Como parte del extraordinario apoyo que La Unión destinó a Ucrania, durante el primer año de LaGranGuerra, unos 50.000 millones de euros fueron a financiar las necesidades inmediatas tras la invasión de Rusia. Ya era primavera en el Año III d.C. -después de la Covid-, cuando la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) firmó un acuerdo de cooperación administrativa con el Servicio Estatal de Auditoría de Ucrania (SAS). En el imaginario colectivo había quedado la imagen del gobierno de Kiev como un Estado secuestrado por la corrupción.
La OLAF llevaba a cabo investigaciones independientes sobre el fraude y la corrupción con fondos de la Unión Europea (UE), a fin de garantizar que todo el dinero de sus contribuyentes fueran utilizados con un buen fin. En esa fecha, la UE había destinado 630 millones de euros en ayuda humanitaria, 12.000 millones de euros en asistencia militar, 8.000 millones den subvenciones, préstamos y garantías, y 30.000 millones de euros de Asistencia Macrofinanciera. En total, sumaba 50.630 millones euros desde que comenzó la invasión rusa en 2022.
Pero no sólo era la OLAF la que estaba alerta. El Tribunal de Cuentas de la UE había emitido un Informe especial el 23/2021, sobre la “Reducción de la gran corrupción en Ucrania”, donde concluía que los resultados “siguen siendo insuficientes”. Ucrania ha estado sufriendo "una gran corrupción y captura del Estado durante muchos años”. La auditoría evaluó si el apoyo de la UE en Ucrania era eficaz en la lucha contra la gran corrupción y, aunque la UE había introducido varias iniciativas para ello, “descubrimos que la gran corrupción seguía siendo un problema clave en Ucrania”.
Así, el 22 de noviembre de 2022, en su Opinión 7/2022 "sobre la nueva estrategia de endeudamiento de la Comisión para la ayuda financiera a Ucrania", el Tribunal de Cuentas volvía a advertir de que “las futuras necesidades financieras de la UE podrían verse afectadas" y que “el presupuesto de la UE corría el riesgo de un incumplimiento en Ucrania”. El Consejo Europeo estaba a punto de comprometer su presupuesto para 2023 con 18.000 millones de ayuda financiera al gobierno de Zelensky.
El director general de la OLAF, Ville Itälä, firmó el acuerdo de cooperación administrativa el lunes 27 de marzo en Kiev durante una visita de Johannes Hahn, comisario europeo de Presupuesto y Administración. El comisario fue claro: «La Unión Europea apoya firmemente a Ucrania, incluso financieramente”, pero “debemos asegurarnos de que el apoyo financiero de la UE a Ucrania esté bien protegido”.
El apoyo proporcionado o garantizado por el presupuesto de la UE para el año 2022 de había sido de 11.600 millones de euros. Mientras que el apoyo proporcionado para el año 2023 subía hasta los 18.400 millones de euros, incluido el instrumento MFA+, de los cuales 3.000 millones de euros se desembolsaron en enero. Estas cifras se sumaban a los 7.300 millones de euros en asistencia financiera y humanitaria bilateral movilizada por los Estados miembros, 500 millones en especie a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE, asistencia militar de 11.000 millones, más de 156 millones de euros para el sector energético, 40 millones para la lucha radiológica y 13 millones de euros para la restauración de laboratorios dañados por los ocupantes rusos en Chernobyl.
Con este apoyo financiero estable, regular y predecible, Ucrania podría seguir pagando salarios y pensiones y mantener los servicios públicos esenciales en funcionamiento, como hospitales, escuelas y viviendas para personas reubicadas. También permitiría a Ucrania garantizar la estabilidad macroeconómica y restaurar la infraestructura crítica destruida por Rusia en su guerra de agresión, como la infraestructura energética, los sistemas de agua, las redes de transporte, las carreteras y los puentes. Es decir, el dinero sería suficiente para seguir manteniendo una guerra duradera.
-Pero no fue gratis, David. Ucrania tendrá que pagar los préstamos durante un tiempo de hasta 35 años, a partir de 2033, periodo previsto para el fin de la guerra.
-Lo recuerdo, Laura. Al igual que en la crisis financiera de 2008 y en una nueva expresión de solidaridad, la UE también se ofreció a cubrir los costes de los tipos de interés de Ucrania, lo que generaría más intereses y una deuda eterna bajo control.