CASTELLÓ. Historias, risas y anécdotas con el Mediterráneo como escenario entre un grupo de tres amigos -el escritor Manuel Vicent, el cineasta David Trueba y el periodista Ángel Sánchez-Harguindey- echando mucho de menos al cuarto del grupo: el cantautor Joan Manuel Serrat, que a pesar de la ausencia estuvo muy presente. Así fue la clausura este jueves del ciclo ‘Diálogos sin fronteras’, impulsado por Rototom Sunsplash y su Asociación Cultural Exodus, en una abarrotada Villa Elisa, en Benicàssim.
El romper de las olas y la música de Serrat, que conectó vía audio con el público para lanzarle un “cálido abrazo’ desde Barcelona, donde tuvo que quedarse por “motivos de salud”, fue la banda sonora de la sesión ‘Conversaciones en el Mediterráneo’, coorganizada junto a la UJI en el marco de la Universitat d’Estiu y con la colaboración del ayuntamiento benicense.
En un ambiente distendido, y despertando las carcajadas del público en más de una ocasión, Vicent y Trueba hablaron, en una conversación moderada, desde un papel activo, por el mítico periodista, del impacto del Mediterráneo en sus vidas. En el cine, con el rodaje de ‘Novio a la vista’ de Berlanga; y la literatura, con el ‘León de ojos verdes’ de Manuel Vicent como ejemplo.
Y en la pintura: “Ese Mediterráneo de Sorolla que invita a entrar, a coger toalla y bañador”, apostilló Vicent. Juntos abordaron el futuro de un mar “maravilloso que nos estamos cargando”. Caótico pero armonioso y fuente de felicidad al mismo tiempo. Deseado “pero ensangrentado” y cobijo de “una guerra interminable si los dioses monoteístas” que se ‘alojan’ en torno a él “no se ponen de acuerdo”, dijo Manuel Vicent.
La velada en Villa Elisa fue un viaje. Por los encuentros recientes de los cuatro amigos en el hotel Voramar o en las islas Columbretes. Por la infancia del escritor Manuel Vicent en Villa Alegría, frente “a la mar de Moncofa”, un “referente moral porque en ella nos sorprendió la guerra” y en la que, sin embargo, no tuvo “conciencia” de la mediterraneidad. Fue en Madrid, bastantes años después. “Aquí descubrí el Mediterráneo consciente. Un día, en el café Gijón, pensé en el mar de mi infancia, deseando que sus olas rompieran en la Cibeles. Bastaba con escribirlo y soñarlo”, compartió Manuel Vicent.
David Trueba –“le llamamos el joven, a pesar de sus canas”, bromearon Vicent y Sánchez-Harguindey”- descubrió “esta playa”, la de la Almadraba junto a sus compañeros de tertulia. “Soy el menos mediterráneo de todos, madrileño y de madre cántabra, de niño conocí un mar distinto”, reconoció, al tiempo que se alegró de formar parte, “desde mi posición de alguien que no ejerce como persona fronteriza, de este ciclo, ‘Diálogos sin fronteras”.
Un ciclo que llega a su fin tras recorrer en siete meses cinco ciudades distintas de la geografía valenciana para compartir y exportar la maquinaria cultural del festival Rototom Sunsplash durante todo el año y con nuevo público. ‘Diálogos sin fronteras’ retomará su ‘carretera y manta’ en otoño con nuevas propuestas. Antes, la reflexión colectiva en torno a temas de actualidad promovida desde el festival hará parada en el Foro Social 2024, que transcurrirá en paralelo a la celebración del Rototom Sunsplash, del 16 al 21 de agosto, y con nuevo escenario fuera del recinto de conciertos: el Teatre Municipal de Benicàssim.