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tribuna libre / OPINIÓN

Trump se vuelve cripto: La jugada correcta en el tablero político estadounidense

13/08/2024 - 

El pasado sábado 27 de julio Donal Trump dio un discurso en la conferencia Bitcoin 2024, en el que arrancó una tremenda ovación de los fans de las criptomonedas al prometer despedir a Gary Gensler, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos. Gensler, un hombre con una robusta preparación académica y profesional ha sido muy crítico con el rol de las criptomonedas y bajo su mandato la SEC ha presentado demandas contra las principales bolsas de criptomonedas como Binance, Coinbase, Kraken y Gemini, así como contra empresas como Ripple Labs y Consensys, acusándolas de violar las leyes de valores ya existentes y de poner en peligro a los consumidores. 

Llamativamente, aunque Trump electrizó al auditorio al presentarse como el posible primer presidente cripto de la historia, su discurso supuso un cambio de postura radical ya que en su día definió al bitcoin como “un timo” y describió el valor de las criptomonedas como algo basado “en el aire”. Sin embargo, este nuevo enfoque y aproximación al mundo cripto lleva en marcha tiempo, pues según reportó el Financial Times, su campaña ha recibido más de $25 millones en donaciones en criptomonedas. Igualmente, su elección para la vicepresidencia, JD Vance, posee hasta 250.000$ en Bitcoin, según su declaración financiera de 2022, lo que le ha granjeado una corriente de simpatía de los ejecutivos de la industria cripto.

Además, los asistentes a la conferencia quedaron particularmente impresionados con la promesa de Trump de crear una “reserva estratégica nacional de bitcoin” al apostar por mantener y no vender los aproximadamente 210.000 bitcoins confiscados en tramas fraudulentas por el gobierno federal. Pero, también, y aquí está el quid de la cuestión, Trump se comprometió, a poner fin a la “represión” sobre la industria, afirmando que las normas deberían ser "escritas por personas que aman su industria, no por personas que la odian". 

En síntesis, lo que hizo Donald Trump en la Bitcoin 2024 es algo muy simple y usual en la política estadounidense: buscar votos y, especialmente, donaciones a su campaña, a cambio de ofrecer una fuerte desregulación en el sector financiero.

Ciertamente, a lo largo de las décadas pasadas los políticos estadounidenses se han mostrado receptivos a las contribuciones monetarias hechas a sus campañas de elección y reelección, así como a las tareas de lobby desarrolladas por las grandes corporaciones de negocios del país y, específicamente, por las entidades financieras.

Por ejemplo, Bartel (2009) y Hacker y Pierson (2009) exponen que en EEUU los políticos son muy “sensibles” y responden positivamente a las donaciones, apoyando la legislación que favorezca a los intereses de sus donantes. Lo que, de acuerdo, con Stiglitz (2009 y 2012) es la “jugada” que se espera de ellos, dadas esas “reglas del juego”.

Igualmente, Page y otros (2013) encuentran que ese segmento poblacional (el 1 % más rico) de la sociedad estadounidense es mucho más conservador que el público en general con respecto a políticas importantes como la tributación fiscal, la regulación económica y, especialmente, programas de bienestar social. Por ello, sugieren que las políticas públicas en EEUU parecen estar desviadas a su favor y alejadas de lo que la mayoría de los estadounidenses quieren. Una explicación que se manifiesta con más claridad en Gilens y Page (2014) y que muestra con fuerza el cambio de ideologías y concepciones político-económicas dominantes en décadas previas a 2008 en EEUU. Los autores, con el apoyo de un pequeño ejército de investigadores ayudantes, revisaron la aprobación de 1.179 políticas públicas por el Gobierno estadounidense durante el período 1981 - 2002. Su conclusión, es que las élites económicas y los grupos organizados que representan los intereses de corporaciones e industrias tienen un impacto sustancial en la política gubernamental, mientras, que los ciudadanos corrientes apenas tienen influencia. Todo lo cual facilitó el traslado desde esas élites hacia la clase política de EEUU de una visión ideológica liberal y desreguladora que promovió liberar al mercado de todas las restricciones posibles. Esta perspectiva fue asumida por los sucesivos gobiernos, lo que allanó el camino hacia el estallido de la crisis financiera de 2008.

En suma, como escribieron Johnson y Kwak (2010) en EEUU “El dinero y la ideología se refuerzan mutuamente”. Así pues, Trump se dedica con maestría a hacer la jugada correcta dadas las reglas del juego estadounidense. Por ello, no puedo dejar de fantasear con que  sus estrategas y publicistas estarán ya diseñando la camiseta “Make Crypto Great Again” que se venderá en su web y que contribuirá a financiar su campaña.


Felipe Sánchez Coll

Profesor de Finanzas de EDEM

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