CASTELLÓN. La bronquiolitis es una de las enfermedades más frecuentes en invierno entre los niños menores de dos años. De hecho, entre octubre y enero, implica el 25% de las consultas al área de pediatría y más de un 30% de las visitas a los servicios de urgencias pediátricas. Comienza como un catarro de vías altas, con o sin fiebre, pero a los pocos días se nota un empeoramiento a nivel respiratorio. Hay tos, dificultad al respirar, pitos y sibilancias y un aumento de la frecuencia respiratoria. Sin duda, una infección muy contagiosa causada normalmente por el virus respiratorio sincitial (VRS o SRV) en la que se inflaman los bronquios y los bronquiolos, que son las vías aéreas y conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón, respectivamente.
Tal como explica el doctor Javier Miranda, jefe de pediatría de los Hospitales Vithas Nisa Virgen del Consuelo, 9 de Octubre de Valencia y Rey Don Jaime de Castellón, “normalmente, estos virus originan solamente resfriados, pero en lactantes y bebés, que tienen las defensas poco desarrolladas, el virus progresa y puede afectar también a los pulmones. La mayoría de los niños que presentan bronquiolitis tienen un cuadro leve y sólo algunos tienen que ingresar en un hospital”.
Para atajar la bronquiolitis lo más importante es mantener una adecuada oxigenación e hidratación del niño y seguir unas medidas preventivas por parte de todas las personas que están en contacto con el bebé. “Para mantener una adecuada hidratación hay que administrar líquidos y ofrecer alimentación en pequeñas cantidades y frecuentemente”, afirma el doctor Miranda. “Los niños con bronquiolitis tienen poco apetito, se cansan durante las tomas con facilidad y pueden presentar vómitos y atragantamientos. Para ayudarles se deben administrar menos cantidad de alimento, pero más frecuentemente ya que en estas condiciones, la ingestión de líquidos (agua, leche o zumos) es más importante que la de sólidos”.
Los bebés respiran predominantemente por la nariz, si está obstruida por la mucosidad pueden tener dificultad para respirar. “Por lo tanto, antes de comer y de dormir, si es preciso, se le puede aspirar la nariz, tras administrarle gotas de suero fisiológico en las fosas nasales”, agrega el doctor Miranda.
Inclinar al niño para dormir
Es útil levantar un poco la parte superior del colchón de la cuna poniendo algo debajo, así la mucosidad le bajará un poco y no se le acumulará tanto en la nariz durante el sueño. “Elevar un poco la cabecera de la cama/cuna ayuda a respirar algo mejor, -comenta el doctor Miranda-. También se suele recomendar mantener al niño en posición semi incorporada y proceder a la limpieza y desobstrucción de las vías aéreas superiores con suero fisiológico”.
Antibiótico, ¿sí o no?
La bronquiolitis está causada por virus y, por tanto, los antibióticos no resultan eficaces. Como explica el doctor Miranda, “si el niño tiene fiebre se pueden administrar antitérmicos como el paracetamol y el ibuprofeno (en mayores de 6 meses), y si la fiebre sube destaparle o darle un baño de agua templada”.
Medidas preventivas en casa
“Las personas que presenten una infección respiratoria, aunque sea un simple catarro, deben lavarse las manos frecuentemente, especialmente antes y después de tocar al niño o alguno de los objetos que él utiliza, evitar los besos, utilizar pañuelos de papel desechables, incluso ponerse mascarilla”, afirma el doctor Miranda. “Es también importante evitar los lugares concurridos, especialmente donde haya muchos niños (como guarderías y parques infantiles), evitar ambientes muy cargados, humo de cigarrillos o contaminación ambiental”, concluye el doctor Miranda.