CASTELLÓ. Una exposición fotográfica de Enrique Benavent sobre el impacto de la primera ola del Covid-19 titulada Rostres després de la batalla abrirá por primera vez el Gran Casino de Vila-real después de las obras de restauración, según han confirmado fuentes municipales. El majestuoso recinto albergará el Registro Municipal y el resto de dependencias municipales que permanecen actualmente en la planta baja del Ayuntamiento. El salón noble de la primera planta del Gran Casino se reservará para recepciones y actos oficiales de enjundia.
La puesta de largo del recinto llega un año después de la fecha inicialmente prevista en el calendario. Las obras de restauración, cofinanciadas por los fondos europeos Feder, fueron adjudicadas a mediados del año pasado por 544.229 euros a la empresa Arimca. Sin embargo, la irrupción del Covid-19 retrasó la culminación de los trabajos.
La inauguración de la exposición fotográfica será a las 12.00 del mediodía, según las citadas fuentes municipales. Los vecinos que visiten el Gran Casino podrán conocer los detalles de la restauración con la ayuda de unos paneles explicativos. El consistorio estrenará también la restauración del anexo Teatro Tagoba, que en principio no abrirá sus puertas dado que falta instalar una parte del mobiliario, como las butacas, según las mismas fuentes. Ambos recintos están unidos por cubo de vidrio en la medianera.
Las obras de restauración del Gran Casino han aislado la cubierta del edificio de humedades y filtraciones de agua. También se han renovado todas las instalaciones y se ha recuperado la estética original de la fachada exterior y la escalinata principal.
El Gran Casino, de 836 metros cuadrados, fue inaugurado en 1910 y remodelado solo nueve años después. Fue utilizado como sede de diferentes sociedades de Vila-real, como casino e incluso como oficina de una entidad bancaria, hasta que el Ayuntamiento lo compró en diciembre de 2015.
En el caso del Teatro Tagoba, las obras de restauración –también costeadas al 50% por la UE—han sido ejecutadas por las empresas Patrimonio Inteligente, y Construcciones y Desarrollo Tudmin por 911.389 euros. El Covid-19 también ha dilatado casi un año la culminación de los trabajos.
El antiguo teatro Tagoba permanecía cerrado desde hace casi dos décadas y presentaba un estado de gran deterioro, principalmente por las humedades de la cubierta y las filtraciones de agua en la planta baja. Comprado por el Ayuntamiento en diciembre de 2015, conserva su estructura original, con el escenario y la platea como elementos más reconocibles.
La puesta en valor del inmueble situado en el número 4 de la céntrica calle Insa permitirá descongestionar la programación cultural de Vila-real. De momento, según fuentes municipales, permanecerá sin actividad a la espera de instalar todo el mobiliario.
Las obras han retranqueado la fachada de acceso hacia el interior, se ha mejorado la visibilidad de los dos palcos, se han solventado las graves filtraciones de agua de la cubierta superior, se han renovado todas las instalaciones y acabados del interior del edificio y se ha incorporado un ascensor resguardado en una estructura de acero para comunicar verticalmente el teatro. Tras la remodelación, el edificio Tagoba ha duplicado su superficie hasta los 1.272 metros cuadrados repartidos en la planta baja y las dos alturas.