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las series y la vida

El señoro bocazas, las chicas guionistas y el feminismo exagerado

7/03/2020 - 

VALÈNCIA. Les juro por la memoria de Virginia Woolf que no tenía ninguna intención de hablar de mujeres y series por aquello del 8 de marzo. No porque no me parezca interesante hacerlo, sino porque ya hablo de ello en esta columna a lo largo de todo el año, como hablo de otras cosas. Escribo de series dirigidas por mujeres igual que hablo de series dirigidas por hombres y analizo personajes femeninos y masculinos y todo tipo de relatos. Porque las mujeres no somos un tema. Y porque a ver si normalizamos esto de una vez y no nos dedicamos la primera semana de marzo a hablar de mujeres todo el rato, mientras el resto del año hay que andar a codazos en según qué ámbitos para que las mujeres sean tenidas en cuenta. 

Pero tenía que llegar algún señoro bocazas a recordar que no, que estamos lejos de la normalización. Y para hacerme cambiar el contenido del artículo de hoy. El señoro bocazas al que me refiero es el director y guionista Emilio Martínez Lázaro que, en una entrevista a Formula TV sobre su trabajo de dirección en una serie en pleno rodaje titulada Supernormal ha soltado las siguientes perlas: “Yo de verdad que pensaba que no me iba a interesar porque me dijo [el productor] ‘no, un guion que han escrito dos chicas, y tal…’. Pensé que iba a ser otra cosa mucho más exagerada en el terreno feminista y resulta que era una película pues con mucho sentido del humor y, aunque no es una comedia plena ni mucho menos, pero trata un personaje muy interesante y con mucho sentido crítico por parte de ellas”.

Supernormal, oye. Es que no sé ni por dónde empezar. Vamos a repasar algunos conceptos.

Primer concepto: lo de las dos chicas

'Supernormal'

Hay todo un mundo en esa frase de “un guion que han escrito dos chicas, y tal”. Un mundo lleno de paternalismo y menosprecio. Porque ya se sabe que todas las mujeres somos chicas tengamos la edad que tengamos y sea cual sea la experiencia vital y profesional que hayamos acumulado. Y somos chicas intercambiables, genéricas, sin identidad.

Las dos “chicas” a las que se refieren productor y director, las guionistas de Supernormal, son Olatz Arroyo y Marta Sánchez. Olatz Arroyo ha sido guionista de series como Aída, Yo soy Bea y Gran Hotel, de la película El mejor verano de mi vida y coordinadora de guion en Allí Abajo. Por su parte, Marta Sánchez ha sido guionista y productora ejecutiva de las series Siete vidas y Aída, ha escrito las películas Thi Mai: rumbo a Vietnam y Hasta que la boda nos separe y es coordinadora de guion de Allí abajo. Creo que no voy a hacer sangre con esto, los datos son suficientemente elocuentes.  

Claro que el problema es que las chicas escriben de cosas de chicas. Ahí están las series de Sally Weinwright, Happy Valley y Gentleman Jack. Las de Phoebe Waller-Bridge, Fleabag y Killing Eve. Las de Jill Solloway, Transparent y I love Dick o las de Amy Sherman-Palladino, Las chicas Gilmore y The marvelous Mrs. Maisel. Las de Shonda Rhimes: Anatomía de Grey, Cómo defender a un asesino y Scandal. Creedme, de Susannah Grant; Jessica Jones, de Melissa Rosenberg; Girls, de Lena Dunham; Orange is the new black, de Jenji Kohan.

Oh, vaya. Va a tener razón el chico este que dirige. Resulta que muchas mujeres guionistas escriben series protagonizadas por mujeres. Mecachis. Es un problema esto porque ya se sabe que las cosas de chicas solo interesan a las chicas mientras que lo que escriben los hombres (no chicos) es para todo el mundo. ¿A quién le va a interesar la vida de una terrateniente lesbiana inglesa del siglo XIX? ¿reclusas en una cárcel? ¿una monologuista judía en los años 50? Si fuera un terrateniente, unos reclusos y un monologuista…

'Thi Mai rumbo a Vietnam', con guion de Marta Sánchez

Segundo concepto: el feminismo exagerado

Consecuencia de tantas historias protagonizadas por mujeres es que, a lo mejor, a lo mejor, hay un poquito de feminismo ahí. O mucho. Claro que no es lo mismo ser un poquito feminista que el feminismo exagerado ese que tanto molesta al chico que dirige Supernormal. Feminismo dentro de un orden, por favor, sin que se note mucho, porque si no igual el director se siente muy ajeno, y puede que hasta agredido, y no sabe dónde poner la cámara ni cómo encuadrar a las mujeres. Qué pesadas estas con el feminismo, hombre ya. Martínez Lázaro lo expresa a la perfección: que oye, que no, que fíjate que “trata un personaje muy interesante y con mucho sentido crítico por parte de ellas”. Quien lo iba a suponer. Mujeres con sentido crítico.

Lo cierto es que la abundancia de series y plataformas ha favorecido enormemente la diversidad de temas, personajes y tramas. Y se nos han llenado las pantallas de mujeres que expresan su deseo, que pasan de lo que los hombres les digan, que aman o no, que deciden que ser madre no tiene por qué ser su único objetivo en la vida y hasta abortan, ¡madredelamorhermoso! Mujeres que hablan, discuten y se saltan a la torera las normas, por ejemplo, las de la comedia ligera y la pesadez esa del amor romántico, o que denuncian el acoso, las violaciones, las agresiones y ponen en cuestión cosas que antes nadie cuestionaba, aunque todo el mundo sabía que pasaban. Oye, que hasta hay trans y bi y poliamor y esa cosa del género fluido que qué manía de inventarse cosas. Es que se ve de todo en las series.

Tercer concepto: lo del humor

El chico este que dirige dice en sus maravillosas declaraciones: “resulta que era una película pues con mucho sentido del humor”. ¡Oh, sorpresa! Las mujeres tienen sentido del humor. ¡Acabáramos! Claro que debe ser una rareza, porque es vox populi que no es así, que las mujeres no tenemos sentido del humor. O no el que se espera. O si lo tenemos no se acaba de entender y es minoritario. Hacen programas con cómicas y, por lo que sea, no triunfan. Este es un tema amplísimo que requiere mucha reflexión y debate y que tiene mucho que ver con los prejuicios, con la dificultad para acceder a ese mundillo, con lo que se espera que una mujer haga o diga o el modo en que ha de asumir lo que los hombres han hecho siempre. Excede completamente de este artículo, pero aquí lo apunto para que le vayan dando algunas vueltas. 

Voy a aclarar que, más allá de que sus películas puedan gustar más o menos, aquí nadie discute ni menosprecia la carrera y la relevancia de Martínez Lázaro en el cine español. Solo que no esperábamos de uno de esos chicos que dirigen tal falta de sentido común y semejante colección de tópicos sexistas y reaccionarios. De verdad que no apetece nada tener que estar todo el rato con la guardia levantada y vernos obligadas a explicar lo evidente. Así que esperemos que todo esto deje de ser supernormal alguna vez. Es agotador.

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