CASTELLÓ. La ampliación del estado de alarma decretado en España debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus dificulta cada día más el cumplimiento del calendario de Segunda División B antes del 30 de junio, lo que significaría alargar la competición más allá de ese día.
Y es que el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, descarta cualquier medida que signifique reducir o suprimir las 10 jornadas restantes de la fase regular y la disputa de los play off de ascenso, aunque eso obligue a prolongar la actividad en fechas que correspondan a la próxima temporada. Este supuesto supondría una dificultad añadida para los clubes que cuentan con futbolistas que finalizan contrato el 30 de junio de este año.
En lo que respecta al Castellón, hay ocho futbolistas que están en esa situación y que tendrían que llegar a un acuerdo con los rectores del club para jugar fuera de plazo, ya que contractualmente estarían libres a partir de esa fecha. Se trata de Eneko Satrústegui, Víctor García, Javi Serra y Jesús López, que son propiedad del Castellón, y Raúl Alcaina, Alejandro Sanz Kako y Mikel Carro, que están cedidos por Levante, Numancia y Atlético de Madrid, respectivamente.
En algunos casos, la renovación por una o varias temporadas parece factible al ser jugadores que cuentan en los planes de futuro de la entidad, pero en otros, la proyección es más incierta, como ocurre con los cedidos.
La entidad de la Plana ya trabaja para hacer frente a esa eventualidad, ya que algunos de los futbolistas que finalizan contrato este año son fundamentales en los esquemas de Óscar Cano, como Satrústegui o Víctor García. El Castellón tendrá que sentarse a hablar con ellos para tenerlos atados en su supuesto como el que plantea Rubiales.