VALÈNCIA. Al cierre del primer semestre del año, la familias españolas tenían 915.008 millones de euros en depósitos y efectivo, según los últimos datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) tomados del Banco de España. Nunca antes habían tenido tanto dinero invertido -o no invertido-, que por otro lado representaba el 39% de los 2,35 billones del ahorro financiero familiar a 30 de junio en lo que fue un nuevo récord histórico en la serie histórica iniciada en 1985. Los activos financieros se incrementaron un 6% entre enero y junio de este año respecto al mismo periodo de 2018.
Al carácter históricamente conservador de los españoles hay que sumarle un mal endémico: la falta de cultura financiera."Es increíble que esto suceda y más en estos tiempos con los tipos de interés al 0% pero es lo que hay y tampoco me sorprende porque la cosa viene de lejos. La gente prefiere no asumir nada de riesgo y quedarse con lo que tiene en el banco, pero veremos que pasará cuando a la banca no le quede otra que cobrar por tener el dinero de sus clientes como les hace el Banco Central Europeo (BCE)", advierten desde una gestora de fondos a este diario.
Y no les falta razón porque como bien decía hace diez días Roberto Scholtes, director de Estrategia de UBS, en una entrevista concedida a Valencia Plaza: "Solo falta que un banco cobre a todos sus clientes para que el resto lo siga". Pero lo que es un hecho evidente es que las familias van camino de copar el billón de euros en depósitos y efectivo, algo que nunca había sucedido... como tampoco vivir unos tiempos de 'tipos cero' que han venido para quedarse unos cuantos años. De este modo, y con la inflación en el 1%, no queda otra que asumir riesgos para no rentabilizar los ahorros.
Casi dos de cada tres euros del crecimiento del ahorro de los hogares españoles, según la institución presidida por Ángel Martínez-Aldama, tuvo su origen en la revalorización de los activos, tras el buen comportamiento de los mercados en los seis primeros meses del año -olvidando así un nefasto último trimestre de 2018-; mientras que el otro tercio se debió a nuevas adquisiciones de activos financieros. En concreto, el 39% del aumento (52.182 millones) fueron nuevas operaciones financieras, centradas casi exclusivamente en nuevos depósitos a la vista, cuyo saldo se aproxima ya a los 700.000 millones de euros y en menor medida en seguros.
Hasta el primer semestre de 2019, y por instrumentos, los mayores crecimientos correspondieron a seguros con un 8,8% de aumento y a las instituciones de inversión colectiva -fondos y sociedades de inversión como las sicavs aunque éstas van a la baja como contó la semana pasada este diario- con un 5,9% de incremento porcentual, es decir, casi 18.000 millones más que en diciembre 2018. A 30 de junio los tales activos financieros alcanzaban los 325.678 millones de euros, es decir, otra plusmarca histórica.
Por otro lado, las familias españolas incrementaron una décima el ritmo de crecimiento de sus pasivos financieros (0,2% de aumento en términos interanuales) entre enero y junio aunque en términos de PIB se mantiene en el entorno del 62%. Como ya ocurriera el trimestre anterior, el notable incremento del saldo de activos por efecto mercado originó que la riqueza financiera neta de los hogares alcanzara un nuevo máximo histórico en los 1,57 billones de euros.
Por último, la situación patrimonial de los hogares (financiera más inmobiliaria) en términos de PIB aumentó ligeramente hasta el 563% del PIB en el segundo trimestre de 2019 con respecto a diciembre 2018 (557%), debido principalmente al incremento de la riqueza financiera neta (1,57 billones de euros desde los 1,45 billones de diciembre de 2018). Frente a ésta, la riqueza inmobiliaria se situó en el 436% del PIB, muy lejos aún del máximo obtenido en 2007 (584% del PIB).