ELCHE. Cada vez que se habla de la posible cesión del busto íbero al municipio ilicitano surgen a la palestra diferentes cuestiones como la descentralización de los museos o cuál debería ser el lugar que acogiese a la emblemática pieza de la cultura ibérica de forma permanente. Sin embargo, mientras estos argumentos copan ríos de tinta y declaraciones desde el ámbito político, la alargada sombra que proyecta la pieza tapa el propio valor que supone el yacimiento de La Alcudia en el que se halló. Desde sede episcopal durante tres siglos, hasta ejemplo de poder y prosperidad romana en la Península Ibérica, se trata de un yacimiento de primer orden con un gran potencial, a la vista de los hallazgos, también los recientes, con tan solo un 15% excavado.
Como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos, la Dama de Elche ha vuelto a estar de actualidad por la reunión reciente mantenida entre la comisión bipartita del Ayuntamiento de Elche, la Conselleria de Cultura y a la que se sumó el Ministerio de Cultura a cuenta de una hipotética cesión temporal del emblemático busto íbero a Elche. Sin embargo, como en otras ocasiones, la propia joya de la corona del arte íbero suele dejar —quizá de forma inevitable— en un segundo plano la relevancia de La Alcudia, donde fue hallada: un yacimiento arqueológico de unos 110.000 metros cuadrados del que solo se ha excavado un 15% y que aún tiene mucho por ofrecer, tanto a nivel íbero que ahora se empieza a contextualizar, como de su etapa romana. Dice su precisamente su director, Alejandro Ramos, interpelando a uno de sus compañeros, que “es imposible que estadísticamente hayan salido las mejores piezas del yacimiento cuando no se ha excavado prácticamente lo íbero”.
* Artículo publicado en el número de septiembre de la revista Plaza
Una pequeña frase que refrenda el potencial que tiene a nivel arqueológico y por supuesto investigador por todo lo que queda por descubrir; pero también, obviamente, por la importancia en el pasado, un enclave en el que hubo ocupación ininterrumpida de al menos un milenio, desde al menos el siglo V a.C. hasta su abandono hacia el siglo VII o VIII d.C. En las secuencias estratigráficas de sus excavaciones hay asentamientos que muestran momentos de abandono, expolios, colonizaciones, ciudades anteriores e incluso algún asentamiento neolítico.
Sobre esta relevancia, destaca Ramos que “es una de las pocas colonias romanas de la Península Ibérica (unas 20 contando Portugal)”, y que por el ahora yacimiento llegaba toda la influencia púnica, cartaginesa o griega. “También fuimos sede episcopal durante más de tres siglos, hemos tenido aquí a un obispo que ha gobernado religiosa y políticamente una parte importante de la península ibérica”, apunta Ramos. “Incluso la gente que ha venido aquí se va sin haberlo asimilado, porque la Dama eclipsa. Evidentemente es una carta de presentación fundamental para nuestro yacimiento, pero a veces nos ha tapado”, destaca. Así que junto a la sede episcopal visigoda, la ciudad aristocrática de Ilici y la Colonia Iulia Ilici Augusta constituyen los tres hitos conocidos más importantes del yacimiento.
Para seguir conociendo más acerca de la historia de La Alcudia, propiedad de la Universidad de Alicante (UA), lo que supone un hecho diferencial a nivel nacional y por supuesto un aliciente a nivel académico e investigador, la propia universidad financia e impulsa a través del Vicerrectorado de Investigación las distintas excavaciones que tienen lugar y que desarrolla un equipo de investigación diferente. Asimismo, también el Ayuntamiento de Elche se implica cada vez más en el yacimiento, y aporta mucho con peones para las distintas obras que se necesiten. Aunque el director de La Alcudia relata que cuanto más recursos tengan, mejor, actualmente tienen una plantilla suficiente para la gestión del día a día, inclusive “un restaurador y dos arqueólogas que trabajan nuestros propios materiales, para investigaciones enfocadas a congresos, porque las excavaciones actuales son equipos independientes de la UA que vienen aquí a trabajar”.
