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NOSTÀLGIA DE FUTUR / OPINIÓN

¿Qué Green New Deal?

Cómo una gran idea puede reproducir un sistema disfuncional y cómo evitar que lo haga

2/07/2020 - 

Los términos importan aunque las batallas semánticas me parecen insufribles. ¿Ven? en el primer párrafo ya he caído en la trampa de utilizar una metáfora de guerra a pesar de lo poco que me gustan. Creo que el lenguaje bélico lleva a equívocos: el virus es el enemigo, necesitamos unidad en nuestras fuerzas, tenemos que movilizar toda nuestra artillería. La utilización de esos términos en la comunicación política erra el tiro. ¿Ven? he caído otra vez.

Ironías a parte, pienso que sería más saludable que eligiésemos otras palabras. Conceptos más coherentes con la voluntad de solidaridad colectiva que se encuentra en uno de los dos caminos que nos abre esta larga intersección hasta el mundo post-covid. En el otro camino se asienta la salida del individualismo estricto, egoísta, construido no de yoes interdependientes sino sobre ‘el que más pueda pa’ él’. Las preguntas son las mismas. Las respuestas, diametralmente opuestas.

Preferiría también que hablásemos de acuerdos, cartas y estrategias para la transformación, la recuperación, el desarrollo o incluso el progreso, en un momento en que no ha habido destrucción física. Debemos celebrar el consenso generado a distintos niveles, empezando por el Ayuntamiento de nuestra ciudad, pera iniciar el camino a ‘reconstruirnos’. Aunque a nivel urbano, social y económico, igual lo que deberíamos hacer es ‘deconstruirnos’.

Siguiendo con el uso de los conceptos, otro de los clichés recurrentes de este momento que transitamos es tomar prestado del pasado grandes titulares para legitimar planteamientos actuales. Se ha comentado la necesidad de un Plan Marshall y, sobretodo, se está hablando de un posible Green New Deal, un Nuevo Acuerdo Verde.

El Green New Deal añade el adjetivo verde a la vieja idea del nuevo acuerdo que Franklin D. Roosevelt impulsó en EEUU entre 1933 y 1939 para hacer frente a los efectos de la Gran Depresión. Estuvo formado por una serie de programas, inversiones públicas, reformas financieras y nuevas regulaciones. El New Deal se basó en los principios de las tres Rs: (1) alivio (relief) del desempleo, (2) recuperación de la economía y (3) reforma del sistema financiero para prevenir otra depresión.

No hay que olvidar que además de las medidas de impulso económico de corte keynesiano y las de protección social, el New Deal también supuso un ataque a Wall Street y un intento de socavar el poder de los grandes monopolios.

El Nuevo Acuerdo Verde vendría a ser un conjunto similar de programas que añadiese el principio de la sostenibilidad medioambiental a las tres erres mencionadas anteriormente.

Cuando escucho los cantos al Nuevo Acuerdo Verde lanzados desde los estrados del Estado no puedo evitar ponerme a temblar. El miedo no está injustificado, viene cimentado en el fracaso de la vía valenciana dentro de una política económica y de infraestructuras de planteamiento radial que ha hecho al sistema productivo valenciano hundirse en la subalternidad.

Un New Green Deal podría ser un acuerdo amplio que ponga por delante la sostenibilidad de la vida sobre todo lo demás, un programa de inversiones sobre lo ya construido centrado en las necesidades de desarrollo humano y que ponga en cuestión el mantra del crecimiento infinito. Pero también podría ser una extensión de las peores dinámicas de la política (anti)económica.

Si el New Green Deal español sigue la tradición de la políticas recientes es imposible que desafíe el actual sistema de inversiones depredador de territorio y estará basado sin duda, otra vez, en la generación de nuevas grandes infraestructuras —aunque esta vez sean plantas solares, muelles automatizados y eléctricos o molinos de viento— que evidentemente construirán los mismos de siempre.

O el Green New Deal está pensado desde las necesidades medioambientales y territoriales, con un peso decisorio de autonomías y ciudades, o será, en el mejor de los casos, un ejercicio de green washing y, en el peor, una reproducción de una estructura económica obsoleta basada en el capitalismo del BOE y la radialidad de un Estado liderado por una súper-capital dopada con fondos públicos y beneficios fiscales. 

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