El Consell planea un presupuesto con un ajuste en las inversiones
El Consell planea un presupuesto con un ajuste en las inversiones
VALÈNCIA. Fuera las caretas. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, avanzó este lunes por primera vez cuál será el espíritu de las primeras cuentas del gobierno PP-Vox que se presentarán a finales de este mes de octubre. Tal y como informó este diario, el nuevo ejecutivo no seguirá los pasos del Botànic (formado por PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem) y apostará por unos presupuestos para 2024 mucho más contenidos, alejados del formato expansivo continuado que llevó a cabo el anterior gobierno.
"Nos encaminamos a unos primeros presupuestos que son muy duros, por una situación económica heredada lamentable, con la peor deuda y el peor déficit de la historia, con la peor inversión de un gobierno socialista de la historia. Por tanto, con unas cuentas extraordinariamente difíciles", sentenció el presidente de la Generalitat. Una advertencia que, además de cumplir con la receta del jefe del Consell de "eliminar todo lo que sobra en la Administración", también coincide con un contexto de ajustes que la Unión Europea ya ha empezado a demandar. Dicho con otras palabras más propias de Juego de Tronos: 'Winter is coming' (se acerca el invierno).
El Consell planea un presupuesto con un ajuste en las inversiones
Así pues, la sombra de los ajustes planea sobre el próximo ejercicio. El gobierno PP-Vox ya había descartado incluir en las cuentas la partida de ingresos reivindicativos (1.300 millones de euros de una hipotética reforma en el sistema de financiación) que el Botànic llevaba apuntando desde los primeros presupuestos que elaboraron en el año 2015. Una fórmula que ya se utilizó en el último ejecutivo del PP presidido por Alberto Fabra y que las fuerzas progresistas, pese haberla criticado duramente, también aplicaron. Bien es cierto que, a priori, el nuevo gobierno sí incluirá otros ingresos de difícil cobro como son los 900 millones de atención sanitaria a los desplazados y los cerca de 500 millones que desde el Consell se atribuyen al Gobierno central por la falta de pago del 50% de costes de la dependencia.
En cualquier caso, la idea del presidente de la Generalitat va dirigida a diseñar unas cuentas que reflejan una previsión de gasto más real de la que se realizaba por parte del Botànic, aunque eso signifique aplicar un baño de realidad respecto a las inversiones. Eso sí, tanto Mazón como la consellera de Hacienda, Ruth Merino, han insistido públicamente en que no habrá recortes en servicios fundamentales, como Sanidad, Educación o Dependencia.
La prioridad para el Consell de PP y Vox es alejarse de la tendencia marcada por el Botànic desde 2015 en materia de crecimiento "ficticio" mediante cuentas constantemente expansivas. Es cierto que esta crítica a la estrategia mantenida en los últimos años ya existía -aunque de forma interna- entre algunos cargos de PSPV y Compromís, que veían cómo la práctica totalidad de las consellerias protagonizaban una especie de "carrera loca" por conseguir más recursos pese a las peticiones de contención que se producían desde Hacienda. Estas posiciones, unidas a las pugnas entre las tres formaciones (o cuatro en este caso, porque Podemos y Esquerra Unida actuaban de forma independiente), daba lugar a situaciones de tensión que solían resolverse con aumentar, por así decirlo, el tamaño de la tarta. O lo que es lo mismo, incrementar el gasto global para contentar a todos y, con ello, los ingresos artificiales.
En este sentido, Mazón aseguró este lunes que desde su gobierno van a ser "muy audaces y valientes" en aplicar "recortes del gasto innecesario", si bien recalcó que esos ajustes no afectarán a los servicios públicos, los cuales se van "a reforzar". De esta manera, el presidente de la Generalitat admitía públicamente por primera vez que la filosofía de las cuentas no sólo huirán de la grandilocuencia, sino que probablemente tendrán un carácter restrictivo y retraído en comparación al último presupuesto del Botànic.
"Contaremos la verdad de lo que nos estamos encontrando a los valencianos, pero eso no será excusa para seguir hacia adelante", proclamó, para asegurar que desde el actual Consell se iniciará "un camino de recuperación, apertura, brazos abiertos e impulso a la inversión, que facilitará la cohesión social".
Una perspectiva no compartida por las fuerzas de la oposición. Así, el líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, recordó las recientes medidas fiscales de Mazón: "Cuando se bajan los impuestos a los que más tienen y se hace un proceso de desamortización fiscal" es evidente que "hay problemas a la hora de abordar las políticas redistributivas". "La herencia recibida ha sido que todos los indicadores económicos y sociales están mejor que los que dejó el PP", concluyó Puig. Por su parte, la portavoz adjunta de Compromís, Isaura Navarro, calificó de "indignantes" las declaraciones de Mazón y lamentó que usara el Botànic como "coartada" para "sus recortes intencionados". "La realidad es que el Botánico le ha dejado las mejores cuentas posibles después de lo que nos encontramos al llegar al gobierno en 2015, con una deuda imposible que crecía al 18% por culpa de sus mangarrufas, una cifra que el Botánico bajó al 4%".