En una reunión de menos de media hora a la que se llegó con mucha negociación previa, el grupo aceptó la propuesta de Més Compromís, socio mayoritario de la coalición
VALÈNCIA. Un abrazo entre Papi Robles (Més Compromís) y Mónica Oltra (Iniciativa), con los periodistas como testigos y tan intenso que las gafas de la vicepresidenta de la Generalitat estuvieron a punto de acabar en el suelo, selló el relevo de Fran Ferri como portavoz del Compromís en Les Corts, un proceso que había abierto grietas en el seno de la coalición.
La nueva síndica acababa de hablar ante los medios respaldada por los diputados no confinados por covid-19, una imagen de unidad con la que también se quiso cerrar las heridas o rasguños (ya se verá) que ha dejado el proceso, especialmente en el seno del antiguo Bloc.
Lo rápido de la reunión (apenas habían pasado veinticinco minutos cuando se oyeron aplausos en la sala del edificio anexo de Les Corts), adelantó que no había habido batalla cruenta y que el trabajo de unos y otros se había hecho previamente. El clima, explican desde dentro, fue bueno.
“Hemos entrado, hemos dialogado, hemos llegado a acuerdos y nos hemos entendido. Tenemos un acuerdo, se puede hablar de unanimidad, de consenso, lo que queráis. No ha habido diferencias internas, como podéis comprobar. Hay debate, que siempre es muy enriquecedor en todos los procesos”, apuntó Robles nada más salir. “Cambia la cara pero no cambia el grupo ni el proyecto”, recordó un par o tres de veces.
La nueva síndica insistió en darle valor a ese proceso interno a varias voces. “Compromís se caracteriza por hablarlo todo y por no huir nunca del diálogo. Me da la sensación de que eso en muchas ocasiones no es habitual y choca mucho pero creo que salimos reforzadas después de cada proceso de debate y más seguras de cuál es nuestro proyecto”, apuntó.
A su lado, asentía Aitana Mas (Iniciativa) que, nada más conocerse la marcha de Ferri se ofreció como sustituta con el aval de haber hecho tándem con él. Pero Més Compromís siempre tuvo claro que no iba a renunciar a un cargo que les correspondía según el reparto que hicieron al arrancar la legislatura. Y, llegada la votación, la habría ganado.
“Lo normal es que si el 1 dice que se va, el 2 no diga ‘pues ahí os apañáis’. Dije que era un ejercicio de responsabilidad por mi parte decir que estaba a disposición de mi grupo. No entiendo eludir mis responsabilidades. Me ofrecí y ya está. Ha habido una charla de todo el grupo, una candidatura, una propuesta y la hemos aceptado”, explicó Mas, que coordinará el grupo con Robles como hizo con Ferri. “Vamos a hacerlo de manera conjunta porque siempre nos hemos entendido y lo continuaremos haciendo”, confirmó la nueva síndica. Como Mas, seguirán de coportavoces la vila-realense Mònica Àlvaro (Més) y Juan Ponce (Els Verds).
Más allá del reparto pactado en su día y de la correlación de fuerzas en el grupo, también está el hecho de que el alcalde de València, Joan Ribó, había pedido que el cargo fuera para una persona vinculada con la ciudad y se mostrara de acuerdo con la propuesta del Més de elevar a Robles. Pese a ir por libre, tiene mucho peso en la coalición y sus opiniones y las de Oltra suelen coincidir. La nueva síndica negoció en su día el 'Pacte del Rialto' para renovar el gobierno progresista del 'cap i casal'.
Si la vicepresidenta le felicitó públicamente, el castellonense conseller de Educación, Vicent Marzà lo hizo en las redes. Un contacto con un positivo le hizo intervenir telemáticamente en la reunión y tras acabar puso un mensaje a Robles. “Una gran responsabilidad se abre ante ti, pero cuentas en el barco con 16 compañeros y compañeras más para continuar trabajando por el País que queremos”, apuntó el miembro de Més Compromís, que señaló que el grupo queda “en muy buenas manos”.
El de síndic era un puesto al que aspiraba Marzà pero el poco entusiasmo que despertó en su partido que un conseller (y siempre posible cabeza de lista) dejara de serlo para ser portavoz le animó (no sin roces internos) a continuar en un departamento que debe afrontar la sexta ola de covid-19 y el final del Pla Edificant.
No ha sido el de Marzà el único ‘fuego interno’ del Més. La corriente crítica ‘Bloc i País’ (en la que se sitúa Mònica Àlvaro) pidió hace unos días “dimisiones” por la gestión del relevo y por no haber apostado por la diputada castellonense y apuntó a la secretaria general Àgueda Micó. Pero ese malestar no se mostró en la reunión. “Los temas orgánicos se arreglan en espacios orgánicos”, señaló Robles.