VALÈNCIA. Aparentemente no hay nada que haga excepcional a esta familia. Ningún foco se pararía ante ellos. Cuatro hermanos que superan los 50 años por cabeza y comparten vida en la casa de sus padres, cuatro personas rendidas ante un mundo que cada vez les es más ajeno. Tan solo cuatro personas. Y, sin embargo, ahora son ellos los que ocupan el escenario del Teatre Rialto. Se trata de los protagonistas de Las danesas, el nuevo proyecto teatral de Xavo Giménez, autor y director de una obra que quiere dirigir la mirada a aquello cotidiano y removerlo hasta no saber si uno está en la realidad o la ficción.
“Dentro de las familias se esconde tanto lo malo y como lo poético”, relató el propio Giménez durante la presentación de la pieza, en la que estuvo acompañado por los intérpretes Rosanna Espinòs y Álvaro Báguena, así como con el director adjunto de artes escénicas del Institut Valencià de Cultura, Roberto García. Y es precisamente la poesía uno de los elementos clave para explicar el proyecto, un trabajo que nada entre lo terrenal y lo divino gracias a la escenografía diseñada por Blanca Añón. El punto de partida es una casa en la que habita una familia que se dedicaba al cultivo de flores y que, cuando expropiaron sus terrenos, se marchó a vivir al centro de la ciudad. A partir de ahí, se le da un giro de tuerca construyendo un espacio mucho más evocador, que nada en lo irreal.
“Hemos hecho una propuesta que no es fácil, nos la hemos jugado a nivel plástico y estético. También a nivel narrativo. Estamos en el filo de la navaja, pero la obra lo pedía. Los personajes viven en ese limbo entre la realidad y la ficción”, relata Giménez. “Cuando coges las cosas más cotidianas, que aparentemente no tienen ninguna excentricidad, y los dotas de alicientes escénicos puedes pasarte de la raya. Cuando la situación es una familia tomando una café con galletas no hay nada extremo, el riesgo es buscar en esta situación la teatralidad”.
La obra parte de los conceptos universales de la verdad y la mentira, palabras que Giménez tuerce hasta crear una obra en la que ambas cosas se podrían llegar a confundir. Los Valle, protagonistas de esta historia, son una familia especializada en las coronas de flores para los muertos, un negocio que ha acabado porque las flores de plástico han sustituido a las flores naturales, una de tantas cosas falsas que rodean a una familia en la que Florencia, la hermana muda, será clave. “Esta función es muy de voyeurs, de mirar por el ojo de la cerradura. Habla de la gente que no importa y que no lo consiguen, como la mayoría de nosotros”, relata el actor Álvaro Báguena.
El proyecto, con el que abre temporada el Teatre Rialto el próximo 7 de octubre, es fruto del IV Laboratori de Dramatúrgia Insula Dramataria Josep Lluís Sirera, un trabajo que, una vez pase por València llegará a la Mostra Espanyola d’Autors Contemporanis d’Alacant en el Teatre Arniches y, después, al Teatre Principal de Castelló. “Esta producción es la punta el iceberg de todo un proyecto integral de apoyo y acompañamiento a la creación contemporánea”, relató Roberto García frente a un Giménez que alabó la "fortuna" de formar parte de un proyecto a largo plazo, "aunque me faltarían tres semanas de ensayos", bromeó. Las danesas se podrá ver en el Rialto desde el 7 al 30 de octubre.
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