VALÈNCIA. En los mercados financieros cuando las cosas ya no pueden empeorar más, mejoran. Sin motivo aparente, sin que haya un porqué. Así se producen los cambios de tendencia. Los cambios que inician, sobre todo, nuevos mercados alcistas. Es por ello que la mayoría de inversores se pierden los primeros +20% porque dudan de si nos encontramos en el final del mercado bajista... o en otro rebote más dentro de la misma tendencia.
El otro día se produjo uno de estos episodios extraños cuando se publicó el dato de inflación en EE UU. Ese dato salió malo, con la inflación subyacente subiendo mucho más de lo esperado, y el mercado reaccionó -como era de esperar- con caídas inicialmente. Sin embargo, de repente los descensos se tornaron en subidas y el mercado termino subiendo un 2%.
Casi ningún analista supo explicar este comportamiento. ¿Fue ese momento uno de esos extraños sucesos que marcan el final de un mercado bajista, que marcan el suelo de un mercado? Sinceramente no lo sé. Lo que si sé es que el mercado empezará subir un día u otro. Y no será muy tarde, pues los datos que muestra son de récord en casi todo. Eso sí, el día que lo haga no será en el mismo ambiente que hemos vivido en las últimas décadas. ¿Y por qué digo esto? Porque la situación económica mundial ha cambiado -y mucho- y no va a ser como la que hemos vivido en los últimos años.
La nueva normalidad con la que vamos a tener que convivir tendrá niveles de inflación de entre el 4% y el 6% -donde los bancos centrales van a encontrar su nueva comodidad-, con unos PIB nominales (crecimiento+inflación) del 7%-8%. Solo hay dos formas de pagar las deudas de los estados: reduciendo deficit e inversiones o con la inflación. Esto ya lo saben los bancos centrales y es algo que ya se puso en práctica después de la Segunda Guerra Mundial.
En este sentido si bien la FED estadounidense ha iniciado una subida de tipos más agresiva, el BCE no lo ha hecho como tampoco el BoE británico o el BoJ de Japón, y realmente no creo que lo hagan más que de forma tímida y siempre detrás del problema. Un problema -la inflación- que lo es para los ahorradores, pero no para los políticos. No lo olvidemos. La inflación no deja de ser una máquina de transferir riqueza desde los ahorradores a los deudores. Y como decía Lichtenberg, "la inflación es como el pecado, cada gobierno la denuncia pero la practica".
Aumento de los riesgos geopolíticos
Este no será el único problema nuevo porque también tendremos que lidiar con la desglobalización. Se trata de un proceso que ya se ha iniciado debido sobre todo al aumento de los riesgos geopolíticos en el mundo. Ello traerá nuevos focos de inflación aunque también más trabajo a áreas que perdieron atractivo durante las últimas décadas y fortalecerá a países como México. Estas nuevas realidades han venido para quedarse y tendremos que adaptarnos a ellas si queremos medrar en los próximos años. Por ello deberemos construir nuestras carteras sobre estos planteamientos y deberemos repensar muchas cosas que antes se daban por sabidas.
En cuanto en qué áreas geográficas invertir, toca ser conservador: invertir en Estados Unidos o Europa, pero nada más. Ya no interesa correr aventuras como hacerlo en China -el riesgo geopolítico es muy grande-, o en emergentes -con la excepción de México- porque el temor a un colapso con la fortaleza del dólar es muy alto.
En cuanto a activos, la renta fija pierde todo el atractivo, sobre todo si es de plazos largos, pues al precio de no tener volatilidad en nuestras carteras estaremos asumiendo una segura pérdida de poder adquisitivo.
El mercado inmobiliario es un buen refugio -si compramos calidad-, aunque algunos gobiernos ya se están encargando de que la inversión inmobiliaria sea un infierno pues se empeñan en subir impuestos y limitar el alquiler. Por ello quizá mejor hacerlo a través de socimis o reits en Estados Unidos, que nos exponen al sector pero de forma diversificada.
Humildad para aceptar los errores
También las empresas que se beneficien de todo los cambios económicos y los problemas que vivimos serán buena inversión. Sectores como la energía o el tecnológico -sobre todo las muy asentadas o aquellas que inciden sobre los costes como la inteligencia artificia- se verán beneficiados.
Y, por supuesto, lo que nunca falla es la humildad para aceptar los errores y cambiar cuando es necesario. No nos olvidemos de lo que decía Templeton, uno de los grandes inversores de la historia: "Un inversor que tiene todas las respuestas ni siquiera entiende las preguntas".
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets y presidente de Substrate AI