LA COMUNITAT REGISTRó UN MILLÓN DE VISITANTES MENOS QUE EN EL MISMO PERIODO DE 2019

El virus sacude al turismo: la provincia de Castellón perdió casi la mitad de sus viajeros en julio y agosto

Foto: KIKE TABERNER
27/09/2020 - 

VALÈNCIA. El miedo a los rebrotes y las trabas a la movilidad exterior impuestas por países como Reino Unido y Bélgica sacudieron al turismo en dos de los meses clave de la temporada estival, como son julio y agosto. En la Comunitat Valenciana, el número de viajeros se redujo a la mitad respecto al mismo periodo de 2019 con 1,07 millones de turistas, un registro que se acentúa en la provincia de Alicante, que perdió más del 51 % de los visitantes, y que es igualmente contundente en Valencia y Castellón, donde las cifras cayeron un 49,7 % y un 46 % respectivamente, según los últimos datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta semana.

“En un contexto como el actual marcado por la covid-19, los destinos internacionales son los que más sufren”, sostiene Luis Martí, presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana (CET-CV). Es un hecho que se explica por la debacle de los viajeros extranjeros, que experimentaron una fuerte caída del 74,4 % en territorio valenciano, mientras que los visitantes nacionales decrecieron, en relación a julio y agosto de 2019, un 36 %. Ante este escenario, y una vez ya comenzado el otoño, desde el sector se prevén pérdidas “de diez mil millones de euros en 2020” que se concentrarán, principalmente, “en aquellos destinos que tenían mayor facturación”.


En este sentido, Martí apunta a Benidorm como una de las áreas turísticas que más ha padecido las consecuencias del coronavirus este verano, como así confirman también los datos. La ciudad, que el año pasado acogió a más de medio millón de visitantes durante julio y agosto, se queda ahora en poco más de 168.000 viajeros, y acusa un retroceso del 84 % en las llegadas desde el extranjero. Del mismo modo, el turismo nacional también se resintió allí más de un 56 %, mientras que la ocupación hotelera, que en 2019 superó el 80 %, se sitúa en un 32 % de las plazas en julio y un 52,5 % en agosto. Todo ello, además, con la mitad de los establecimientos abiertos.

Una realidad que se reproduce con menor intensidad en otras localizaciones internacionales como València, que experimentó una caída de viajeros superior a la media autonómica, por encima del 54 %, con cerca de seis de cada diez plazas en hoteles libres en agosto. De este modo, “la ausencia de gestión por parte de la Unión Europea y la falta de criterios unificados” han sido fatales según Martí, quien critica que cada estado “ha puesto en cuarentena a cualquier país con los criterios que ha querido” pese a pertenecer incluso “al mismo mercado común y al espacio Schengen”.

Dénia, el enclave que mejor aguanta la crisis

Es por este motivo que los mejores datos hay que buscarlos en ciudades más asociadas al turismo local, como es el caso de Dénia, que se destaca como el lugar que mejor resiste a la crisis de entre los principales polos turísticos de la Comunitat. Allí el número de viajeros ha caído un 12 % respecto a 2019, con una reducción de los visitantes nacionales de tan solo el 3 % debido a la lenta activación de julio, ya que en el mes de agosto el volumen de llegadas desde dentro de España superó en un 5,6 % al contabilizado en el mismo periodo de 2019.


“Es cierto que este verano Dénia ha estado llena”, confirma Martí, quien no obstante insiste en que las pérdidas mínimas de algunos enclaves no compensan la situación del sector porque “en el cómputo global la caída ha sido monumental”. Es algo que sucede también con en el turismo de interior, que pese a haber “funcionado bien” este verano no representa “ni el 5 % del total en la Comunitat Valenciana”.

Por su parte, las pérdidas también han sido inferiores al valor autonómico en ciudades como Gandia, donde el dato de visitantes retrocede un 38,3 % respecto a julio y agosto del año pasado, y los dos principales puntos turísticos de la provincia de Castellón, como son Peníscola (- 45,2 %) y Castelló de la Plana (-46 %). También en Alicante, y en contraste a la situación de Benidorm, el descenso es menos contundente, ya que la llegada de viajeros decreció un 35,3 % en los dos meses más relevantes de la temporada estival.

Las pernoctaciones cayeron un 59 % en la Costa de Castellón

Asimismo, la Comunitat Valenciana ha perdido 4,8 millones de pernoctaciones entre julio y agosto, muchas de ellas vinculadas a la Costa Blanca, donde se han registrado 2,9 millones de estancias menos que en 2019. De nuevo, las áreas más afectadas son aquellas que dependen en mayor medida de los mercados internacionales, y en concreto de aquellos países que impusieron restricciones y cuarentenas más duras. Es por este motivo que los mayores retrocesos se encuentran en la costa alicantina, mientras que en la Costa de Valencia las pernoctaciones cayeron un 49,5 % y en la Costa de Castellón lo hicieron 59,09 %.


Los tres datos son aun así abrumadores, y se explican no solo por la menor llegada de viajeros sino también por una duración inferior de las estancias. Según Martí, aunque este año hayan sido más cortas “no es una tendencia que preocupe porque es coyuntural: la gente tiene miedo y acorta”. En términos autonómicos, se ha pasado de una estancia media de 3,6 días en agosto de 2019 a los 2,7 días de este año, con la mayor disminución de nuevo en la provincia de Alicante, donde duración es de 2,8 días por los más de 4 días que se contabilizaban doce meses atrás. En Valencia, por su parte, se han reducido las estancias un día hasta los 2,7, mientras que en Castellón, donde apenas se han visto alterados estos datos, se contabilizan 3,1 días de media.

Madrid y Baleares encabezan las caídas en España

A nivel nacional, la Comunitat Valenciana es la séptima donde más visitantes se han perdido en los meses de julio y agosto, por detrás de las regiones que suelen recibir más viajeros exteriores que residentes en España. En este sentido, Madrid es la autonomía que más ha visto caer el número de llegadas con una contundente reducción del 81 %, un registro al que se aproxima Baleares con un descenso del 77,4 %. Si en 2019 el archipiélago superó los 3,2 millones de visitantes internacionales, este año alcanza poco más de 503.000 entre julio y agosto.


Asimismo, comunidades como Canarias y Cataluña también han acusado importantes caídas del 69,7 % y el 64,1 % respectivamente. Por su parte, los menores descensos en el número de viajeros se contabilizan con diferencia en el norte del país, y concretamente en Cantabria, que modera su descenso hasta el 19,3 %, y Asturias, que perdió un 20,7 %. De hecho, tal y como reconoce Martí, en ciudades como Gijón “han tenido un buen verano” que, en cambio, no sirve para contrarrestar el hundimiento del dato nacional, que cayó casi un 60 %.

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