VALÈNCIA. Pelillos a la mar. Las airadas reacciones del Gobierno valenciano y, especialmente, de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, tras conocerse el pasado viernes que solo 10 de los 24 departamentos de salud pasarían a la Fase 1, se han diluido en apenas unos días cual azucarillo en el café.
La discrepancia, malestar e incluso indignación que afloró en Presidencia de la Generalitat y en la conselleria al conocer la decisión del ministerio que lidera el también socialista Salvador Illa, ha pasado a un tono suave y aterciopelado que permite sospechar que existe un acuerdo verbal con el Gobierno de España para que la Comunitat Valenciana pase en su totalidad a la Fase 1 el próximo lunes. De no ser así, quizá sea el momento de empezar a escuchar la palabra dimisión en dirección a la conselleria.
Ahora bien, para lograr este objetivo se ha rebajado el tono beligerante de los últimos días. Una profundamente enfadada consellera de Sanidad el viernes, mostraba su absoluto desacuerdo tras conocer la decisión: "Tenemos mejor datos que muchas otras autonomías que sí han pasado de fase", llegó a decir.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la respaldó horas después con una comparecencia en la que, pese a reiterar su deseo de evitar al confrontación y alimentar la cogobernanza, centró sus críticas sobre la manera de afrontar la resolución por parte del ministerio. "Frente a un informe de 232 páginas, ningún papel y nueve palabras. 'Los factores asociados a la transmisión de la epidemia'", recalcó Puig en referencia a las palabras que había pronunciado el director del Centro de Emergencias, Fernando Simón, para explicar los motivos por los que la Comunitat Valenciana no había pasado de fase en su totalidad.
Una cuestión sobre la que insistió Puig: "Las decisiones, en un ámbito científico, se adoptan no desde la cultura oral sino desde la cultura escrita", argumentó el presidente de la Generalitat, quien recalcó que, a su juicio, se trataba de una postura "poco rigurosa" por parte del ministerio.
Una posición que el propio jefe del Consell reiteró en días siguientes al ser preguntado sobre si la Comunitat Valenciana iba a solicitar el paso de fase esta semana para los departamentos que faltaban. La clave, recibir por escrito el informe de los expertos del ministerio para saber qué debía corregir o mejorar el Gobierno valenciano. Unos argumentos razonables que, no obstante, han causado nulo efecto en el ministerio más allá de la "clarificadora" reunión mantenida el lunes con Illa y el resto de consejeros de Sanidad de España. Tras este encuentro, las respuestas orales parecieron satisfacer al Consell que ha rebajado el tono en los últimos días respecto a esta exigencia de explicaciones.
Barceló, comunicó este miércoles haber trasladado la petición al ministerio para pasar de fase pero, tal y como admitió a preguntas de Valencia Plaza, no se ha recibido informe alguno desde el Gobierno de España sobre los motivos por los que buena parte de la Comunitat recibió ese revés social y económico el pasado viernes. Habrá que esperar posiblemente al sábado para conocer si, en esta ocasión, la "cultura oral" ha funcionado.
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