tribuna libre / OPINIÓN

Un mito

Foto: ALBERTO ORTEGA/EP
12/07/2023 - 

Los pueblos no son como se dice que son, pero deben padecer las consecuencias de lo que se dice que son.

Así, se dice que los españoles tendemos a destruir a nuestros mitos, y ensalzamiento y lapidación son los dos extremos de un segmento habitual que convive en las conversaciones de bar y en las sobremesas como referencia a nuestros héroes y villanos diarios.

Sánchez se convirtió en mito para todos y todas cuando fue capaz de recuperar el liderazgo en su partido. No recuerdo a nadie en la democracia española y sus 40 años de historia, que consiguiera irse, o ser echado, como es el caso, y volver. Volver, incluso haciendo aliados entre sus opositores, como es el caso de Ximo Puig y de otros muchos. Y eso la gente de a pie lo valoró y, tanto a su derecha como a su izquierda, se ha hecho el halo de mito. Eso resulta absolutamente incuestionable.

Si a eso le añadimos la moción de censura ganada, que Sánchez llegara a ser un mito resultó algo absolutamente natural.

La espantada de Rajoy, todavía no me explico cómo alguien que gobierna "algo", y eso que esta vez el "algo" era nada menos que un país, puede no verse venir lo que se le vino encima y tener que acabar ahogando su fracaso en un bar, ensalzó todavía más la figura del presidente.

Si sumamos los errores, enormes, de Rivera e Iglesias y el siempre difícil reemplazo de líder en un partido sufrido por el PP, nos lleva a que estamos ante una figura histórica, tanto que ha vuelto locas a las cúpulas de los partidos que mejor proyección llevaban en su momento como, primero Ciudadanos y más recientemente Podemos, que han sucumbido a la esquizofrenia por la creación del mito Sánchez.

Ahora los españoles nos abocamos a lo que se dice que somos, y estamos intentando, desde hace unos meses, destruir el mito, aunque para ello haya que destruir la democracia.

Porque eso es lo que están haciendo los miopes ideólogos del PP, blanquear a una derecha que acabaría, si pudiera, con esta democracia y sus libertades, pensando en que acabando con el mito Sánchez, después podrán controlar a su socio de las tres letras. Y eso, a la vista de lo que ocurre en otros lugares, es bastante cuestionable que puedan conseguirlo.

Pero Sánchez no es más que un hombre, ensalzado y vilipendiado como cualquier otro por los avatares de la lucha partidista, un hombre que va a ser votado por muchos porque representa, hoy por hoy, la lucha por la pervivencia democrática de este país. Un hombre, no un mito.

Pedro Rodríguez fue senador del PSOE en la XIII Legislatura

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