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sin rodeos / OPINIÓN

Mujeres

1/03/2024 - 

En una semana celebraremos el Día Internacional de la Mujer: actos, manifestaciones, declaraciones institucionales… Todo esto está muy bien, pero ayuda poco si estas reivindicaciones se quedan en eso y en estos días. Siempre he pensado que la mejor manera de luchar por la igualdad real es demostrándolo en tu día a día.

Por eso, cuando en la Universidad Politécnica de València las mujeres éramos rara avis, me licencié en Ingeniería Industrial. Mientras la mayoría de mujeres de aquel momento optaba por carreras de letras, decidí estudiar lo que me motivaba. Me precedieron otras, el camino lo abrieron en 1972 las primeras mujeres en graduarse en la UPV. Después de ellas, hemos sido muchas las que estudiamos carreras que hasta ese momento eran exclusivamente de los hombres.

Esa decisión ha marcado mi vida laboral, que ha sido enriquecedora y satisfactoria. En esta nueva etapa como diputada provincial, estoy al frente de Carreteras. Soy la primera mujer que dirige esta área. No por ninguna cuota, sino por mi formación y profesión. Una experiencia, que me hace sentir cómoda porque puedo trabajar de tú a tú con los técnicos.

He ejercido mi profesión con pocos referentes femeninos. En este sentido, me alegra que cada vez haya más mujeres que estudian ingenierías, que ejercen la profesión por vocación y que empecemos a ser visibles en los puestos de responsabilidad. Hay que seguir avanzando, claro que sí. Una manera de hacerlo es con la visibilidad.

Así, en la Diputación de València, como ejemplo, se expuso del 11 al 19 de febrero una muestra de mujeres pioneras en la ciencia. A mí me fascina la figura de Marie Curie, una mujer que se esforzó desde bien joven por cumplir su sueño. Sabía que tenía aptitudes sobresalientes, pero tenía vetada la universidad de Varsovia por ser mujer. Así que trabajó como institutriz en su Polonia natal para que su hermana pudiera estudiar en París y así pudiera ayudarla a ella posteriormente. Fue un plan concebido, sacrificado y duradero, de dos años, que dio frutos. Tantos, que Curie fue una rompedora de techos de cristal, no, de hielo. Ganadora de dos premios Nobel y primera profesora mujer de la Sorbona, entre otros hitos. Todo eso llevando la casa y criando a sus hijas. Ahí es nada.

Curie luchó sola contra las reglas establecidas, sufriendo críticas y padeciendo lo indecible. Como muchas otras pioneras. Aun así, lo consiguieron y su éxito fue el de toda la sociedad. Nos abrieron un camino que ha seguido siendo costoso, pero en el que hemos progresado mucho.

En esa mejora quiero poner hincapié. Sí, soy positiva y optimista. Por su supuesto que hay que seguir avanzando porque no todas las mujeres gozamos de las mismas condiciones y porque en otras partes del mundo se somete y anula a la mujer. No obstante, hay que poner en valor lo que hemos logrado en las últimas décadas porque es el resultado de muchas valientes que nos precedieron.

Por eso, no nos podemos dejar llevar por las catastrofistas que en vez de ayudar, nos ponen palos en la rueda. Sí, que haya un 44% de los hombres que, según el CIS, considera que la promoción de la igualdad ha llegado tan lejos que les discrimina es contraproducente. Que haya más de 1.200 agresores sexuales que se hayan beneficiado de una ley que se supone iba a protegernos es un peligroso sinsentido.

Lo dejo aquí porque no quiero entrar en polémica (sigo en modo positivo), yo creo y confío siempre en el entendimiento y la unión por encima de las discrepancias. Todas somos mujeres, todas somos hijas y muchas también madres. Todas queremos que nuestras hijas, que las generaciones futuras, crezcan libres e iguales, y tengan las mismas oportunidades que sus hermanos y sus amigos.

Además, la gran mayoría de mujeres, luchamos por la igualdad cada día. Lo hacemos dando ejemplo, demostrando que podemos llegar donde nos propongamos a pesar de los obstáculos. Lo hacemos eligiendo nuestra vida profesional y personal libremente, y derribando los muros que nos vamos encontrando para que las que vengan después tengan el camino despejado. Esa es la reivindicación genuina. No dejes pasar un día sin actuar a favor de la igualdad. Cada gesto cuenta.

No puedo acabar esta columna sin recordar a todas aquellas mujeres que han muerto a manos de sus parejas y exparejas, y a todas esas que siguen viviendo con miedo. No existirá una igualdad real hasta que no haya ni una sola mujer que padezca esta violencia. Por la igualdad recuerda que 8 de marzo es todos los días y que todas, independientemente de nuestra ideología, somos mujeres.

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