CASTELLÓ. El Patronato municipal de Fiestas lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a descontentar al sector profesional del diseño de Castelló por la convocatoria de su concurso de carteles para las Fiestas de la Magdalena. Si bien han rectificado en algunos de los puntos de sus bases, como la eliminación de la votación popular que tantos quebraderos de cabeza dio el año pasado, siguen sin contemplar la profesionalización de la misma cita, declarada de Interés Turístico Internacional. En efecto, desde La Exprimidora, red que teje gran parte del gremio en la provincia, no ven este primer gesto como "un guiño" a su trabajo, sino como una respuesta al boicot que recibieron el año pasado durante las votaciones. "Mucha gente se volcó en dar like al cartel menos estético y cuando se dieron cuenta desde el patronato, lo retiraron a mitad votación", indica David Díaz, responsable de la asociación. Para más inri, se filtró la propuesta elegida antes de cerrarse el plazo y se detectaron campañas para captar votos en la red.
Todas estas polémicas han provocado, en consecuencia, que cada vez sean menos quienes aspiren a diseñar el cartel de la Magdalena. El año pasado, siendo su 75 aniversario, tan solo se recibieron 23 obras, mientras que en 2017 se presentaron 35. Un preocupante descenso que, a ojos de la Exprimidora, es síntoma de la desconfianza que da a artistas profesionales el hecho de presentarse ante el veredicto del público, pero también en una convocatoria donde toda la ciudadanía puede participar. Y es que, aunque en sus bases Fiestas explica que podrán participar todos los artistas y diseñadores gráficos que así lo deseen, no se solicita ninguna acreditación o título que asegure tener estas cualidades. "Es como decir que solo se presenten astronautas y todos decimos que lo somos", pone de comparativa Díaz.
Ante ello, la Asociación de Diseñadores sigue sin respaldar el concurso de la Magdalena y aboga por crear un comité y hacer una llamada a proyecto en la cual se le encargue el proyecto a un artista o diseñador gráfico concreto, o a diferentes profesionales pero con compensaciones económicas posteriores. "En lugar de otorgar 3.000 euros como premio, se podría elegir a determinados artistas para que crearan un boceto, que posteriormente se les pagaría, y así se podría decidir al seleccionado de mejores formas. Además, al ganador se le entregaría su premio", plantea el responsable de La Exprimidora, quien asegura no estar en contra de entregar esta dotación, pero sí de las formas. "No queremos ir contra el hecho de que cualquiera pueda participar, pero igual que nosotros no optamos a la construcción de un auditorio, la gente tampoco debería entrometerse en trabajos destinados a nuestra profesión", sostiene Díaz.
Para alcanzar este cambio, los diseñadores piden además que el jurado cuente con más profesionales del sector, y no tanto con gestores o políticos. "En las bases se especifica que será un jurado de expertos designado por el Patronato Municipal el que escogerá el cartel ganador. Pues bien, quizá Fiestas no tiene el criterio para designar quienes son esos expertos. No se especifica si son artistas falleros, diseñadores gráficos, escultores...Pero yo estuve de jurado hace muchos años y sabemos que actualmente en la decisión final no prima una vertiente artística, sino la opinión que tiene la mayoría de los miembros, una mayoría que no corresponde al sector".
La última vez que Castelló contó con una imagen profesionalizada de sus fiestas fue en 2018 cuando la Generalitat Valenciana encargó al estudio local Juárez Casanova el diseño autonómico de la Magdalena. El cartel, que convivió paralelamente con la versión local, ya fue puesto en marcha ante la negativa del consistorio castellonense por sumarse a las llamadas a proyectos que la administración valenciana propuso para las Fallas en el caso de València o de las Hogueras en el de Alicante. Sin embargo, el Patronato continúa anclado en seguir este proceso de selección tradicional que, contrariamente, no siempre a predominado en la ciudad. "Tenemos casos de hace más de 30 o 50 años en los que el diseño se le encargaba a artistas representativos de la provincia. Esos artistas también existen ahora y, además, la sociedad los valora", defiende David Díaz, quien lamenta como "la calidad de cartel es tradicionalmente mala por este seguido de decisiones".
