VILA-REAL. Desde que el Ayuntamiento de Vila-real contratara los servicios de la Universitat Jaume I (UJI) en el año 2000 para realizar estudios de la calidad del aire en la ciudad, se ha detectado una mejoría respecto a la cantidad de elementos contaminantes que se encuentran en el aire que respiran los vecinos cada día. Así lo ha indicado en una comparecencia pública el concejal de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Josep Pasqual Sancho, que ha estado acompañado por la investigadora del departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural de la UJI Ana Belén Vicente, durante el balance de estos 18 años de estudios.
Este análisis se ha dado sobre “un recurso vital, un elemento imprescindible que respiramos y cuya contaminación puede derivar a la salud humana, el medio ambiente y otros bienes del patrimonio”, afirman.
“Para este Ayuntamiento es una prioridad dentro de la política ambiental trabajar en la mejora de la calidad del aire y por eso contamos con los estudios que realiza de forma periódica la universidad”, explica Sancho, quien destaca la sensibilización del equipo de gobierno.
La evaluación de la calidad del aire se ha elaborado, según han explicado, al amparo de la normativa vigente en cada momento, actualmente regida por la Directiva Europea 2008/50/CE relativa a la calidad del aire ambiente y a una atmósfera más limpia en Europa, y modificada en algunos puntos por la Directiva 2015/1480 en la que se establecen las normas relativas a los métodos de referencia, la validación de datos y la ubicación de los puntos de muestreo; y el Real Decreto Español 102/2011 relativo a la mejora de la calidad del aire y su modificación por el Real Decreto 39/2017.
Los contaminantes evaluados han sido el particulado (sedimentable, PM10 y PM2.5) y los tóxicos (plomo, arsénico, cadmio y níquel). “En un primer momento, el punto de muestreo fue en el almacén municipal (en la calle Betxí) y desde 2004, mediante una unidad móvil, han sido evaluadas varias zonas de la ciudad simultáneamente con el primer punto de muestreo”, asegura Sancho.
“En general -según señala Sancho- se observa una mejora de la calidad del aire desde octubre del año 2000 hasta diciembre de 2018, con dos reducciones de la contaminación escalonadas en dos períodos distintos”.
El primero de ellos se produjo hasta 2006 y se asocia a la implantación de medidas correctoras medioambientales en el sector industrial principal de la zona: el azulejero. Se incluye un plan de saneamiento atmosférico en el control medioambiental y se implantan las mejores técnicas disponibles para la reducción de la contaminación en las plantas productivas. Paralelamente, también se observa un avance de los sistemas de combustión de vehículos, que lleva a una reducción de las emisiones. “Ambas medidas producen una disminución de los niveles de concentración de partículas emitidas y conducen a una mejora de la calidad del aire”, indica Vicente.
El segundo período va desde 2006 hasta 2018 y permite observar una reducción notable en la emisión de particulado, pero en esta ocasión, se asocia a la menor actividad industrial registrada en todo el territorio a partir de 2007. “Esta situación, que contribuyó a la reducción de los procesos productivos y el tráfico, se ha visto reflejada en los niveles de concentración de contaminantes estudiados reduciéndolos”, apunta. “Si bien, hay que decir que en los últimos años hay una ligera oscilación y pequeños repuntes puntuales de los valores medios contaminantes estudiados, lo que se puede asociar a la activación y desactivación de la economía por la oscilación de la producción industrial a causa de la crisis”, añade la experta, quien destaca que “el tráfico rodado es lo que más influye”.
“Lo más importante es que siempre se cumplen todos los valores límites de los contaminantes estudiados”, indica Sancho y apunta a la importancia de “hacer más uso de la bici o desplazarse a pie e ir adquiriendo vehículos menos contaminantes”. “Por nuestra parte, vamos a seguir investigando y trabajando para reducir la contaminación dentro de nuestras posibilidades y, sobre todo, vamos a seguir concienciando”, concluye Sancho.