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el cielo aguarda / OPINIÓN

Vamos a contar mentiras, tralará

Foto KIKE TABERNER

Ahora que vamos despacio. Vamos a contar mentiras, tralará. Vamos a contar mentiras, tralará

26/05/2022 - 

Realmente los acontecimientos y justificaciones en la vida política de este mes de mayo que vamos a despedir podrían muy bien incorporarse a la letra de esta canción. Pero, en lugar de una canción, tendríamos para las letras de un vinilo al completo.

El Botànic III se ha puesto en marcha con muchas ilusiones y con ganas de dar cancha a nuevos interlocutores y así intentar levantar el ánimo de sus tropas. Pero la pura realidad es que el miedo que reina en la corte del Palau de la Generalitat -a no reeditar en las urnas un nuevo Botànic- ha hecho que se adelanten todos los planes y que nadie pueda decir nunca que en la Comunitat no se logró proeza como la conseguida antaño por los gobiernos del PP. Eso sí, nace ya con acta de defunción bajo el brazo y cada vez más suena a despedida y fin de ciclo.

El nuevo sistema de financiación autonómico pasó a mejor vida en la era del conseller Soler. Eso sí es una verdad, pese a saberse desde el inicio de su mandato que la tarea era imposible. Con mando en la capital el PP y luego el PSOE, las amenazas se fueron transformando en reivindicaciones para diluirse en una triste carta final de despedida. Las luces han sido siete Presupuestos aprobados, pero la sombra es una deuda desbocada que no para de crecer y a la que nadie le quiere poner remedio. “Això ho pague jo!”. 

Un año tiene el bueno de Arcadi para darle la vuelta a esta situación. Aunque parece que con su primera intervención en Les Corts como conseller de Hacienda va a coger una tangente más pronunciada que su antecesor. O, tal vez, lo que quiera coger es ese “tranvía llamado deseo” que es en lo que se ha transformado el tren de la costa; o sea, ni tren ni costa, simplemente deseo con claros tintes electoralistas. 

Podemos adornar la canción con este nuevo estribillo: “La Declaración de Impacto Ambiental para construir el tranvía me da igual, tralará”, “Solo me valen tus votos, tralará”.

El president se marcha a tierras portuguesas en misión institucional y empresarial asegurando que es el que más veces se ha sometido a las sesiones de control. Un clásico para evitar contestar a situaciones comprometidas cuando hay alguna noticia en el candelero y queremos correr un tupido velo. Mismos argumentos que los utilizados ya en el 2015, 2016… para justificar algo injustificable. 

Y con situaciones comprometidas no me refiero únicamente a las presuntas ayudas irregulares del hermano del president Puig y su socio, - desde el 5 de abril se conoce que esta semana estaban citados a declarar, uno, el 23 y otro, el 25 de mayo- sino a otras como son el trasvase del Tajo, el tema del tratamiento en frío de los cítricos, el decreto de las renovables o el futuro de Ford, las obras del estadio del Valencia, el Puerto, la tasa turística o, por qué no, la previsible imputación de la vicepresidenta Oltra por el asunto judicial de los abusos de su ex marido.

Y, aunque todo está muy revuelto y los cromos y roles parece que van a intercambiarse en la legislatura próxima, la XI, lo que sí está meridianamente claro es que las seis fuerzas políticas estarán de nuevo representadas. Únicamente faltará saber en qué porcentaje y con qué peso de decisión.

Ahora todo comienza a ir mucho más deprisa, tralará.

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