CASTELLÓ. (EP). La Comisión Europea ha elevado a 37.000 millones el dinero que pretende movilizar para responder a la crisis del coronavirus y ha prometido a los países "máxima flexibilidad" en la aplicación de las reglas fiscales, al tiempo que ha asegurado que está preparada incluso para suspender temporalmente el Pacto de Estabilidad y Crecimiento si fuera necesario.
Según las estimaciones de los servicios económicos europeos, es "muy probable" que la expansión de la eurozona y de la UE "caiga por debajo de cero" en 2020, aunque repunte después en 2021. Es decir, el brote vírico provocaría una recesión este año para iniciar después una recuperación.
Para capear esta situación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado en una rueda de prensa que se dará a las capitales la "máxima flexibilidad" que permiten las normas presupuestarias para que aprueben programas de gasto destinados a contrarrestar el impacto de la enfermedad en la economía.
Esto se traduce, en particular, en que los gastos extraordinarios que aprueben las capitales para hacer frente a la crisis no computarán en el cálculo del déficit estructural. Pero si esta flexibilidad no fuera suficiente y los países necesitaran más espacio presupuestario, Bruselas no descarta dar un paso más.
En concreto, el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, ha apuntado que, como "último recurso", se podría activar la "cláusula de escape" que prevé el Pacto para situaciones de crisis y que supone que quedarían congelados los compromisos de consolidación fiscal.
"Estamos preparados para usar toda esta caja de herramientas y permitir así a los Estados miembros responder con efectividad a la crisis", ha expresado el letón. "Hay que animar a los Estados miembros y hay que hacer que se sientan cómodos para adoptar las medidas necesarias para apoyar a los sectores más afectados", ha subrayado Von der Leyen.
La flexibilidad a la hora de supervisar las cuentas nacionales es el elemento principal del conjunto de medidas económicas que ha presentado este viernes la Comisión para "gestionar la situación actual". Se trata, en palabras de Von der Leyen, un conjunto "importante" de acciones, pero ha advertido de que "la situación evoluciona muy rápido".
"Estamos listos para hacer todo lo que sean necesario para ayudar a los europeos y a las economías europeas", ha enfatizado la jefa del Ejecutivo comunitario en inglés, francés y alemán.
Con respecto a las ayudas públicas, Bruselas ha aclarado que los Estados miembros pueden inyectar liquidez a compañías que se encuentren en problemas económicos por el brote de coronavirus, así como compensar los daños sufridos "en circunstancias excepcionales" por sociedades de sectores más golpeados, entre os que cita el transporte y el turismo.
Pero además, el Ejecutivo comunitario ha recordado que las capitales pueden adoptar medidas que afecten al conjunto de empresas del país para "aliviar sus obligaciones". Dentro de este marco entran, por ejemplo, subsidios salariales o el aplazamiento del pago del impuesto de sociedades, el IVA o las cotizaciones sociales.
Por último, Bruselas permitirá que se dé apoyo directo a los consumidores a través, por ejemplo, del reembolso de billetes cancelados cuyo importe no puede ser abonado por el operador correspondiente.
A todo esto se une una garantía de 1.000 millones de euros desde el presupuesto de la UE al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que conceda préstamos a entidades financieras que posteriormente trasladen a unas 100.000 pymes y empresas de media capitalización.