VALÈNCIA. El comisario jubilado José Manuel Villarejo puso en cuestión este miércoles el origen de la investigación del conocido como caso Erial que afecta al exministro Eduardo Zaplana. Ante la comisión 'Kitchen' del Congreso de los Diputados y a preguntas del diputado valenciano Luis Santamaría, relató una serie de supuestos encargos del PSOE cuando se encontraba en el Gobierno.
"Había un interés, no sé por qué, en destruir al señor Zaplana y se utilizó a un confidente del CNI sirio para ver las fórmulas" fue una de las afirmaciones más destacadas.
Con ello apuntó directamente a los famosos 'papeles del sirio' que dieron inicio a la investigación del caso Erial, un presunto entramado liderado por el exministro consistente en supuestas mordidas desde la Generalitat realizadas a través de la adjudicación de los contratos públicos del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana y de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV). Cantidades que, posteriormente, salieron fuera de España con el objetivo de acabar retornándolas.
En el sumario consta que el origen de las pesquisas fueron una serie de documentos hallados por la Guardia Civil en el despacho del abogado de Marcos Benavent (exgerente de Imelsa) durante un registro en 2015 en el marco de otra supuesta causa de corrupción, Taula. La sorpresa llegó cuando los papeles correspondían a operaciones totalmente diferentes que eran indiciariamente delictivas. Los agentes tomaron entonces declaración a Benavent, quien explicó, de acuerdo con el informe que elaboraron, que la documentación se la entregó sobre el año 2012 una persona de origen sirio llamada Imad, "un miembro destacado de la mezquita de Valencia y muy conocido dentro de la comunidad árabe" que, además, presumía de tener vínculos con el CNI.
El susodicho acabó contando a la Guardia Civil que dio unos papeles al exgerente de Imelsa que había encontrado diez años atrás (es decir, sobre 2007) en una vivienda en la que estuvo residiendo en régimen de alquiler y que anteriormente fue ocupada por Zaplana. En ellos se dibujaba una perfecta hoja de ruta para lograr las adjudicaciones y las posteriores comisiones.
Esta rocambolesca historia, además de provocar mil y una conjeturas, siempre ha tratado de ser desmontada por la propia defensa del exministro, que incluso trató de que Benavent declarara ante el juzgado para que detallara cómo tuvo lugar todo. La jueza rechazó la petición.
Por si no fuera suficiente, ahora se le suma la declaración de Villarejo y el hecho de que el exgerente de Imelsa vaya a comparecer la próxima semana en el juzgado encargado de Taula a petición propia tras cambiar de abogado. Una decisión que apunta a un cambio de estrategia judicial –hasta ahora era la de plena colaboración– y que puede pasar, entre otras cuestiones, por tratar de desmontar ese inicio del caso Erial.
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