que algunos llorábamos la muerte del gran Silvio, precursor de tantas cosas en la decadente Europa contemporánea, nos solazábamos con la feliz noticia de que Esteban (Esteban González Pons, quién si no) encabezará la lista de la derecha finolis por València al Congreso de los Diputados.

Esteban, nuestro Esteban, da así un pasito más en su dilatada carrera política. Lo ha sido todo desde 1993: senador, conseller del infortunado Paco Camps, diputado autonómico, nacional y eurodiputado. También ha ocupado cargos orgánicos muy importantes en el PP español y europeo. Ha sobrevivido a Aznar, Rajoy, Casado y, cuando llegue su hora, a Feijóo. Los ujieres del edificio de Génova se cuadran al verlo pasar. Se dice que es el hombre fuerte que guía los pasos cortos del discreto Alberto.

Esteban, nuestro Esteban, es casi como un personaje de la familia, como el cuñado simpático, apuesto y algo fondón que nos cocina una paella en Cullera cada domingo, mientras nos entretiene contando chistes verdes.

El presidente del Partido Popular, Alberto Nuñez Feijóo. Foto: JORGE GIL/EP

Cuando más lo necesitábamos, ahora que la banda de Dorian Gray y Yolanda Gucci hace todo lo posible por preservar su poder luciferino, Esteban deja el escaño de eurodiputado para batirse el cobre por su tierra (es un decir, entended la hipérbole). Desde hace treinta años ha estado siempre disponible para los valencianos. Es un político dúctil, florentino, capaz de adaptarse a las cambiantes circunstancias de la cruel política celtibérica. Un superviviente que nos enterrará a todos.

Moderno, moderado y europeísta

Esteban es el paradigma del político de esta II Restauración que agoniza entre la indiferencia del personal. Moderno, centrado y centrista, políticamente correcto, moderado, criatura aplicada de la Agenda 2030 como el yayo García-Margallo, siempre con una sonrisa para el vulgo, con un fino olfato para otear el espíritu de los tiempos. Glez. Pons encandila a muchas mujeres (es un conquistador de almas, no cabe olvidarlo) y a algunos hombres con uno discurso almibarado de socialdemócrata. No en vano, cuando era joven, votó a Felipe González en 1982. Igualito que Feijóo.

“Pons es un aviso de todo lo que se nos viene encima si el discreto Alberto le arrebata el poder al presidente maniquí”

Pero nuestra semblanza amable de Glez. Pons da para más: el político valenciano es un aviso de todo lo que se nos viene encima si el discreto Alberto le arrebata el poder al presidente maniquí. Esteban ejemplifica los límites de la renovación del PP de siempre. Esa renovación muere en la orilla de Ana Pastor, fiel escudera de Rajoy y cabeza de lista por Pontevedra; Íñigo de la Serna, el vasco-leonés Maroto, la melena picassiana de Fátima Báñez, el bromista Rafael Hernando y otros pupilos de la menina que ejerció de vicepresidenta. Sólo falta que vuelvan Arenas Bocanegra y el padre Acebes para completar este equipazo llamado a devolver la ilusión al pueblo español.

Novelista erótico en su tiempo libre

Esteban es de los que nacieron con estrella. Les sonríe la vida. Los dioses lo quieren. Es un triunfador y yo no. Cómo será de inteligente que, al igual que las chicas presentadoras de Atresmedia, saca tiempo para escribir novelas de 500 páginas. El escaño de Satanás es su última contribución al Parnaso de las letras. Parece que el oficio de eurodiputado deja mucho tiempo libre. Su primera incursión en la literatura fue Ellas, una novela que mezclaba erotismo y romanticismo. En una página se podía leer la frase: “En el centro mismo de su coño”. Esta derecha ha evolucionado mucho, quizá demasiado; ya no es la de los tirantes de Fragairibarne.

El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el autor del libro 'Ellas', Esteban González Pons; y el presidente del Partido Popular, Pablo Casado. Foto: RICARDO RUBIO/EP

Lo último de nuestro personaje es su nombramiento como interlocutor del PP con la curia. Quizá los obispos, de natural remilgados y dulcemente hipócritas, recelarán al principio de la vena tórrida del autor de Ellas. Sin embargo, no albergamos dudas de que Esteban, nuestro laico Esteban, se los llevará al huerto con su labia mediterránea, no sin antes pedirles el voto. Es un hombre encantador.

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