CASTELLÓ. Más del 64% de las 30.531 viviendas que existen en Castelló tienen una antigüedad de al menos 40 años. Las deficiencias que presentan los inmuebles obligan a acometer reformas. Desde la renovación de los baños, pasando por la sustitución de las ventanas, hasta la instalación de aire acondicionado o calefacción de gas. El sinfín de mejoras se traduce en un boom de licencias de obras y declaraciones responsables. Ese auge, previo a la irrupción de la pandemia, también está motivado por el incremento de las ayudas por parte de las administraciones públicas.
Así lo asegura el portavoz del gobierno municipal, José Luis López, quien constata un aumento importante acerca de la tramitación de permisos, aunque igualmente advierte del peligro de la picaresca. Si bien es cierto que la mayoría de las autorizaciones se ajusta con la actuación programada, un porcentaje de los propietarios aprovecha para realizar trabajos de mayor calado pese a no disponer del pertinente visado. Incluso, algunos ni siquiera cuentan con el consentimiento.
En estos casos, el Ayuntamiento inicia un expediente sancionador, pero siempre que detecte la irregularidad. A veces, lo hace a través de la inspección in situ de un funcionario y otras a raíz de una llamada de un vecino, quejándose por las molestias de la maquinaria.
"Muchas de las denuncias que nos llegan son por ruidos. La policía se desplaza hasta el domicilio y procede a dar parte si la persona carece de licencia o la que muestra no se corresponde con la obra que está realizando", explica López. La apertura del sumario, generalmente, se resuelve con una multa administrativa. Rara vez culmina con la demolición para proceder al restablecimiento de la legalidad urbanística. "Lo que suele ocurrir en estas situaciones es que el propietario acaba solicitando la licencia y así termina la actuación", asegura el portavoz del ejecutivo local.
Desde 2016, el Ayuntamiento de Castelló dispone una ventanilla única para agilizar la tramitación de los visados. Al respecto, "en un mismo día se puede conseguir el permiso sin problemas. Solo hay que presentar el presupuesto de la obra, como así te obliga la ordenanza municipal", matiza López.
En la actualidad, existen distintas subvenciones que facilitan las reformas interiores. La Concejalía de Vivienda publicó a principios de mayo las bases de la última convocatoria de ayudas municipales tanto para rehabilitaciones (un máximo de 2.000 euros por proyecto) como para la obtención del certificado de eficiencia energética (hasta 100 euros). Las líneas contemplan actuaciones iniciadas desde septiembre de 2019 y priorizan condiciones de renta, inmuebles más antiguos y los residentes con movilidad reducida.
Esta financiación local complementa el denominado Plan Renhata, impulsado por la Generalitat en 2020 y que establece cantidades de hasta 12.000 euros por obra, especialmente para zonas húmedas, es decir, baños y cocinas. El programa introduce una serie de novedades: la subvención de instalaciones domóticas para mejorar la autonomía de personas en situación de dependencia; la introducción por primera vez de criterios de sostenibilidad (reducción de consumo de agua, energía, etcétera); y la posibilidad de solicitar y conocer si se obtiene la ayuda antes de realizar la actuación. Además, hay que sumar el plan estatal, por lo que el abanico de posibilidades resulta amplio a la hora de solicitar financiación.