CASTELLÓ. La agencia de publicidad de Benicàssim Twelfhundred ha anunciado su compromiso con la iniciativa Basic Label, un sello de calidad que lucha para que los becarios de publicidad lleguen a tener unos derechos laborales básicos.
Según cuentan desde la plataforma, han pasado meses desde su primer contacto con Álex Rubio, Director y Head of Strategy de Twelfhundred. “Tuvimos una videollamada con Álex en verano, cuando se enteró de que existía la iniciativa. Nos vino muy bien, porque no solo estaba dispuesto a que su agencia colaborara, sino que incluso nos aportó ideas y nos hizo caer en detalles a nivel estratégico en los que no habíamos pensado. Estamos muy contentos de poder anunciar por fin que están con nosotros y con los becarios de publicidad”, cuentan desde el equipo de Basic Label.
Por su parte, Rubio también ha manifestado que, “ser responsable con las nuevas generaciones no es una virtud, es una obligación. Estamos encantados de sumarnos a Basic Label y de haber podido apoyar un movimiento tan necesario desde sus orígenes. Ahora deseamos que muchas más agencias se unan al compromiso para asegurar el futuro de la profesión publicitaria”.
Como todas las agencias que quieran conseguir este sello de calidad, Twelfhundred se ha comprometido a cumplir una serie de puntos respecto a las condiciones de sus becarios: Remuneración mínima de 300 euros mensuales. Sinceridad con el futuro del becario en la agencia. Derecho a vacaciones y provisión de equipo técnico.
Dichas cuestiones son las que conforman el compromiso que Basic Label reclama a las agencias de publicidad. Desde el equipo insisten en que es esencial que el sector publicitario reaccione a la precariedad que afecta a los becarios antes de que una ley, exitosamente o no, le obligue a hacerlo. Por ahora, la reacción de Twelfhundred ha significado un primer apoyo público, cuya llegada, con la debida repercusión, podría marcar un antes y un después en el sector publicitario.
Mortadelo y Filemón tenían sus álbumes de la colección Olé, los cuáles se recopilaban en los tomos de Súper Humor, pero en los 70 y 80 a estos personajes donde más se les leía era en la revista Mortadelo que salía semanalmente y se heredaba entre generaciones. Así hubo lectura de muchos personajes pasados de fecha, pero también, fascinación por la publicidad. Por la que nos correspondía en aquella época y por la de tiempos pasados, que ya veíamos como surrealista