CASTELLÓ. El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Castelló vivió este jueves una reunión con dos caras. Una sesión tranquila, en la que hubo sonrisas de complicidad entre los diferentes grupos e incluso algunas risas, viró en sus últimos minutos hacia un debate más serio, incluso en algún sentido desagradable.
El motivo fue la acusación de "golpe de Estado" que la portavoz del Partido Popular, Begoña Carrasco, lanzó al equipo de gobierno en el turno de ruegos y preguntas para referirse a la disolución de la Junta de Festes (en cada una de sus intervenciones previas, sus compañeros de bancada habían sido más calmados, con un "rechazo a la extinción" de la entidad).
Tras ello, la alcaldesa Amparo Marco respondió a Carrasco señalando que, en cuanto a golpes de Estado "solo conozco el de Tejero" y argumentó la disolución en "una situación extraordinaria" por la coincidencia del 75 aniversario de las Fiestas de la Magdalena y el cambio de estatutos del Patronat, que buscan "hacer más participativo el món de la festa".
Ante la insistencia de Carrasco, que pidió la convocatoria de una asamblea para votar si se debe disolver la Junta y preguntó a Marco si no creía que estuviese equivocada, la primera edil señaló: "Puede ser que esté equivocada yo, o los demás; a lo mejor la sociedad no piensa igual que ustedes". Asimismo, apeló a su "derecho a equivocarse" en la renovación emprendida sobre la Magdalena.
En declaraciones a los medios posteriores al pleno, la concejala de Fiestas, Pilar Escuder, defendió la posibilidad de "valorar quién hace posibles" los festejos, más allá de las entidades habituales; y apuntó que, aunque no estarán integrados todos los colectivos en ella, la comisión que se ha de crear para definir la Magdalena de 2020, "los escuchará" a todos.
Sobre los estatutos del Patronat de Festes no se atrevió a "garantizar" una mayor autonomía para los entes festeros, como reclaman estos, pero sí defendió que, previo a la disolución de la Junta producida hace una semana, su presidenta, Noelia Selma, así como Fernando Sos y Pere Pau Montañés, conocían que este hecho se iba a producir. En la noche anterior "eran conocedores del despacho extraordinario" con el que se iba a disolver la Junta, dijo.
Hasta el momento en que se abordó la problemática sobre la preparación de la próxima Magdalena, el debate había sido plácido. Las risas y miradas cómplices habían surgido en varias ocasiones a raíz de las intervenciones de los diferentes concejales para explicar sus votos (casi siempre positivos) acerca de diferentes cuestiones.
Y es que, después de que Marco recriminase a Juan Carlos Redondo (PP) que utilizase su turno de explicación de voto sobre la tasa del cementerio municipal para referirse a otros partidos y administraciones, algo que no está permitido según pactó la junta de portavoces, todos los restantes, de todas las formaciones que intervinieron, hicieron exactamente lo mismo: echar la culpa al opuesto. Esto motivó las risas en los bancos y entre el escaso público, e incluso el edil de Ciudadanos, Vicente Vidal, se dirigió al socialista Omar Braina con un "t'has quedat agust", tras su intervención.
En esas votaciones se aprobó por unanimidad la reducción del 50% del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) a las obras del edificio oncológico del Hospital Provincial, con lo que la Generalitat, tras obtener hace unas semanas la licencia, ya tiene el camino libre para licitarlas y ejecutarlas. También recibió el visto bueno el tercer Plan de Igualdad de Oportunidades del consistorio, en el que solo se abstuvo Vox.
Un pleno que comenzó a las 9.30, antes del horario habitual, con un solemne minuto de silencio en recuerdo al Padre Ricardo.