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Donna Hicks: "Las políticas que violan la dignidad crean una cultura tóxica"

Foto: ESTRELLA JOVER

Investigadora y profesora del Centro Weatherhead de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard

17/06/2019 - 

VALÈNCIA. La investigadora y profesora del Centro Weatherhead de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard, Donna Hicks, se encuentra en València estos días de la mano del Instituto para la Ética en la Comunicación y las Organizaciones (IECO) a través de la Cátedra Internacional de Ética Empresarial IECO-UV. Una ajetreada agenda que también le ha llevado a participar en la primera jornada de la 32 edición del Congreso Anual de EBEN, (Red Europea de Ética de los Negocios, de sus siglas en inglés) que se celebra estos días en la Universidad Católica de Valencia (UCV). “Mi labor estos días es dar a conocer la idea de dignidad en entornos de negocios diferentes e involucrar a las personas sobre la dignidad y el papel que desempeña en el lugar de trabajo”, ha comentado a Valencia Plaza preguntándose: «¿Por qué no utilizamos el ambiente de trabajo para transmitir la importancia de la dignidad?».

De hecho, Donna Hicks cuenta con más de veinte años de experiencia como mediadora en conflictos internacionales como los de Medio Oriente, Sri Lanka, Colombia, Cuba o Irlanda del Norte y es autora de  Dignity: The Essential Role It Plays in Resolving Conflict (Dignidad: el rol esencial que desempeña en la resolución de conflictos) y Leading With Dignity: How to Create a Culture That Brings Out the Best in People (Liderar con Dignidad: Cómo crear una cultura que genere lo mejor de la gente). Para hablar sobre la dignidad y el papel que desempeña en la sociedad, Donna Hicks recibe a Valencia Plaza.

-Acaba de salir su segundo libro (Leading With Dignity: How to Create a Culture That Brings Out the Best in People), ¿qué le ha llevado a escribirlo?

-A lo largo de los años he aprendido que la dignidad es algo muy importante para todos los seres humanos. Todos queremos ser tratados con dignidad y, si estamos en un entorno laboral donde los empleados sienten que no se les trata con dignidad, se crea una cultura muy tóxica. Por tanto, el objetivo por el cual escribí el libro es concienciar y hacer comprender a todas aquellas personas en posición de liderazgo cuán delicada es la dignidad, cómo de importante es el impacto de nuestro comportamiento y de la forma en que tratamos a las personas pero también la importancia de los trabajadores a sentir que son tratados bien. 

-Pero, ¿qué significa dignidad?

-Todo ser humano tiene dignidad porque nacemos con ella, es inherente a nosotros. Pero también nacemos vulnerables a que se rompa, ataque o viole. Por ello, es realmente importante que comprendamos que del mismo modo que nacemos con ella nacemos sintiendo que nuestra dignidad puede ser dañada.

-¿Es posible interpretar la dignidad en otros sentidos?

-No, no lo creo. De hecho, la mayoría de la gente ni siquiera ha pensado en ello. Tanto es así que, en parte, la razón por la cual he escrito mis dos libros es para ayudar a concienciar a la gente sobre la dignidad. Es muy triste vivir en un mundo en el que las personas no saben que tienen dignidad. La dignidad es tan poderosa que una vez que la entendemos, la reclamamos y la tenemos en nuestras propias manos, nos demos cuenta de que tenemos un valor intrínseco. Cuando todos entendamos la dignidad el mundo será un lugar mucho más feliz.

-¿Cuál es la diferencia entre dignidad y respeto?

-Todos nacemos con dignidad pero el respeto se gana. Por ejemplo, si digo que respeto a una persona es porque ha hecho algo extraordinario para ganarse mi respeto. Pero la dignidad la merecemos todos porque todos nacemos con ella. Por mi experiencia, confundimos ambos conceptos porque se exige el respeto y yo les digo que exijan ser tratados con dignidad, como un ser humano con la dignidad como valor inherente.

-En su opinión, ¿qué es más fuerte, el deseo por la dignidad o el deseo por la supervivencia?

