Paco Puig es una de esas figuras artísticas que dejan un hueco en la memoria colectiva pero que, poco a poco, va creciendo para convertirse en parte viva de la historia artística de nuestra ciudad.
El pintor, como a él le gustaba identificarse, supo retratar instantes efímeros de la ciudad, de la provincia. Pero sobre todo, representó el perfil de artista que todos descubrimos en los maestros del pincel.
El castellonense fue elegido en 2016 para realizar la obra conmemorativa del levantamiento popular contra las tropas de Napoleón, el 9 de marzo de 1810. Como ya ocurrió con los artistas que le precedieron (Traver Calzada, Guallart, Mari Carmen Aldás, Lorenzo Ramírez, Luis Bolumar y Melchor Zapata), el cuadro fue la imagen de los Premios 9 de Marzo.
Cuando Paco Puig recibió el encargo de Gregal, me dijo que sí, “porque tenía frente a mí un reto y quería saber si era capaz o no de resolverlo”. Esa frase es la que definirá a nuestra artista para la posteridad. Un hombre movido por retos, por su afán de superación y por su dedicación a Castellón. Su obra tenía guiños a Goya, con un estudiado juego de luces que generaba una atmósfera cargada, donde Puig quiso imprimir un sentimiento trágico y de honda tristeza. Nosotros queremos recordarlo así, como pintor, más allá de su faceta de galerista. Ahora que ha fallecido, es momento también de que se recupere su trabajo y pase a ser parte de la memoria colectiva de todos.
Él ponía su alma en cada obra que realizaba. Ahora le toca a los vecinos de Castellón devolverle todo lo que él le dio con un reconocimiento eterno que haga que su memoria no se pierda con los años.
El autor es presidente de la Asociación Gregal. Estudios Históricos