CASTELLÓ. En las últimas décadas se está trabajando intensamente en alcanzar la transición energética sostenible y respetable con el medio ambiente, eliminando progresivamente el empleo de combustibles fósiles y sustituyéndolos por fuentes de energía renovable. Desde la firma del protocolo de Kyoto en 1997, los países más desarrollados han adoptado diferentes acciones para conseguir una reducción efectiva de la emisión de gases de efecto invernadero.
Actualmente, la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible aprobada por la ONU el 25 de septiembre de 2015 recoge 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), muchos de ellos relacionados con solucionar los problemas energéticos a los que se enfrenta la sociedad del siglo XXI. En este contexto, el hidrógeno será un combustible clave para lograr el Pacto Verde Europeo facilitando el objetivo de descarbonizar el sector energético de la Unión Europea.
Por este motivo, las energías renovables han experimentado un gran impulso, y entre ellas, la energía solar fotovoltaica es la más prometedora por su gran potencial para abastecer las necesidades energéticas a escala global, con un menor impacto ambiental. En cambio, la discontinuidad diaria y estacional intrínseca de la conversión de luz en electricidad hace necesario su almacenamiento y su posterior distribución para dar respuesta a la demanda energética en tiempo real.
El Instituto de Materiales Avanzado (INAM) de la Universitat Jaume I de Castellón trabaja en varios proyectos innovadores para conseguir la producción de hidrógeno verde mediante electrólisis del agua, empleando la energía solar fotovoltaica como fuente de electricidad renovable y almacenando posteriormente este hidrógeno por medio de líquidos orgánicos.
Estas investigaciones están financiadas por la Generalitat Valenciana a través de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital con proyectos Prometeo/2020/028 y de Infraestructura IDIFEDER/2018/012, así como por la Agencia Valenciana de Innovación (AVI), a través de la Unidad Científica de Innovación Empresarial del Instituto de Materiales Avanzado (UCIE-INAM).
La producción de hidrógeno verde se realiza mediante un electrolizador que permite su uso in situ o su almacenamiento y transporte para satisfacer la demanda y garantizar la exportación energética. Investigadores e investigadoras del INAM desarrollan materiales que permiten abaratar el coste de los electrolizadores, que son un elemento clave para la producción de hidrógeno verde. En este punto entran en juego los innovadores líquidos orgánicos portadores de hidrógeno con los que también trabaja el INAM.
El hidrógeno líquido supone un gran avance en el almacenamiento de este gas, ya que evita los problemas asociados al trabajo a altas presiones y permite la utilización de las infraestructuras actuales de distribución de combustibles. Este mecanismo permite que el hidrógeno se pueda convertir en un «vector energético» más eficiente.
Estos avances innovadores supondrán un gran enriquecimiento para el tejido empresarial de la zona, tanto económicamente como respecto a la sostenibilidad, permitiendo disminuir la emisión de sus gases de efecto invernadero.