RAMOS: "ILICI ERA UNA DE LAS POCAS COLONIAS ROMANAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, ERA LA MÁS IMPORTANTE JUNTO A VALENCIA Y CARTAGENA Y POR ELLA LLEGABA TODA LA INFLUENCIA PÚNICA, CARTAGINESA O GRIEGA"
Por otra parte, y como en tantos otros sectores, este curso no ha sido fácil por la pandemia, ya que ha ralentizado algunas actuaciones y a veces ha costado contar con los estudiantes de la UA que participan en las excavaciones, “mano de obra cualificada que puede hacer cualquier labor”, así como la notable reducción de las visitas, con dos años sin excursiones escolares, que suelen llenar de bastante vida el yacimiento. En cualquier caso, las condiciones del enclave, al aire libre, les han permitido seguir trabajando, aunque este año se ha estado haciendo sobre todo trabajo de consolidación de los proyectos, de cara a próximas musealizaciones y puestas en valor para enriquecer las visitas; algo paralelo al trabajo científico.
Ya de cara al futuro, con el Plan Director hasta 2029, a corto plazo se van a recuperar en septiembre excavaciones que se han trabajado otros años, se va a renovar la señalización dentro del yacimiento, y además de seguir con las actividades culturales y los cursos, se está buscando la financiación para poder tener de nuevo un almacén porque quedó en muy mal estado tras una especie de pequeño tornado en 2018. De hecho, el material se puede haber ahora por todas partes, almacenado en cajas que llenan pasillos, despachos y paredes del museo.
Por tanto, los tres proyectos que se han estado trabajando hasta ahora se están poniendo en valor para las visitas a corto plazo, además de haber generado y estar generando material de investigación. Una de ellas es el proyecto ‘Astero’, dirigido por Jaime Molina (Catedrático de Historia Antigua de la UA), que finalizó este 2021 —aunque continuará el próximo después de consolidarlas— y cuyo cometido era excavar en las termas orientales para profundizar en las transformaciones del núcleo romano. El grato resultado es que se han topado con que las termas son el doble de grandes de lo esperado, “al menos las segundas más grandes descubiertas en la Comunitat”, explica Molina.
“Es muy buena noticia” continúa, aseverando que hay zonas de 3 metros y medio de muros conservados y mosaicos que no están visibles para no dañarlos si se descubren, pero de los que se han conservado las policromías, con roleos, hojas de canto y toda una decoración vegetal. Ahora están buscando fondos para una cubierta que les permita proteger de inundaciones la piscina de la terma, la natatio, que es o la más grande o una de las más grandes de Hispania. La excavaron Alejandro Ramos y su padre Rafael Ramos a finales de los 90, y ahora se entiende por qué había tanta piscina para tan poca terma. “Solo limpiando se descubrieron dos habitaciones nuevas, y son tan grandes, que tendrán dos o tres hornos. Lo normal era uno”, señala.
Este hallazgo de Ilici, capital de toda la zona, y ciudad más importante tras Valencia y Cartagena, apunta a que al tener unas termas tan grandes, de la segunda mitad del siglo I d.C., “significa que está creciendo mucho la población en esa época, a nivel de historia estamos recogiendo información valiosa, más allá de lo monumental”. Explica el doctor que entonces la economía iba muy bien, por lo que el desarrollo entre el siglo I y el II “es brutal. Si construyes una terma tan grande, porque ya tienes la terma oriental, es porque hace falta dar servicio de baño al doble de población”.
MOLINA: “EL MUNDO ROMANO EN ILICI ES BRUTAL. TENEMOS UNA MULTITUD DE ALICIENTES PARA SEGUIR EXCAVANDO, NO DIGAMOS YA CUANDO DESCUBRAMOS EL FORO”
Señales de prosperidad y expansión al crear estos edificios públicos, red de cloacas y otras infraestructuras. Descubrimientos que en definitiva, y en conjunto, suponen “una multitud de alicientes para seguir excavando, no digamos ya cuando descubramos el Foro”, el centro da la ciudad que aún no se sabe dónde está, aunque hay varias teorías, pero primero tendrán que finalizar las excavaciones actuales. Nunca se sabe cuándo se puede descubrir otra ‘Tabula de Ilici’, “una pieza alucinante y única en el mundo que es de MAN o British (Museum)”, señala: “El mundo romano en Ilici es brutal”, concluye Molina, para quien La Alcudia es sin duda un yacimiento internacional.
