VALÈNCIA (VP). Ivefa calcula que la subida en el Impuesto de Patrimonio incrementará la presión fiscal principalmente en rentas medias y empresarios familiares más pequeños. La subida de impuestos pactada en el seno del Consell del Botànic y el proyecto estatal de actualización de los valores de los inmuebles declarados provocará un aumento de la presión fiscal, concretada en una rebaja del mínimo exento de 600.000 a 500.000 euros, así como la aplicación de un nuevo valor real en los inmuebles declarados en el Impuesto de Patrimonio, lo que conllevará que los empresarios familiares más pequeños puedan pasar a pagar por este impuesto o incluso multiplicar su presión fiscal, según los cálculos realizados por Jaime Santonja, economista y asesor fiscal con amplia experiencia en la fiscalidad de la empresa familiar.
La subida de tipo del impuesto de Patrimonio del 3,12% al 3,5% para patrimonios superiores a diez millones de euros tendrá poca repercusión por el perfil de la empresa familiar valenciana. “Subir impuestos en este momento es poner en riesgo la empresa familiar, y la pervivencia de negocios que además, son los que están creando empleo ahora y cuando la situación mejore”, ha asegurado Francisco Vallejo, presidente de Ivefa.
Por el contrario, el efecto del incremento fiscal en los patrimonios más altos es mínimo. Desde Ivefa, se señala que, además “se va a producir una fuga de inversores y patrimonios, que van a preferir estar alojados en otras comunidades que les dan mejores condiciones fiscales”.
Para la patronal de empresa familiar, este hecho confirma la falta de incentivos de la Comunitat Valenciana para la retención y la atracción no sólo de grandes patrimonios, sino también de emprendedores y talentos que pueden mantener un patrimonio medio que ahora pasa a tributar de manera considerable. La Comunitat Valenciana tiene que mejorar para atraer y retener talento. En este sentido, desde IVEFA se reclama al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que, mientras no pudiese desaparecer el impuesto de Patrimonio, que al menos este se bonificase también en la Comunitat Valenciana y que el Impuesto de Patrimonio resulte una eficaz herramienta de política fiscal acorde con la realidad empresarial valenciana, formada principalmente por pequeñas y medianas empresas.