Rápida y con mala letra, así ha sido la gestión que la Generalitat ha hecho del proceso por el que se suponía pretendía formar a la élite que iba a gestionar los tan necesitados Fondos Europeos.
63.296 euros de 4.600 candidatos aproximadamente, parecen no ser dinero suficiente para poder gestionar, de una manera lógica y decente, un proceso selectivo en el cual ha quedado patente que los principios de mérito, capacidad y transparencia han brillado por su ausencia y que la comunicación con los agentes sociales, que tan importante quiere parecer en la normativa, es mera quimera.
Lo único bueno que podemos decir, de quienes se han encargado de todo esto, es que Don Draper estaría orgulloso, pues su labor como publicistas ha sido tan maravillosa como engañosa.
Filtraron a medios de comunicación, sindicatos y academias, la urgente necesidad de contratar a unos 267 licenciados por un periodo de tres años para la gestión del dinero proveniente de la Unión Europea. Necesidad que parecía ser real por la convocatoria express de un examen que exigía estudiar y aprender en tiempo récord cerca de 2.000 páginas de normativa europea.
Pero cuál ha sido la sorpresa, de todos aquellos que vieron en esta convocatoria una oportunidad de trabajo, de mejora de empleo o de introducción en el mercado laboral, ya que la posición solo venía determinada por la puntuación obtenida en la prueba, cuando después de tres meses de renuncia a la vida social y de dinero invertido en academias, sumados, a otros tres meses más de espera e incertidumbre de los que las incidencias en la realización del examen y la falta de acción de la administración de cara a solucionarlas tienen la culpa; los responsables de esta bolsa de Fondos Europeos se reúnen con los sindicatos para ahora comunicar que los puestos, que tanto se necesitaban y para los que se había publicitado y convocado la bolsa en tiempo récord, habían sido cubiertos por una bolsa libre de derecho para la cual no hubo que hacer ningún examen ni, desde luego, acreditar ningún conocimiento de la normativa europea.
La Generalitat debería ver quien tiene al frente de todos estos procesos y cuales han sido los fallos y responsables de montar todo este circo, circo que no es "del sol" precisamente, y que no solo le resta credibilidad, si no que aleja a la administración de cumplir aquello que se supone también esta entre sus objetivos, rejuvenecer la administración y presentarla como una alternativa segura y de futuro.