CASTELLÓ. El sector azulejero castellonense cerró el año pasado con una caída del 3,8% de la producción, tal y como recoge el Índice de Producción Industrial (IPI) elaborado por el Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana. De esta manera, a falta de confirmar los datos (la estadística es aún provisional) el cierre de 2019 es mejor de lo que preveía la patronal azulejera Ascer.
No en vano, en el marco de la reciente celebración de Cevisama, tal y como apuntó el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, las previsiones del sector apuntaban a un descenso en la fabricación en torno al 5%.
Finalmente, la caída ha sido menor debido al espectacular incremento fabril de diciembre, cuando la actividad creció un 11% respecto al mismo mes del año anterior. En concreto, según las estadísticas elaboradas por el portal dependiente de la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, el IPI alcanzó una tasa de 111,5 a cierre del año, lo que arroja ese incremento de 11 puntos respecto al mismo mes de 2018, cuando la tasa era de 100,4.
Así, la industria azulejera concluyó 2019 con este descenso en la producción, cifrado finalmente en ese 3,8%, pero no en el volumen de ventas. Esto se debe a que los fabricantes castellonenses dieron salida a gran parte del stock que tenían acumulado, tal y como señaló Nomdedeu en Cevisama. De esta manera, el sector tuvo en 2019 un balance mejor de lo esperado a principios de año, al cerrar, provisionalmente, con 3.750 millones de euros de facturación, lo que representa un incremento del 4% respecto a 2018.
Es decir, mientras la producción cayó prácticamente un 4%, las ventas crecieron en un porcentaje prácticamente igual. Con ello, las compañías azulejeras han reducido su exposición.
En cuanto a las fritas y esmaltes, el Portal Estadístico de la Generalitat agrupa su producción en el apartado Productos minerales no metálicos, excepto azulejos, y este redujo su producción un -17,9, hasta una tasa de 71,7, lo que sí va en la línea de lo anunciado por el sector.
