CASTELLÓ. La innovación se abre paso en el universo gaiatero, de la mano de diferentes artistas empeñados en dar una vuelta de tuerca a la tradición, para preservar la esencia de la Gaiata y proyectarla hacia el futuro.
Convencidos de la necesidad de introducir nuevos elementos que añadan atractivo e interés a la realización de gaiatas, los artistas Antonio Porras y Eduardo Lagares han dado un paso más este año con la elaboración de una gaiata de mano que este domingo desfiló por las calles de Castellón, incorporando un holograma: "Se trata de un efecto óptico que hace aparecer en el interior de un farol el escudo de Castellón que en realidad no está ahí, y que se ve del mismo modo desde cualquier perspectiva", explica Lagares. Mientras Porras ha realizado el trabajo de madera, pintura y las vidrieras, Lagares se ha ocupado del holograma y la iluminación.
La otra peculiaridad del monumento es su carácter convertible: "Es una gaiata diseñada para ser exhibida en eventos, cuya parte superior se transforma en gaiata de mano". Se ha realizado de este modo para facilitar el desfile de la pieza central, por motivos de peso y para cumplir la reglamentación de medidas del concurso convocado por el Patronat Municipal de Festes. "Asimismo, el juego de luces dura más de 10 minutos y es diferente cuando la gaiata está en modo completo o en modo gaiata de mano", detalla Lagares. En este sentido, la gaiata está planteada de forma que la herramienta informática identifica automáticamente si debe ejecutar uno u otro programa lumínico.
La creación de esta gaiata de mano da continuidad a la línea desarrollada por sus autores en anteriores trabajos, especialmente en el caso de Lagares, autor -entre otras muchas realizaciones- de la primera gaiata interactiva de la historia, realizada para la Gaiata 19 en 2016.