VALÈNCIA. Pasan los días de confinamiento, pero lo que no se pierde es la imaginación ni la mordacidad de la sociedad a través de las redes sociales. Tanto para el debate político como para el humor, el termómetro que nos ofrecen estas plataformas nos adentra a una interesante miscelánea de realidades cambiantes.
La actualidad de la semana ha venido marcada tanto por los problemas de gestión con los materiales sanitarios como por el vértigo empresarial que esta pandemia está generando en cascada. Todo esto unido, como no, al triste parte diario de fallecidos e infectados por Coronavirus.
Agotado ya el sobresalto que nos genera la cifra y la incertidumbre de la situación, las noticias en los medios sociales empiezan a reflejar el mensaje positivo que surge en paralelo al hecho de la estabilidad de la curva del Covid19 en España. En este contexto, Twitter y Facebook están jugando un papel determinante para la difusión de mensajes y podemos percatarnos como ahora predomina el recurso de la denuncia de los comportamientos irresponsables, los hechos o acciones en positivo y el sentimiento de unidad contra la tragedia que, por ejemplo, se está canalizando a través de un himno como el ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico y sus múltiples versiones.
Pero si hay algo que ayuda a romper con el sopor de estos días, son los hitos informativos que conllevan novedades para la población. Llegó la sobremesa del sábado para que el presidente Pedro Sánchez compareciera por televisión y le dijera al pueblo que el confinamiento se alargaba 15 días más sobre los ya anunciados. Y claro, tras casi una hora de speech, repitiéndose e insistiendo sobre lo insistido… pues despertó el hambre de tweets entre la población.
Tal como empezó su comparecencia, Twitter comenzó a hervir con el hashtag #AloPresidente, impulsado inicialmente por sus detractores como analogía al programa televisivo que hacía Hugo Chávez en su día para dirigirse al pueblo venezolano. Era una intervención anunciada previamente y esperada, pero que se hizo demasiado larga y repetitiva. Ahora, esto resultó ideal para que los amantes de Twitter –y algún diputado- pudieran diseccionar cada una de las declaraciones del presidente y rascar subtemas como su alusión a unos nuevos ‘Pactos de la Moncloa’ para lanzar carnaza al ruedo político. A fin de cuentas, todo un éxito como tendencia: Más de 33.000 tweets unas horas después de su comparecencia.
Y justamente con Pedro Sánchez como punta del iceberg (véase la imagen principal) nos encontramos con un ejemplo de éxito cuando una tendencia cruza barreras entre las distintas redes sociales y contextos y se convierte en un hecho viral.
Cada red social tiene sus propios códigos, sus públicos y sus temas. Solo hay que dar un vistazo en los hogares para entender que aquello que le resulta interesante a través de Twitter o Facebook, pues seguramente no lo será para un joven de 25 años que está ahora mismo trasteando en Instagram; y aún menos para un quinceañero que está viendo el último video del youtuber ese de nombre impronunciable o trasteando en el móvil con Tik Tok.
No obstante, desde hace semanas se ha popularizado una serie de vídeos de accidentes que se han hecho virales. Comenzaron a rodar por Tik Tok, se popularizaron masivamente como envíos a través de Whatsapp y tal ha sido su calado que ahora hasta han creado una cuenta de Twitter (@coffinMemes) para seguir alimentado versiones, stickers y otros clips. Su patrón es muy sencillo: una situación al borde del accidente, una música electrónica y como cierre narrativo, las imágenes de un velatorio donde unos bailarines de origen africano danzan con un ataúd a sus hombros. Todo un cúmulo de aspectos descontextualizados, pero todo ajustado a la perfección a la intensidad de la música, por supuesto.
Estos videos han caído en gracia y aunque ya los hayas aborrecido, seguirán rodando durante un buen tiempo. La narrativa de estas composiciones (por muy cafres que sean) se ha asimilado y ha roto barreras, la entendemos como una forma de enviar un mensaje y ahora ya es imparable. Este clip lo hemos visto reformulado en mil situaciones diferentes y como no, también ha llegado finalmente a la crítica política española. Porque, ¿puede haber algo más descontextualizado que una intervención de Pedro Sánchez y un grupo de bailarines fúnebres? He aquí la magia de las redes sociales y del ingenio popular. A veces, estas cosas ocurren.