-Ambos deseos están en competencia. Según mis investigaciones y lecturas, el ser humano tiene de forma inherente ese deseo de supervivencia y autopreservación pero también de dignidad y sentido de valía… pero a veces esos instintos de supervivencia superan nuestra dignidad. Y también se puede hacer lo mismo en la otra dirección, pero eso requiere más trabajo porque los instintos de supervivencia se aceleran y se requiere de mucha disciplina para superar esos instintos de supervivencia. Se debe trabajar y poner esfuerzo, pero es posible.

-Pero, ¿qué lleva a los empresarios a vulnerar la dignidad?

-Normalmente no es una decisión premeditada y es más bien por ignorancia. Creo que muchos empresarios son buenas personas pero no comprenden qué significa dignidad porque nunca se ha estudiado. Si las personas no saben de la importancia de la dignidad es probable que terminen violando la dignidad y sin siquiera ser conscientes de ello.

Foto: ESTRELLA JOVER

-¿Cómo se siente una persona cuando su dignidad está siendo amenazada?

-Se siente terriblemente mal. Los seres humanos tenemos una reacción biológica cuando nuestra dignidad se siente amenazada pues nuestro ritmo cardíaco aumenta, tenemos las hormonas del estrés corriendo por nuestro cuerpo y una reacción que nos lleva a protegernos a toda costa. Luchar o escapar, esos son los instintos de supervivencia que se activan cuando alguien siente que su dignidad está siendo amenazada. Realmente, es una sensación terriblemente desagradable.

-En base a su experiencia, ¿cuál es la mejor manera de abordar una resolución de conflicto?

-Lo primero que hago en la resolución de conflictos es juntar a ambas partes que están peleando y les hablo sobre la dignidad. A veces requiere de días para abordar el tema pero, una vez la entienden y tienen las herramientas necesarias para trabajarla, es más sencillo terminar el conflicto.

-¿Y es sencillo que entiendan esa importancia de la dignidad?

-Si tenemos el tiempo suficiente para inculcar y educar sobre la dignidad no hay ningún problema. Lo más difícil es sentar a ambas partes porque las personas se sienten resentidas, enojadas y la sensación de injusticia es muy profunda. Y ya no menciono los problemas políticos que están por encima de todo eso y que mantienen vivo el conflicto.

-¿Cree que a la sociedad también le falta empatía?

-Sí. Parte importante de la dignidad es poder empatizar para entender los sentimientos de los demás. Las investigaciones muestran que cuando estás en un conflicto con alguien, lo primero que se va es la empatía; se va volando por la ventana. Por tanto, el motivo por el cual puedes justificar tratar a alguien tan mal es porque no estás conectado con la forma de sentir de esa persona.

-¿Cualquier persona es capaz de resolver un conflicto?

-Sí. Si se tiene conciencia sobre la dignidad cualquier persona puede resolver un conflicto. La ignorancia a cerca de la dignidad es el enemigo de la resolución de conflictos.

-Haciendo mención a su libro, ¿cómo podemos crear culturas que honren la dignidad de las personas y sacar lo mejor de ellas?

-Una vez los líderes entiendan cómo tratar a las personas crearán políticas que respeten la dignidad. Cuando se crea una buena política que afecta a todo el mundo en el sistema, entonces es cuando la cultura es una cultura de apoyo. Pero políticas que violan la dignidad crean una cultura tóxica. Por tanto, si los líderes son conscientes de la importancia de la dignidad, la cultura y el sistema se verán afectados positivamente.

-¿Cómo se puede transmitir la dignidad en una empresa que mantiene un sistema piramidal?

-Es posible tener una estructura piramidal o diferir en estatus pero todos somos iguales en dignidad por lo que la dignidad elimina cualquier jerarquía. Una vez más, por tener una posición de liderazgo no implica tener la potestad de poder violar la dignidad de las personas. Esta es la conciencia que queremos promover e inculcar. De todas maneras, todos deben entender la dignidad y sus herramientas. 

-¿Se siente esperanzada de trasmitir e inculcar la dignidad?

-Sí, me siento esperanzada porque en todos los sitios a los que he ido y he impartido las charlas, siento que en las personas se despierta algo por dentro que remueve consciencias. Despierta una esperanza hacia el cambio. Creo que tememos una epidemia de indignidad y necesitamos descubrir cómo agregar más dignidad al mundo.

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