La presidenta de los populares valencianos deja la primera línea política forzada por Génova y deja entrever que rechaza las ofertas de salida
VALÈNCIA. En una jornada que muchos miembros del PPCV vivieron como histórica, la presidenta del principal partido de la oposición en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, dijo adiós este jueves. Lo hizo sin poder contener la emoción durante sus dos intervenciones públicas de la mañana: la primera, en la sede del partido, para anunciar que dejaba la portavocía de Les Corts y el acta de diputada el próximo lunes; la segunda, en la tribuna del Parlamento autonómico, para despedirse de todos los grupos.
El motivo de su decisión es claro y conocido en los círculos populares desde hace tiempo: Génova no quiere que continúe al frente del PPCV porque su favorito es el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón. Bonig, en demostrada lealtad al partido aunque vaya contra sus deseos, ha optado por apartarse. "Nunca seré un problema", ha mantenido en multitud de entrevistas al ser preguntada por las cuestiones orgánicas. Este jueves fue coherente con esa máxima.
A partir de ahora, seguirá como afiliada –"seré del PP hasta que me muera", afirmaba en los pasillos de Les Corts a su salida–, aunque no desveló su futuro. Las ofertas de salidas por parte de la dirección nacional existen. Mucho ha sonado la de que en las próximas elecciones generales vaya de cabeza de lista al Congreso por Castellón, y tampoco se ha descartado el Senado. También se apuntaba a que se le hubiera planteado algún puesto de gestión en un organismo público de Madrid que dependa de Ayuso o en el que el PP tenga que designar a alguien directamente por representación. Y, en las últimas horas, se sumaba la de pasar a la Mesa de Les Corts.
Esto queda descartado y lo demás se comprobará más adelante, aunque por sus palabras parece que se decanta por dejar de ocupar cargos públicos. "Agradezco a la dirección nacional que me hayan ofrecido cosas. Pero no entré en política por cargos. Entré por convicción y por principios. Conseguí cargos porque la gente ha confiado en mí. No pido absolutamente nada. Entrar en si me han dado o no me han dado... no me gusta", indicó. "Libre fui para entrar y libre soy para salir. Ahora hay que tomar distancia y reflexionar. Hay muchas formas de hacer política, en primera línea o en segunda, en las fundaciones o en la sociedad civil. No tiene porqué ser exclusivamente en cargos públicos", agregó. De hecho, un puesto de este tipo es quizá el que mayor atracción podría generar en la todavía líder del PPCV, pues a lo largo de su trayectoria profesional y personal se ha vinculado a algunas de ellas como por ejemplo 'Valores y Libertad', impulsada y presidida por Jaime Mayor Oreja.
Bonig fue elegante en su portazo, aunque contundente en las críticas a la cúpula nacional de un partido que se caracteriza por ser jerarquizado y disciplinado. "Me voy porque no cuento con la confianza de la dirección del PP. Lejos de egoísmos y personalismos, por respeto a la institución y las siglas que represento, pero sobre todo a los ciudadanos que confiaron en nosotros, doy un paso al lado y dejo paso a las personas que cuentan con el beneplácito de Génova", apuntó, en referencia a Carlos Mazón. "Me voy con pesar porque me gustaría haber tenido una segunda oportunidad de demostrar otra vez que tengo un proyecto para esta Comunitat y para los valencianos", reconoció en relación a su intención real de volverse a presentar para liderar el PPCV.
La todavía presidenta de los populares valencianos evitó expresar que se había sentido engañada por Pablo Casado o su 'número dos', Teodoro García Egea, aunque aseguró que cuando habló con el primero "siempre" le comentó que "tenía su confianza". "En la última conversación se me dijo que no", explicó. Bonig se refería así a los encuentros mantenidos las recientes semanas, en los que el secretario general del PP le comunicó que el favorito de Génova de cara al próximo congreso regional que abordaba el nuevo liderazgo del partido era Mazón.
De hecho, las prisas de la dirección nacional por que Bonig se apartara llevaron a que ella anunciara que no se presentaba al cónclave en plena jornada de reflexión de las elecciones madrileñas. "En la situación tan complicada no se podía ir a un choque y una guerra. No ha sido una decisión fácil, pero creo que ha sido coherente", señaló.
La presidenta del PPCV hizo igualmente repaso de su trayectoria y de los duros momentos en los que asumió las riendas del partido. En 2007 accedió a la alcaldía de la Vall d'Uixó, con "dos mayorías absolutas consecutivas"; luego, pasó a la Conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente, "que ahora son tres consellerias en el Gobierno de Puig"; y, desde 2015, síndica en Les Corts y presidenta del PPCV. Como le gusta siempre remarcar, "la primera mujer en ostentar este cargo".
"Me ha sucedido prácticamente de todo", recordó, destacando la "alegría" y el "trabajo extraordinario" de su equipo, pero también el "bochorno y la vergüenza" por la conducta de "algunos que han empañado el inmenso trabajo de tantos cargos del PP y que hemos tenido que pagar todos".
"Cogí las riendas del partido cuando nadie las quería, y las dejo ahora cuando parece que todos las quieren", indicó, y esgrimió una encuesta de Metroscopia que muestra un empate técnico y la posibilidad de un vuelco electoral en la Comunitat. El PP tendría entre 30 y 31 escaños y el PSPV entre 29 y 31. Además, hizo hincapié en que estuvieron a 4.311 votos de conseguir gobernar con Vox y Ciudadanos en esta legislatura. "Algo debe haber mejorado en este tiempo", apuntó en claro mensaje a la cúpula de su partido.
