ALICANTE. Una startup unicornio es aquella que alcanza una valoración de 1.000 millones de dólares sin cotizar en bolsa, según el término acuñado en 2013 por la fundadora de Cowboy Ventures, Aileen Lee. Lo de 'unicornio' viene, precisamente, de que no es algo fácil de ver. Y esta es una cifra que se encuentra muy lejana para la startup alicantina All in Biking, pero la empresa fundada por José Julio Becerril y Juan Antonio Cano hace apenas dos años (y que en realidad no lleva ni uno operando en el mercado) comparte con esas rarezas su fuerte y explosivo impacto social y el enorme interés que ha despertado entre los inversores.
Y es que All in Biking, que nació con una inversión inicial de sus fundadores de 300.000 euros, llevó a cabo en marzo de 2022 una ronda de ampliación de capital que inyectó otros 600.000 euros en la empresa, cuando estaba en fase semilla, y convirtió en accionistas a deportistas como Sete Gibernau o Juan Carlos Ferrero, además de otras figuras provenientes del sector tecnológico. A principios de junio, valorada ya en cuatro millones de euros, All in Biking fue la auténtica sensación del 'Alicante Investment Summit', organizado por la oficina alicantina de atracción de inversiones Alia para poner en contacto a emprendedores e inversores. Y en julio, la empresa de Becerril ha visto cómo en apenas tres días cumplía el objetivo mínimo de su segunda ronda de financiación: 1 millón de euros.
Pero, ¿en qué consiste All in Biking y por qué todos quieren invertir en esta empresa? Definida por sus propios fundadores como una 'comunidad ciclista', la app ideada por Becerril es en realidad revolucionaria no por poner en contacto a aficionados de la bicicleta, sino por emplear blockchain para establecer la trazabilidad de los vehículos y que sea más difícil robar una bici. O, al menos, que sea posible recuperarla si eso sucede, cosa que en la actualidad es una utopía.
Como otras grandes ideas, All in Biking nació de una anécdota. "Estando de vacaciones en un camping, en 2020, me volvieron a robar la bici, porque no era la primera vez, y la de mi hijo", recuerda Becerril. "Esta vez decidí denunciar, pero sabía que por una pura cuestión tecnológica la policía iba a ser incapaz de encontrar mi bicicleta". El fundador de la startup se lanzó a hacer un estudio de mercado "lleno de rabia", y se dio cuenta de que en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa tenían el mismo problema: se puede encontrar un coche robado por elementos como el bastidor, pero es imposible saber dónde ha terminado una bici robada, ni detectar cuándo una lo es.
Justo en ese momento José Julio Becerril estaba terminando una certificación en el MIT sobre la aplicación del blockchain a la trazabilidad industrial, y decidió llevarlo a su terreno. All in Biking genera un título único de propiedad sobre la bicicleta, quedando marcada de por vida para que cualquier usuario pueda identificarla de forma sencilla en cualquier parte del mundo, en caso de robo o pérdida. El siguiente paso era establecer acuerdos con las fuerzas de seguridad para que usen el sistema, y con los talleres y tiendas para que les salte una alerta cuando alguien intente llevarles una bici robada.
A partir de esta idea inicial, la app alicantina ha terminado convertida en una auténtica red social que esta semana ha alcanzado los 40.000 usuarios, con "un ritmo de crecimiento muy potente". Si la primera ronda de inversión se destinó a terminar el desarrollo tecnológico para sacar a un marketplace el producto final hace cuatro meses, esta segunda ronda se destinará a consolidar el producto en el mercado, con una importante inversión en marketing para captar cientos de miles de usuarios. Al mismo tiempo, se han puesto en marcha unidades de monetización (All in biking no cobra al ciclista, sino a la empresa que usa la red para ofrecer sus productos), y han comenzado a negociar con ayuntamientos para que se conviertan en clientes.
La segunda ronda de inversión se canalizó a través de Fellow Funders, plataforma especializada en financiación alternativa, con el citado objetivo de captar un millón de euros. Se puso en marcha el martes de la semana pasada, y a mediodía del viernes ya se había superado el objetivo. "La respuesta nos ha sorprendido incluso a nosotros", admite Becerril. Ahora, la empresa aspira a captar el doble, es decir, dos millones, pues la posibilidad de invertir (con un ticket mínimo de 585 euros) sigue abierta. El proyecto aspira a multiplicar por diez su valor en los próximos cuatro años, gracias a un mercado potencial de 3.000 millones solo en España y las diversas formas de monetización que tiene ante sí.
Entre los inversores de esta segunda ronda destaca el family office del abogado alicantino David Devesa, de cuyo despacho es además cliente All in Biking. Devesa ha entrado con Dentol Capital (fue uno de los inversores presentes en la reunión de Alia) y, como en otras ocasiones, ha servido de arrastre para otros empresarios de la provincia. "En parte, esta ronda está siendo un éxito gracias al apoyo en todos los sentidos de Devesa", agradece Becerril. Entre una ronda y otra, además, All in Biking ha adquirido Race The Planet, una app para aficionados a las carreras populares, con el objetivo de ampliar su base de usuarios.