Otra de las excavaciones que están ahora consolidándose para la puesta en valor es la del proyecto ‘Domus’, dirigido por la Catedrática de Arqueología de la UA Sonia Gutiérrez, y que empezó en 2017. La idea fue obtener una secuencia estratigráfica moderna en un sector que nunca se hubiera excavado. Más que centrarse en algún elemento concreto, se buscaba entender toda una secuencia de asentamiento en una zona sin tocar hasta el momento. “Que fuera La Alcudia la que nos hablase”, destaca Gutiérrez, incidiendo como hacía Ramos en que es un yacimiento con asentamientos de etapa prehistórica y hasta siglo el siglo VIII. “Eso ya es mucho más historia que las ciudades modernas de Elche y Alicante. Esta no se abandonó; se expolió, se cultivó y ahora está siendo excavada”, y aclara que el nombre Domus —tipo de casa romana—, viene porque el lugar elegido para las prospecciones está entre dos zonas habitadas romanas. Su objetivo era conocer realmente la secuencia histórica y si se podían contrastar los mitos —sobre lo que se asentaron los íberos, a la luz de las esculturas halladas—, y ver si se podía llegar a los niveles preibéricos. “Ya sospechábamos que las ruinas tal y como las vemos ahora, como si fueran del s I y II, tenían mezcla de distintas épocas”.
Y en efecto, se han hallado niveles bajoimperiales, altoimperiales y medievales, además de evidencias de asentamiento islámico. De lo que se extrae que en el siglo IV, en el bajoimperial, “hay una gran transformación de la época anterior. Esto significa construcción de grandes viviendas, una calle, dos edificios de fachada de gran nivel con técnicas constructivas, y buena parte de los restos que se ven ahora cuando visitas la ciudad son de esa cronología”, explica la catedrática. Un cúmulo de secuencias históricas, concentradas en la excavación, dado que en la excavación no se encuentran capas perfectas una encima de otra correspondiente a cada época, sino muros y restos superpuestos de diversas etapas. Con ellos ahora se está pensando cómo musealizar para los próximos tiempos. “Nuestra idea es musealizar la historia escalonada, de forma que podamos dejar una calle de un siglo, una habitación de otro o un espacio de otro”, ejemplifica, aunque está aún por ver. Eso sí, salvo que se encuentre un gran edificio del siglo republicano del que ya parecen haber hallado indicios.
Y precisamente hablando de misticismos y héroes, los que no faltan en La Alcudia precisamente por toda la literatura e imaginario generado por la Dama de Elche, la última excavación que también se plantea poner en valor (y, de hecho, ya se ha musealizado una parte), es ‘Damas y Héroes’, cuyo investigador principal desde 2019 es el catedrático de Prehistoria por la UA Alberto Lorrio (tomando el relevo del catedrático José Uroz tras su jubilación), y que también codirige el profesor de Historia Antigua la Universidad de Murcia, Héctor Uroz. Como reza el subtítulo del proyecto, ‘tras la Ilici ibérica’, su objetivo era dar con la Alcudia íbera, dado que hasta el momento, con el icónico busto incluido, las piezas más antiguas de esa época se habían encontrado fuera de su contexto original. Explica Uroz que “esos hallazgos refieren a unos monumentos que hablan de unas élites ibéricas muy potentes en esta zona; era su lenguaje de propaganda: grandes mitos con los que justificaban su poder” y que les referenciaban como descendientes de sus héroes del mundo mitológico: “Justificaban el orden establecido de su momento”.
