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Viñarock retrasa a 2022 su celebración mientras los festivales valencianos aguantan

Alerta a los festivales otoñales: empiezan las cancelaciones

17/08/2021 - 

VALÈNCIA/CASTELLÓ. Empiezan a saltar las dudas en la cultura sobre el “otoño de la recuperación” que se esperaba. La quinta ola, que a principio de verano puso punto a final a la optimista desescalada de las promotoras de festivales, se lo ha llevado todo por delante. El verano se ha salvado gracias a las alternativas que pusieron en marcha los macrofestivales para obtener ingresos con otras iniciativas, mientras sus principales marcas se quedaban relegadas a otoño o directamente a 2022.

El plan de vacunación y las cifras sanitarias valencianas en el periodo marzo-junio auguraban un verano de transición entre la nueva normalidad y la casi-vieja normalidad, pero los planes parecen estar cambiando. El pasado viernes, Viñarock se convirtió en el primer macrofestival en tomar la decisión de no celebrarse en octubre, como había previsto. Finalmente lo hará la última semana del próximo mes de abril. Bandera roja desde Villarobledo, algunas citas musicales que se atrevieron a ser las primeras de un marco de restricciones diferente, tendrán que enfrentarse a la difícil decisión de continuar o no.

En primer lugar, porque como ha pasado desde el principio de la pandemia, los festivales anunciaban un formato y vendían un número de entradas que en ningún caso estaba diseñado conjuntamente con Sanitat. Una vez se va acercando la fecha, son las promotoras, en reuniones multilaterales con el departamento liderado por Ana Barceló y Turismo. Fue esa comisión la que decidió reunirse cada 15 días para ir aumentando el aforo conforme las cifras lo permitiera. La realidad es que gran parte del verano el aforo ha estado en cifras más bajas de las esperadas.

A la vez, también alimentó una buena perspectiva el experimento del Palau Sant Jordi; y, aunque nunca fue el modelo a aplicar en la Comunitat Valenciana, la mala aplicación de las medidas en el Vida, Cruïlla y Canet Rock disparó los contagios. El Consell siempre ha querido pecar de conservador a la hora de desescalar la cultura en general y la música en particular.

Si la “desescalada prudente” choca con los plantes de los festivales, tendrán que decidir si luchar un aforo que cubra todas las entradas vendidas para quitarse de encima los compromisos adquiridos hace más de 18 meses, o esperar a realizar el festival en las condiciones con las que más o menos espera el público volver a reencontrarse con la experiencia en festivales. Por ahora, el criterio ha sido sentar a mucha gente en vez de ver bailar a poca, como ha pasado -por ejemplo- en Galicia.

Por ahora, no han trascendido conversaciones con Sanitat para hablar de cómo será el otoño, pero en València, hay previstas varias citas. Por ejemplo, el Festival de Les Arts (5-6 de noviembre), que lo organiza la misma promotora que Viñarock; o Love to Rock (22-23 de octubre).  

Feslloc 2021. Foto: CARME RIPOLLÉS

En Castellón, la fotografía de este otoño es muy distinta. No solo se espera la puesta en marcha de tres festivales, sino que dos de ellos, el SanSan y el Red Pier Fest, valoran hacerlo sin distancia de seguridad. Fue el SanSan el primero en anunciarse, el pasado mes de junio, como la gran cita musical que nos devolvería la 'normalidad' a la Comunidad Valenciana. Sus organizadores, que llevan desde 2019 sin poder pisar el recinto de festivales de Benicàssim, han planteado un evento para este otoño -del 29 al 31 de octubre- en el que no solo no habrá distancia de seguridad, sino que tampoco hará falta llevar mascarilla. 

Además, la cita indie plantea un festival donde el público podrá moverse con total libertad -en este caso, entre los tres escenarios que habrá en el recinto- y con un aforo mucho mayor al actual. Pese a que sanidad permite la presencia de cuatro mil personas en espacios abiertos, el SanSan ha puesto a la venta diez mil abonos y espera poder ampliarlo hasta los 25 mil. Una concentración de gente que no superaría en cualquier caso la mitad de la capacidad del recinto, pero que queda sujeta a la evolución de la pandemia.

Por su parte, el Red Pier Fest, que volverá al Puerto de Castelló los días 17 y 18 de septiembre, también se ha anunciado como el "primer festival sin distancia social de la Comunitat". Según explicó la organización en julio, esta intención se sustenta "en palabras de la propia Administración como en la voz de Ximo Puig o Francesc Colomer, así como en el ejemplo de otros países", siendo el pasaporte covid-19 y la vacunación los principales valedores de dicha normalidad. "Se confía en que para septiembre se haya superado el 70 por ciento de la vacunación y en dicho porcentaje entren los más jóvenes", aclararon. Una previsión que efectivamente coincide, a día de hoy, con la de Generalitat, la cual preve haber alcanzado la inmunidad en octubre.

No obstante, en caso de no ser así, los organizadores del Red Pier Fest se plantean como alternativa pedir pruebas de antígenos o sectorizar el público, aunque con ello se pierda parte de esa 'libertad' que ambicionan.Por su parte, desde el SanSan prefieren no confirmar cómo se desarrollará la cita hasta que se aproxime la fecha, pero -dicen- "tomarán tantas medidas como sean necesarias". 

Con todo, hay una tercera cita que tiene previsto volver en otoño: el FeCStival. El festival de Castelló, que siempre se ha celebrado el primer fin de semana de octubre, regresará el día 2. Los de la Plana fueron uno de los primeros en aplazar definitivamente su edición de 2020, cuando numerosas citas estaban trasladando sus ediciones precisamente del verano hasta el otoño. De hecho, fue esta concentración de eventos, y también la imposibilidad de "asumir riesgos", lo que les empujó a cancelar. Ahora, tras dos años, regresarán con las pilas puestas, aunque con una programación, ellos sí, de menor tamaño. Según avanza Silvia Sarasúa, desde el equipo directivo, habrá menos grupos que otros años, el aforo será reducido y no habrá FeCStival Kids, la parte dedicada a los más pequeños. 

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