Ford Almussafes: tres años de caída de la producción a la espera de lanzar el nuevo Kuga

VALÈNCIA. Este año 2019 no ha sido el mejor para la factoría de Ford en Almussafes. A la incertidumbre sobre su futuro, tras las drásticas decisiones que la compañía ha tomado en otras plantas de Europa como cierres y significativos recortes, se suma la caída de producción que encadena tres años de descensos propiciados por las turbulencias que en los últimos años sacuden al sector de la automoción. Un escenario que ha resentido las ventas de automóviles y, en consecuencia, el volumen de producción del gigante del óvalo de su planta valenciana.

Así lo reflejan las cifras nada halagüeñas de los últimos tres ejercicios. Según los datos que maneja el sindicato UGT, el mayoritario en la planta, al cierre de este año 2019, Ford Almussafes habrá fabricado 345.700 unidades, un 9,2% menos que las 381.000 del pasado 2018. Una caída que desequilibra los planes iniciales de la multinacional que preveía cerrar este ejercicio con 380.000 coches. Un escenario en medio del plan de reestructuración de la compañía en Europa donde ya ha sentenciado varias plantas: tres cierres en Rusia y en la localidad inglesa de Bridgend y reducciones de 5.000 empleos en Colonia, Saarlouis y Aquisgrán.

No obstante, este descenso no es nuevo. Y es que desde hace tres años la planta de Almussafes arrastra una bajada en la producción de manera consecutiva: 345.700 vehículos en 2019, 381.000 en 2018, 417.002 en 2017, 394.111 en 2016 y 388.434 en 2015. Por tanto, la producción de coches este año registra su volumen más bajo en los últimos cuatro años. Los descensos en la producción se han ido sucediendo a lo largo de este periodo alcanzo la máxima producción en 2017. Pero desde entonces la fabricación de vehículos se ha resentido encadenando tres ejercicios consecutivos con descensos.

¿Los motivos? La bajada de producción de entre 100 y 150 coches al día que acometió Ford en Almussafes desde septiembre, lo que ha supuesto entre 13.000 y 14.000 vehículos menos, debido a la caída de la demanda y la necesidad de ajustar la producción. Una medida que supuso dejar de producir el sistema A (Mondeo, Galaxy, S-Max y Kuga) de montaje y trabajar únicamente el sistema B (Transit Connect y Kuga).

Pero, además, en junio se firmaba el cuarto Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) del año en vehículos y el quinto en motores, una medida que afectaba a un total de 5.709 trabajadores durante varios días: 4 y 5 de noviembre y 18, 19 y 20 de diciembre y que, en consecuencia, también ha mermado la producción en unos 9.000 vehículos.

Lanzamiento del nuevo Kuga

Según los datos que maneja el sindicato UGT-PV, el desglose de la producción por tipos de vehículos refleja que todos los modelos, a excepción del S-Max, retroceden respecto a 2018. Incluido el buque insignia de la factoría, el Kuga, que representa el 46,8% de la producción total en la factoría y en los últimos ha tirado de las ventas. 

Así, la filial española produjo un total de 162.000 unidades del Kuga, por debajo de las 181.000 del año anterior. Por su parte, las furgonetas agrupadas en la línea Connect sumaron 108.500 vehículos, cifra ligeramente inferior a las 110.000 de 2017, pero con una caída mayor respecto a 2017 cuando se fabricaron 113.600. Además, del Mondeo fueron 40.100 coches, 14.000 unidades menos que en 2018, mientras que del Galaxy, el que menos volumen de producción concentra, fueron 12.500 frente a las 13.500 unidades del ejercicio anterior.

La mirada está puesta ahora en el lanzamiento del nuevo modelo Kuga, que alcanzará el máximo de producción a finales del primer trimestre de 2020. De hecho, el presidente de Ford Europa, Stuart Rowley, tiene previsto visitar la planta de Almussafes en la segunda mitad de enero, una visita que aprovechará UGT para volver a trasladarle las reivindicaciones de viabilidad que plasmó en una resolución el Comité de empresa europeo de Ford en noviembre. 

Y es que el lanzamiento del nuevo modelo ha absorbido parte del empleo que quedó en el aire por el descenso de la producción, pero una vez se alcance la máxima producción se tendrán que plantear los planes para 2020 y qué afección tendrán en el empleo.

"Queremos saber qué pasará después del lanzamiento del nuevo Kuga", subrayó hace unos meses el portavoz de UGT en la planta, Carlos Faubel, en declaraciones a este diario, quien admitió que la caída en la producción "perdura en el tiempo" y encadena varios años de bajadas, por lo que ve urgente el diseño de un horizonte a largo plazo. "La pregunta del millón es: cuándo se acabe todo esto y si la producción no sube, ¿en qué situación nos encontraremos? Para eso es para lo que no hay respuesta", lamentó. 

Desmantelamiento de la planta de motores

Hace unos meses la factoría de Ford Almussafes recibía la noticia del desmantelamiento de la planta de motores. Y es que la multinacional del automóvil ha decido trasladar a EEUU la nueva generación de motores Ecoboost de 2.0 y 2.3 litros que produce en la planta valenciana, una decisión que se ejecutará a partir de 2022 y que pone en peligro 980 empleos que actualmente trabajan en la planta de motores.

Desde la compañía justificaron esta decisión por una cuestión de productividad y eficiencia ya que la mayoría de esos motores se exportan a norteamérica. "Esta decisión situará la producción del nuevo motor más cerca de las operaciones de ensamblaje de los vehículos implicados y mejorará nuestra eficiencia global de fabricación", detallaron. No obstante, la empresa apuntó que buscará potenciales oportunidades de producción para la planta de motores de Valencia a través de una revisión continua de su cartera de productos.