Bonig mencionó igualmente uno de los episodios que más sufrimiento le han generado de su etapa al frente de los populares valencianos, como fue la muerte de Rita Barberá y el estallido del caso Taula. Reconoció uno de los errores que, como ella es consciente, supusieron partir en dos al PP en València. "Pido perdón por la reprobación de Rita Barberá en Les Corts porque me equivoqué", señaló. Algo que repitió posteriormente en el hemiciclo, al que se desplazó tras finalizar la comparecencia en la sede.
A su llegada a Les Corts, Bonig aguardó en su escaño en silencio siguiendo las intervenciones de los diputados y solicitó a la Mesa un minuto al finalizar el pleno para poder pronunciar su discurso de despedida que el día de antes, en la sesión de control al president de la Generalitat, Ximo Puig, prefirió no ofrecer para respetar su papel de líder de la oposición hasta el final en su carrera parlamentaria.
Un momento en el que las ausencias en la bancada del PPCV, quizá casuales o quizá no, fueron especialmente significativas: arropando a Bonig no se encontraba la presidenta del PP en la ciudad de València ni posible futura secretaria general, María José Catalá, que no contaba a esa hora con ningún acto ni compromiso de agenda. Al menos en la remitida a los medios de comunicación figuraba un espacio en blanco durante esa franja horaria.
Pero igualmente significativas fueron las ausencias en la sede del partido minutos antes, lugar al que Bonig tan solo acudió acompañada de su secretaria general, Eva Ortiz, y de Mari Carmen Contelles. Ningún otro miembro de la dirección ni diputado le acompañó en su primera comparecencia. En su lugar, se quedaron esperando en sus escaños mientras su líder decía adiós en la sede.
Más allá de los detalles, en política importantes hasta el más mínimo, antes de subir por última vez a la tribuna de Les Corts, Bonig recibió el reconocimiento de otros adversarios políticos como el diputado de Ciudadanos Tony Woodward, que le agradeció haber aprendido de ella durante la legislatura pasada y la actual, o de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, que le deseó aciertos en el futuro. Palabras de cariño de otras bancadas que la líder de los populares recibió con un leve asentimiento de cabeza y visible emoción a pesar de la mascarilla.
Una vez en el atril, la síndica del PP agradeció a todos los diputados los años compartidos y volvió a hacer un recorrido por su trayectoria en el Partido Popular desde que llegó a la alcaldía de Vall d'Uixó en 2007 a la actualidad. "Desde esta tribuna, donde tantas veces he reconocido el derecho de los adversarios políticos a ser escuchados, quiero decirles que ha sido un orgullo compartir este tiempo con todos ustedes", dijo con la voz entrecortada y sin poder contener las lágrimas. "Gracias especialmente a mi grupo parlamentario y al de la legislatura pasada por haber estado ahí en momentos muy complicado", dijo mientras algunos de los diputados populares, como Ortiz, Elena Bastidas o José Juan Zaplana no podían contener la emoción durante toda la intervención.
No se olvidó de nadie. Agradeció su trabajo tanto los administrativos de Les Corts, como al personal al servicio de la cafetería, técnicos y letrados. Y si ahondó en su agradecimiento a sus compañeros de filas, más lo hizo a la bancada de la oposición del PPCV, en particular a los síndics de Compromís, Fran Ferri, y del PSPV, Manolo Mata. "Gracias, Fran, por todo. Gracias -dijo de nuevo con la voz quebrada-. Jamás pensé que con alguien de Compromís, íbamos a tener tantísima afinidad en lo personal, que no en lo político". "Y gracias, Manolo, mil gracias", concluyó sin poder continuar con su discurso mientras el hemiciclo en su totalidad aplaudía para despedir por última vez a la síndica.
Sus últimas palabras, eso sí, tuvieron nombre y apellidos: Bonig volvió a pedir perdón por haber secundado la reprobación de Rita Barberá. "Lo siento, me equivoqué". Un cierre al que le siguió una gran ovación por todos los grupos, los abrazos de Mata, Ferri, el diputado de Vox, José María Llanos y una larga lista de parlamentarios que hicieron cola para poder desearle buena suerte antes de salir de Les Corts.
[Mira aquí el vídeo de la despedida en el Parlamento]
Tras esta despedida, Bonig renunciará al acta el próximo lunes, por lo que lo que primero debe resolver el partido es quién ocupará la portavocía del grupo parlamentario. Las quinielas en las últimas horas incluyen a Miguel Barrachina, María José Catalá, Elena Bastidas o Eva Ortiz, especialmente los dos primeros. Catalá no estuvo en Les Corts este jueves, y Barrachina tampoco lo estuvo en la sede a pesar de no tener pregunta que realizar en el pleno a ningún conseller.
Pero no será lo único inmediato. En cuanto abandone el escaño, la lista correrá y, a priori, entraría a formar parte del grupo parlamentario popular Javier Zamora, si bien no es seguro que este acepte el acta, ya que hace aproximadamente dos años sacó plaza en la Diputación de Valencia tras años estudiando una oposición y podría decidir no abandonar su puesto actual. En caso de que renunciara, la siguiente en la lista es Verónica Marcos, diputada durante las tres legislaturas anteriores y que, al principio de la actual, el PP barajó fichar como asesora en la Mesa de Les Corts.
Por el momento, Bonig, eso sí, se mantendrá como presidenta regional del PP hasta que se celebre el congreso el próximo 3 de julio para impedir que pueda producirse "ningún vacío legal" o dejar el partido en manos de una gestora. Hasta entonces, durante este mes y medio será el Comité Organizador (COC) el que asuma todas las funciones de organizar el cónclave.