UROZ: “LA DAMA ES UNA ANÉCDOTA ARQUEOLÓGICA DE ESTE PAISAJE, SE SALVA PORQUE SE ESCONDE UNA REACCIÓN ICONOCLASTA CONTRA EL PODER ANTERIOR”
Sin embargo, no se conocía hasta ahora qué tipo de ciudad había, así que al ser el sector 11 en el que se encontró el busto, se empezó a excavar, y el resultado ha sido dar con los primeros vestigios de urbanismo íbero: una serie de fases que desembocan en época más antigua y en una muralla en muy buen estado de conservación y que supone a su vez el resto urbanístico más antiguo de todo el yacimiento. “Es del siglo V a.C., parejo más o menos al resto de esculturas”. Una muralla de la que se conoce que hay tramos en 60 metros de longitud. La misma tiene una función defensiva obvia, pero sobre todo simbólica, como ejemplo del poder de la élite del momento. En relación con la Dama, que es una urna cineraria, se trabaja la hipótesis de que pudo estar escondida en la muralla y que ya estaba amortizada. Sin embargo, en algún momento de su historia, estos monumentos escultóricos se destruyen a propósito “y se produce una reacción iconoclasta; seguramente hay un cambio de grupos de poder y lo que simboliza la clase dirigente saliente hay que destruirlo, y por eso se esconde la Dama, para salvarla”, apunta Uroz, quien añade que aunque la misma es un leitmotiv, “vamos más allá, es una anécdota arqueológica de este paisaje”.
Cabe resaltar que la muralla es la primera acción a gran escala documentada en el yacimiento, porque está sobre el sedimento natural, sin ninguna huella antrópica previa, y este descubrimiento de urbanismo íbero “es importantísimo, y desde el punto de vista de la divulgación y proyección del yacimiento es un salto cualitativo fundamental”, señala el profesor. “La fase ibérica de La Alcudia de Elche es uno de los grandes iconos de los yacimientos más emblemáticos del mundo íbero, pero apenas se conocía uno de sus momentos más importantes para investigar”, sentencia Uroz.
En este contexto, y de nuevo en plena fiebre con el hipotético regreso de la Dama de Elche, hace unos días el alcalde Carlos González enviaba una misiva al nuevo ministro de Cultura, Miquel Iceta, para que a pesar del cambio en la cartera, no se pierda el trabajo realizado hasta ahora. El regidor indica que, valga la jerga arqueológica, tienen una secuencia construida de los hitos para la cesión temporal, “aunque habrá que chequear y consensuar con el nuevo equipo ministerial. En cualquier caso para nosotros la referencia es 2022”. Una fecha indeterminada que coloca en el segundo semestre. González reconoce que con Rodríguez-Uribes fueron “prudentes en el planteamiento, aunque había una magnífica disposición con el ministro para favorecer la llegada”. Se planteó una cesión de “amplio recorrido”, señala sin desvelar la propuesta concreta.
La idea que maneja el Consistorio y que apoya la Conselleria de Cultura es la de “una gran exposición de arte íbero presidida por la Dama”, a diferencia del regreso temporal en 2006, cuando fue tan solo una exposición de pieza única. La Torre del Homenaje del Palacio de Altamira, donde se encuentra el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (Mahe) sería el espacio donde se contextualice historiográficamente el busto y la documentación que hay de la recuperación del Louvre y sus idas y venidas desde el hallazgo, dejando para el propio museo el lugar de exposición de la Dama. El primer edil cree que puede ser una palanca de recuperación para el turismo y que además del impacto socioeconómico tendrá una vertiente “anímica y emocional” por el “anhelo colectivo de los ilicitanos e ilicitanas”.
Aunque el alcalde no desvela el proyecto museográfico, avanza que ya se trabajó con el exrector de la Universidad de Alicante Manuel Palomar el borrador del convenio para la cesión, cosa que sigue vigente y que confirma Alejandro Ramos, para la cesión de unas 40 piezas íberas de La Alcudia que armen ese contexto para la joya de la corona del arte ibérico. “Hay piezas de suficiente valor para contextualizarla”, opina Ramos, que por otra parte se muestra partidario de una cesión definitiva, al entender que es en Elche donde se puede mostrar el marco completo de toda la contextualización y conocimiento de lo que significa el enigmático busto.
Yendo más allá, reconoce que le duele, eso sí, que las piezas de los hallazgos estén divididas entre el Mahe y La Alcudia. “No tiene sentido, y hace falta algún político valiente que dé el paso para unificar ambas colecciones”, señala, sin dar una respuesta tajante sobre el lugar idóneo para la exposición —aunque por motivos obvios prefiere La Alcudia—; antepone que se unifique la colección al lugar donde se exhiba. Otra cosa será si llega o si lo hace en 2022. Quizá entonces deje de eclipsar, a pesar del magnetismo que irradia su figura, al yacimiento en el que se encontró.
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