Perspectivas y oportunidades de los centros de trabajo después de la pandemia
La mejora de las cifras y el avance sostenido de la vacunación nos hace vislumbrar la luz al final de un túnel que parece todavía demasiado largo. Con la primavera, Europa se despierta optimista. Es un optimismo, no obstante, mal distribuido en el mundo, donde las diferencias entre naciones se ensanchan. 2020 fue el año del resurgir de las fronteras. La voluntad de suspender las patentes de las vacunas podría abrir la posibilidad a que muchos de los países en vías de desarrollo aceleraran el paso. Se trata de una propuesta de gran complejidad.
Ante ese optimismo localizado muchos lugares están empezando, finalmente, a pensar a largo plazo, trabajando en cómo saldrán de esta situación, y en las estrategias de recuperación. Ya advertí aquí que una orientación basada exclusivamente en la inversión en infraestructuras a través de grandes conglomerados empresariales podría significar una oportunidad perdida. El ingeniero e investigador Alfons Pérez ha llegado a calificar el Green New Deal de una “huída hacia delante”. Para las PYMES acceder a los fondos es un laberinto.
Las estrategias de recuperación deberían incorporar necesariamente las perspectivas sociales, territoriales y culturales. En ese sentido, la ciudad de Barcelona y la fundación Placemaking Europe estamos lanzando la iniciativa AfterCovid.City para reivindicar el rol de los espacios públicos y la ciudadanía en la construcción colectiva del futuro posible después de la pandemia.
Una de las encrucijadas más relevantes para las ciudades post-covid y una de las cuestiones más debatidas últimamente en ámbitos internacionales es el impacto desigual que puede tener el teletrabajo en los centros urbanos y los polígonos de oficinas.
¿Estamos ante la muerte de los espacios diáfanos? ¿No veremos más oficinas llenas de cubículos? ¿Quedarán los centros financieros desiertos? ¿Se quebrará el mercado de las oficinas? ¿Habrá que convertir muchas de ellas en viviendas o en otros usos? ¿Perderán atractivo las ciudades globales menos asequibles e inclusivas?
Todas las preguntas están todavía abiertas pero es deseable anticipar algunas posibles respuestas. Pero adelanto lo que ya sabíamos, esto no ha significado ni mucho menos un tiro de gracia a los entornos diversos, densos y llenos de vida. Aún así, de una manera sutil, las áreas urbanas que concentran oficinas pueden protagonizar muchos cambios importantes en los próximos años.
Por poner una referencia, a pesar de que las ciudades australianas están viviendo una normalidad casi completa, los centros financieros de sus ciudades principales están muy lejos de tener la misma actividad pre-pandémica, con solo el 59% en Sydney y el 41% en Melbourne.
Es necesario abrir por tanto una reflexión sobre el futuro de los parques tecnológicos y centros urbanos con alta densidad de oficinas. Una buena ocasión para que los espacios de trabajo ganen calidad y se compatibilice el trabajo desde casa con encuentros en la oficina. Incorporar usos diversos en esas zonas para que tengan vida durante todo el día. Aprovechar para introducir nueva vivienda, si puede ser social y asequible para los jóvenes. Y, en definitiva, apostar por la mejora de la conciliación y la sostenibilidad eliminando largos y contaminantes desplazamientos que no serán ya necesarios.